Lilith En La Tradición Judía Y Su Inclinación A Mesopotamia
Lilith es una figura muy importante en la cultura judía que fue considerada como la primera mujer de Adán. Las historias sobre Lilith comenzaron en las civilizaciones de la antigua Mesopotamia.
Hay diferentes historias y teorías sobre la vida de Lilith. Una de las leyendas más populares habla de que Lilith decidió irse del edén y por eso dejó solo a Adán. Luego vivió en las cercanía al mar Rojo, vivió con sus hijos y tuvo varios amantes.
Lilith más adelante se asoció con la figura de un demonio que tenía relaciones sexuales con diversos hombres con el fin de tener hijos. Tomaba la forma humana de una mujer, considerada muy bella físicamente.
Para los judíos Lilith nunca fue considera como una diosa. Lo normal en esta cultura es usar la figura de Lilith como ejemplo para hablar del erotismo de las mujeres como algo malo o dañino.
Los mitos sobre Lilith se han asociado con los hebreos, con las civilizaciones sumerias y la de los acadios.
También se ha asociado a Lilith con la historia de la reina Lamia. Según la leyenda en Grecia esta mujer mató a sus propios hijos. Luego, por la envidia que sentía por las otras madres, su objetivo fue devorar a todos los demás niños.
En líneas generales se puede decir que son muchas las historias sobre esta figura femenina. Y cada figura cuenta con su propia leyenda.
Origen y etimología
Aunque debería ser un personaje importante dentro de la historia, por el rol que tuvo, sobre Lilith hay pocas certezas. Para empezar, no se conoce con exactitud nada sobre su origen.
Una de las hipótesis sobre cómo surgió Lilith se encuentra en los relatos sobre dos de los demonios femeninos que existían en la cultura de Mesopotamia. Lilitu y Ardat Lili eran dos figuras que fueron relacionadas con el demonio Lilu que dominaba a las mujeres y raptaba a sus hijos.
En la cultura de Mesopotamia es habitual conseguir nombres de demonios que empiezan con la palabra Lil. Etimológicamente se le da varios significados al término y por eso estas figuras malignas están asociadas con elementos como el aire, el viento o los espíritus.
Según una de las hipótesis sobre el origen de Lilith los judíos se apropiaron de la idea de este demonio cuando integrantes de esta civilización fueron expulsados de sus tierras y encontraron refugio en Babilonia.
Los hebreos adaptaron el nombre de Lilith a su idioma. Se le empezó a conocer como la reina de la oscuridad o de la noche. En la religión hebrea se volvió un ser maligno que raptaba a los niños, sobre todo a bebés, cuando estos estaban en sus cunas durante la noche.
La historia de Lilith según la tradición hebrea aparece en las escrituras rabínicas. Aunque nunca se nombra a Lilith en el libro de Génesis 1:27, la interpretación que hacen los hebreos de este capítulo afirma que se hace referencia a ella en el primer capítulo. El libro de Génesis es donde se habla de la creación de Adán y Eva.
En Mitología mesopotámica
Aunque Lilith parece estar más arraigada en la cultura judía, el origen de esta figura femenina parece estar más inclinada hacia las civilizaciones sumerias y acadias. Historiadores como Reginald Campbell, de origen inglés, ha aprobado esta teoría en la que afirmó que Lilith forma parte de un grupo mayor de demonios de sexo femenino y con características similares.
Según Campbell Thompson, Lilith y el resto de demonios que se asocian con Lilitú son figuras malignas que en un 50% poseen forma y cualidades humanas y en el otro 50% muestran características de divinidad.
Las primeras representación gráficas que existen de este demonio fue de una mujer con garras en sus pies y alas. En la literatura babilónica Lilith está representada como una de las prostitutas que tuvo bajo su mando la diosa Ishtar.
En la Biblia
Según la lectura que hacen los cristianos de la Biblia, no hay ninguna referencia a Lilith en el libro de Génesis. Este es el primer libro que se encuentra en el Antiguo Testamento, donde se narran las historias antes de la aparición de Cristo.
Para los cristiano esto demuestra de forma definitiva que Eva fue la primera mujer y la primera pareja que tuvo Adán. Según Génesis 1-3 el primer pecado que cometen Adán y Eva tampoco tiene nada que ver con Lilith.
La única mención a Lilith en la Biblia ocurre en el libro de Isaías. También se encuentra en el Antiguo Testamento, pero este libro tiene un enfoque más profético.
Se nombra a Lilith en Isaías 34-14. “Los gatos salvajes se juntarán con hienas y un sátiro llamará al otro; también allí reposará Lilith y en él encontrará descanso”. Más allá de esta mención resulta imposible saber a qué se refería el autor de esta parte de la obra literaria.
Lilith bien podría haber sido un animal, un demonio, el nombre propio de alguna persona o cualquier otra cosa.
En tradición judía
Para los judíos Lilith se presenta como una figura femenina maligna que aparece durante la noche. Su objetivo consiste en cautivar a los hombres. También se le teme porque asesina a los niños recién nacidos.
Las leyendas sobre Lilith fueron adoptadas por los judíos cuando parte de esta civilización estuvo exiliada en Babilonia. Existen muchas escrituras judías donde se hace referencia a Lilith.
Talmud
Esta obra agrupa los diferentes debates rabínicos que existen sobre las normas judías, historias, leyendas o costumbres. Aquí Lilith se describe como una maldición para los hombres que pasan la noche solos.
Alfabeto de Ben Sirá
También conocido como el Libro de la sabiduría de Jesús. Es un texto que se encuentra en el Antiguo Testamento. Para los judíos aquí se habla de Lilith y se le cataloga como la mujer que tuvo Adán antes de la existencia de Eva.
Lilith reclamó tener los mismo derechos que Adán y él se negó a esta petición de equidad. Es por ello que Lilith lo abandonó. Luego vivió en una cueva, lugar en el que Lilith tuvo de pareja a diferentes demonios con los que incluso tuvo hijos.
Según la leyenda Dios envió a la tierra a tres ángeles para que Adán pudiera recuperar a Lilith. A pesar de haber sido amenazada, Lilith eligió ser castigada y no volver con Adán. La condena era que todos los días iban a morir una centena de los hijos que Lilith engendrara. Ella, por su parte, amenazó con asesinar a niños humanos en venganza.
Al final, Lilith y los tres ángeles enviados por Dios llegaron a un acuerdo. Ella prometió no matar a ningún niño que tuviera puesto un amuleto con la imagen de los tres ángeles. Esto se convirtió en una tradición entre los hebreos, que empezaron a colocar a los bebés recién nacidos cadenas con los nombres de Senoy, Sansenoy y Semangelof, los tres mensajeros de Dios.
Otra de las costumbres que tuvieron los judíos para engañar a Lilith era la de no cortarle el cabello a sus bebés hasta que cumplieran tres años. De esta forma esperaban engañar al demonio, pues solo atacaba a los niños recién nacidos que eran varones.
En tradición grecorromana
Lilith también se asocia como Lamia, una figura femenina muy temida en la cultura griega. EN este caso Lamia también actuaba contra los niños y se le conocía como una asesina.
Físicamente Lamia contaba con un cuerpo humano de la cabeza hasta la cintura. La otra parte del cuerpo se asemeja a una serpiente. Aunque existieron a lo largo de los años diferentes representaciones de Lamia.
A muchas historias sobre el origen de Lamia. Por un lado se le vincula con la diosa Hécate y por otro con Hera. Esta segunda hipótesis es la más popular. La leyenda habla de que Lamia fue castigada por Hera, quien asesinó a todos los hijos de Lamia por haberse acostado con su pareja, Zeus.
La muerte de todos sus hijos produjo un gran dolor en Lamia y despertó su ira. Su venganza consistió en robar a los hijos de todas las madres y asesinarlos. Se le consideró como una caníbal.
En líneas generales los judíos y los griegos tienen muchas similitudes entre sus historias sobre Lilith.
Como demonio
La imagen de Lilith está más asociada con actos malignos. Era muy temida por las mujeres embarazadas porque consideraban que sus hijos podrían estar en peligro al momento de nacer.
La forma de actuar de Lilith era asesinar a los bebés al momento de nacer. Se caracterizó por beber la sangre de los varones y luego se los comía. Se le consideró una especial de caníbal.
Si las mujeres querían protegerse de esta figura maligna debían acudir a algún religión fuera del cristianismo, el judaísmo o el islam, ya que para estas culturas Lilith nunca fue considerada una diosa. Como protección se realizaban hechizos, se podían usar diferentes amuletos o hacer algún embrujo.
En los texto que se pueden encontrar en la cultura judía existen comparaciones de Lilith con otras figuras malignas. Hay algunas interpretaciones que afirman que no se le da ninguna importancia a Lilith por sus características demoníacas e incluso se discute que su creación ocurriera primero que la de Eva.
Fue entre los judíos donde mayor importancia tuvo Lilith como demonio o como un espíritu malvado.
Como símbolo del feminismo
El movimiento feminista en torno a la figura de Lilith tuvo gran importancia gracias al papel de Judith Plaskow. A finales del siglo XX Plaskow se dedicó a analizar los escritos más importantes y sagrados de la religión judía. Se le consideró como la primera feminista que tuvo la cultura judía y ella misma se catalogó como teóloga.
Su trabajo volviendo a interpretar los textos del judaísmo fue muy importante ya que por primera vez la historia era vista desde los ojos de un grupo de mujeres y no solo por hombres. En ese trabajo Plaskow decidió contar la historia de Lilith con un nuevo enfoque.
Se basaron las referencias que se hicieron de esta figura femenina en el alfabeto de Ben Sirá. Para Plaskow, Lilith y Adán eran seres que se fueron creados y se encontraban en absoluta igualdad. La teóloga explicó que la separación de Adán con la que habría sido su primera mujer fue por la actitud autoritaria de él y la oposición a reconocer a Lilith como su igual.
De esta forma Plaskow luchó en primer lugar para que se reconociera a la figura de Lilith como la primera mujer de Adán. Luego, trató de demostrar que desde el principio de los tiempo las mujeres exigían reconocimiento por sus derechos y estos no eran respetados.
Lilith en las obras modernas
La figura de Lilith empezó a adquirir características feministas a finales del siglo XVIII y comienzos del XIX. Durante esa época en la literatura el género más difundido tenía que ver con el romanticismo.
Uno de los autores más relevantes fue el poeta alemán Johann Wolfgang von Goethe. El escritor publicó en 1808 su trabajo Faust I y allí presentó a Lilith. Fue la primera vez que esta figura femenina de la antigüedad fue nombrada en obras modernas. Se presentó como un personajes seductor y de gran sexualidad.
Con el paso de los años más autores fueron presentando las historias de Lilith o Lamia en sus obras. Tal fue el caso del británico John Keats, un británico muy influyente en la poesía del Romanticismo.
Keats en varios de sus poemas se inspiró en las leyendas que rodeaban a Lilith. Se inspiró en esta figura para crear personajes atrayentes. Algunos críticos literarios consideran que la protagonista de la historia de La belle dame sans merci” sería Lilith.
Lilith también fue representada en otros movimientos artísticos, especialmente en la pintura. Dante Gabriel Rossetti, pintor inglés, fue uno de los autores que más influencia tuvo en la imagen feminista de Lilith. La representó en el cuadro Lady Lilith que cuenta con elementos que refuerzan la imagen de mujer sensual que atrapaba a hombres que se creó durante el período romántico.
En el cuadro, Rossetti pintó flores que tenían diferentes significados. Las muerte estuvo representada por las amapolas y la pasión sin felicidad se simbolizó con las rosas de color blanco. Rossetti también fue el autor de un soneto que tuvo por nombre Lilith.