Reseña de Libro ‘‘El Hombre En Busca De Sentido’’
No todo lo que dicen los libros de texto es cierto, esto es algo el psicólogo Viktor E. Frankl aprendió de la peor manera posible.
Durante la segunda guerra mundial miles de personas fueron enviadas a campos de concentración en contra de su voluntad, el psicólogo Viktor E. Frankl fue una de ellas, aunque afortunadamente el puedo sobrevivir para contar un poco de su historia, de sus experiencias y de lo que aprendió y observo del ser humano cuando se encuentra en condiciones tan difíciles como la que tuvieron que pasar el y los miles de prisioneros que durante varios años pasaron por estos campos. El autor considera tres grandes etapas mentales por las que tuvieron que pasar los prisioneros: la primera era su internamiento, la segunda era su vida en el campo y la tercera su liberación. Aunque muchos no pudieron llegar ni siquiera a la segunda.
Primera fase: el internamiento en el campo.
Para las personas que nunca hemos tenido que pasar por una situación semejante nos es difícil imaginar lo que estas personas sintieron en el momento en que fueron arrancados de su hogar, separados de sus padres, de sus parejas o de sus hijos.
El síntoma que caracteriza esta primera fase es el shock: Se les obligaba a las personas a salir de sus hogares con tan solo unas pocas pertenencias y las hacían subir a vagones donde no podían ni sentarse y sin saber que les esperaba en la siguientes horas.
La primera selección: Cuando llegaban a la estación creo yo que empezaba la etapa más difícil técnicamente dejaban de ser reconocidos como individuos y pasaban a ser simplemente un número. Empezaban a separarlos primero por género y luego los separaban según como veían que podían ‘‘servirles’’ para trabajar, las personas que ya no veían capaces de trabajar tan solo llegaban a esta etapa y eran enviados a las cámaras de gas o de cremación.
En ese momento narra el psicólogo Viktor E. Frankl que el ser humano empieza a tomar medidas mentales de protección como lo era el humor y la curiosidad. El humor al darse cuenta que a pesar de que se encuentran en una situación horrible al menos no estaban en una peor como podría ser las cámaras de gas y una curiosidad que se volvía ansiedad por saber qué es lo que sucedería a continuación.
El ver a los ‘’capos ‘’ trataban de pensar que no estaría tan mal ya que estos hombres no se veían tan descuidados pero poco después se dieron cuenta que estaban equivocados que esos hombres se veían en mejor condición porque a comparación con el resto si tenían mejores condiciones de vida aunque también eran prisioneros, estos eran seleccionados por lo cruel que podían llegar a ser, por lo general se dice que estos hombres llegaban a ocupar ese puesto era porque ya habían perdido sus principios en la lucha de tratar de sobrevivir, es decir que ya no les importaba nada ni nadie, estaban dispuestos a recurrir a cualquier medio con tal de salvarse. Y de una manera u otra todos buscaban una nueva actitud frente a esta nueva vida que les tocaba vivir, y esto es algo que todos ser humano hace, sin importar las circunstancias en las que se encuentre ya sea en un campo de concentración o en la vida cotidiana actual siempre se van a presentar circunstancias que quedan fuera de nuestro alcance y solo nos queda elegir que actitud tomaremos para hacerle frente.
Hasta ese momento se les había quitado su nombre, su profesión, sus pertenecías, su ropa y hasta su cabello, lo único que poseían desde ese momento y durante todo su internamiento era su existencia desnuda.
Bastaron solo unos días para darse cuenta que los libros de texto mienten, eran capaces de soportar más de lo que estos decían, por ejemplo las horas sueño que necesita el ser humano para sobrevivir, la energía que se necesita para sobrellevar alguna actividad física pesada (la cual proporciona la comida), la temperatura que puede soportar el cuerpo humano con tan solo unas pocas prendas, estas personas soportaron mucho más de lo que los libros tenían previsto.
Otra de las primeras reacciones psicológicas que sufrían los prisioneros después de varios días en el campo era pensar en el suicidio, lo cual pienso yo que era algo muy normal que todo ser humano en esas circunstancias pensaría o al menos le pasaría la idea por la mente, ya que estaban tan expuestos a la muerte, en cualquier momento les podía tocar una selección o bastaba tan solo con cometer un pequeño error que hiciera molestar a un guardia pero como era tanta la exposición a la muerte preferían dejar que simplemente pasara ya que las probabilidades de vivir no eran muchas.
Segunda fase: La vida en el campo:
El síntoma principal que caracterizaba esta segunda fase era la apatía: bastaban unos pocos días para que las reacciones empezaran a cambiar, ya que el ser humano se adapta a las condiciones que se le presentan. Al principio las primeras reacciones eran de tristeza de creer que se encontraban en una pesadilla, ahora al darse cuenta que no era así y que esta era su nueva realidad comenzaba como una fase de asco o coraje de preguntarse ¿Por qué me está pasando esto a mí? Y comienza a hacerse indiferente al no encontrar respuestas, se le empieza a hacer normal que los guardias golpeen a los prisioneros por el mínimo error, que compañeros mueran a diario, que compañeros se desmayen de agotamiento.
Esta reacción es algo que podemos ver a diario no necesitamos estar en un campo de concentración para crearnos esa indiferencia y lo peor es que ocurre sin darnos cuenta, por ejemplo en Juárez ocurre algo similar hemos sufrido tanta violencia en la ciudad que sin darnos cuenta ya es normal para nosotros que maten personas cada día, ya es normal que nos asalten, ya es normal que las mujeres desaparezcan o ser acosadas en la calle solo por traer un vestido y no nos damos cuenta que eso no debería ser normal, al principio nos daba tristeza que estas cosas ocurrieran ahora lo vemos como si nada como si no se tratara de un ser humano y hasta culpamos a las víctimas y todo por la indiferencia y la costumbre.
Los prisioneros empezaron a perder su humanidad es decir, ya lo que ocurría a su alrededor no lo conmovía en absoluto. Pero no todo lo que proporcionaba la apatía era malo, al menos no en el campo de concentración ya que les brindaba un caparazón protector muy necesario ya que de algún modo los ayudaba a sobrellevar los golpes diarios que se les presentaban.
Llego un momento en el que los golpes físicos ya no eran lo que más le dolía a los prisioneros si no los emocionales, supongo yo que el vivir constantemente con que te digan que no vales nada llega un momento en el que llegas a creer que es verdad y esa agonía mental cansa más que el agotamiento físico. Esta es otra reacción que podemos ver en la vida actual, cuántos niños y jóvenes que sufren de bullying no comenten actos violentos contra ellos mismos o contra otras personas porque se cansan y no tanto de los golpes físicos sino de los emocionales, llegan a un agotamiento mental que los hace cometer esos actos.
Cuenta el psicólogo Viktor E. Frankl que fácilmente se entiende que en un estado de constante tensión, cansancio e incertidumbre de saber si sobrevivirán el prisionero desciende a un nivel mental primitivo por ejemplo el deseo de procurarse alimentos, los prisioneros recurrían a ese instinto primitivo debido a la desnutrición que sufrían. Dicha desnutrición era tal que el cuerpo empezaba a devorarse a sí mismo, el organismo digería sus propias proteínas y los músculos desaparecían dejando tan solo esqueletos. A partir de esto el autor describe dos escuelas de pensamiento una que prefería comerse la roción de pan inmediatamente después de que se las daban esta tenía la ventaja de que satisfacía los peores retortijones del hambre y evitaba que le robaran la porción y el segundo grupo prefería dividir la ración de pan para que rindiera todo el día.
Debido al hambre que sufrían el prisionero llegaba a un abandono total de cualquiera cosa que no sirviera para cumplir el propósito de alimentarse, las únicas excepciones es decir otras cosas que al menos en su mayoría le interesaba a los prisioneros era la política y la religión. La política porque todos están ansiosos por conocer que pasaba con la guerra si ya iba a terminar y serían liberados y la religión porque era como una manera de poder sobrellevar la situación que vivían. Aquí podemos ver otro ejemplo del comportamiento del hombre sin tener que estar expuesto a un campo, en la vida diaria se dice que las personas que son creyentes de alguna religión les es más fácil sobrellevar una situación difícil. Ya sea gracias a influencias religiosas o no a un hombre le puedes arrebatar todo salvo una cosa y es la libertad de elegir la actitud que tomara en su camino.
A pesar de que los prisioneros llegaron a un punto mental de volver a sus instintos primitivos y que parezca que en tal punto el hombre únicamente hace lo posible por subsistir adaptándose a lo que tenga que hacer para sobrevivir en su entorno no es así, aun en tal condiciones el hombre siempre tiene la capacidad de elección.
Pero entonces ¿qué es el hombre? El psicólogo Viktor E. Frankl dice ‘’ Es el ser que siempre decide lo que es. Es el ser que ha inventado las cámaras de gas, pero asimismo es el ser que ha entrado en ellas con paso firme musitando una oración ’’
Con esto podemos decir que al hombre no se le puede clasificar simplemente por algo, no se puede decir que todos los guardias en el campo eran malos solo por el hecho de ser guardias ni todos los prisioneros eran buenos por el hecho de ser prisioneros, simplemente eran hombres que tomaban decisiones solo que algunas decisiones eran decentes y otras no.
Tercera fase: La liberación
Tras varios años de sufrimiento y después de haber perdido tantas personas por fin llego el día que los prisioneros tanto habían estado esperando por fin se izo la bandera blanca en la entrada del campo, después del estado de ansiedad por el que habían estado tanto tiempo por fin siguió un estado de relajación total, por fin eran libres y por más que lo repetían no podían creerlo sentían que era irreal como un sueño, ya habían olvidado el significado de esa palabra, también habían olvidado la capacidad de alegrarse pero poco a poco tendrían que volver a aprender. Uno podría pensar que al ya ser liberados los prisioneros ya no sufrían ningún peligro pero esto era un error al haber estado tanto tiempo bajo una presión mental tan grande necesitaban más cuidados que nunca. El ser liberados no significaba que todo iba a volver a ser como antes ahora tenían que enfrentarse a la realidad de que tal vez muchas de las personas que amaban ya no estaban y esto es un golpe muy grande ya que tal vez las esperanzas que tenía esa persona no era otra que estar de nuevo con alguien y que resulte que ese alguien ya no está ¿qué le queda a esa persona?, ¿habrá tenido algún sentido soportar todo el sufrimiento?, ¿Tendrá ahora la vida un significado?
Para contestar a esas preguntas el psicólogo Viktor E. Frankl desarrollo una teoría llamada logoterapia, él decía que el hombre que aceptaba su destino y todo el sufrimiento que este conllevaba tendrá la oportunidad de darle un sentido un sentido a la vida y un sentido a ese sufrimiento.
La logoterapia:
La palabra logoterapia proviene del termino griego logos que significa sentido, significado o propósito.
El autor desarrollo esta teoría en base al sufrimiento que no solo le toco ver sino también sentir durante su internamiento en el campo de concentración, después de haber vivido esta experiencia tan fuerte el trata de encontrarle un sentido a ese sufrimiento y es así que desarrolla este tipo de psicoterapia que se centra en el significado de la existencia humana, así como en la búsqueda de dicho sentido por parte del hombre, pero tiene la particularidad de que busca ese sentido a través del sufrimiento que se haya vivido, es decir la Logoterapia contribuye a entender el porqué del sufrir y del morir y ayuda a tener motivos para trabajar, luchar y amar.
Además ofrece herramientas para un cuidado de la existencia que permanece aún en las situaciones aparentemente más desesperadas: porque el tiempo del sufrimiento puede no ser un lugar de tinieblas sino que puede utilizarse para reforzar el amor por la vida.
El sentido u amor por la vida según el psicólogo Viktor E. Frankl constituye una fuerza primaria y no una ‘racionalización secundaria’ de sus impulsos instintivos.
En lo personal creo que es una buena forma ver la vida, no se necesita estar en un campo de concentración para padecer o conocer lo que es el sufrimiento afortunadamente nunca que tenido que sufrirlo de algún modo que sienta que pierdo el sentido de mi vida, pero incluso para cualquier problema cotidiano creo que se podría usar la logoterapia ya que tal vez no pueda controlar el problema pero definitivamente puedo controlar la actitud que mejor me ayude a sobrellevarlo.