Los Arquetipos De Carl Gustav Jung

Carl Gustav Jung fue un importante psiquiatra y psicoanalista que desarrolló una teoría psicoanalítica en la que introdujo dos ideas principales: el inconsciente colectivo y los arquetipos. Para conocer acerca de los arquetipos de Jung es necesario mencionar al inconsciente colectivo, que era definido por Jung como “el conjunto de elementos interpersonales – normalmente subliminales – que comparten un conjunto de individuos, como la cultura, la idea de arte, las relaciones con otras personas…”.

Los arquetipos para Jung también son conocidos como imagos, imágenes primordiales o mitológicas, son una tendencia innata que no es aprendido a experimentar las cosas de una determinada manera. Este carece de forma, pero actúa como un organizador sobre las cosas que vemos o hacemos. Por ejemplo, Para Jung, existe un arquetipo de maternidad el cual define de manera inconsciente cómo funciona una madre y qué rol debe adoptar. Curiosamente, muchas culturas comparten la misma idea sin haberse puesto en contacto nunca.

Los arquetipos de Jung se dividen en dos subcategorizas la primera, los estereotipos, se refieren a un tipo de personalidad o conducta que se observa en muchas ocasiones y aplicados de manera y el segundo se refiere a la ejemplificación de una personalidad o comportamiento. Son imágenes o metáforas que expresan simbólicamente las actitudes ante dichos problemas. De esta forma Jung clasificaba a los arquetipos como situaciones o conductas repetitivas a través de generaciones que dan significado a símbolos que se presentan incluso como parte de los sueños que explican situaciones problemáticas donde se encuentra o el estado del problema actual de dicha persona en el mundo real. (Bazikyan, 2013)

Los arquetipos más importantes que poseen una representación en el mundo real son tales como se conocerá, la madre, la sombra, la persona, el ánima y animus. La madre este arquetipo es muy útil pues se refiere a la “maternidad”, puesto que todos nuestros ancestros tuvieron madres, y han evolucionado en un ambiente donde siempre se la ha incluido, puesto que sin una madre protectora no hubiesen sobrevivido los primeros años de vida. Ejemplo: las divinidades femeninas, Eva, la virgen María (madre de Jesús en la religión cristiana) todas ellas son figuras en la cultura que están relacionadas con la idea de un poder materno, cuidador y poderoso.(Jonas, 2012)

El mana como tal lo menciona Jung es un poder espiritual que, sin importar la religión o incluso en qué lugar del hemisferio uno se encuentro todos nacen con una predisposición a implorar alguna entidad espiritual para mejor nuestra vida o para ayudar alguien y lo cual es muy lógica pues el ser humano cuando no puede entender algo o no puede hacer algo para mejorar su vida o ayudar alguien se cree que una fuerza espiritual lo ayudara. En las civilizaciones antiguas utilizaban símbolos fálicos, aunque estos no se referían en lo absoluto en el sexo sino más bien al poder y la fertilidad.

La sombra según Jung señala que es la parte instintiva de reproducción y sobrevivencia los aspectos ocultos o inconscientes de uno mismo, tanto positivos como negativos, que el ego ha reprimido o nunca ha reconocido, por otra parte, la persona, imagen pública es decir está relacionada con el término persona y personalidad la cual cada uno vamos desarrollando con el paso del tiempo. Los símbolos que se utilizan para representarla son la serpiente, el dragón, demonios monstros que representarían el inconsciente colectivo.

La persona representa nuestra imagen que mostramos a la sociedad. Está relacionada con su significado en latín que es máscara. Lo cual significa que es la máscara que nos ponemos antes de salir al mundo exterior.

El Anima denota feminidad y su opuesto, el Animus, simboliza la masculinidad cada uno de nosotros y sin importar nuestro género o sexo, disponemos de ambas fuerzas por igual. Así, los hombres dispondrán de una energía femenina dormida y a menudo reprimida. Lo mismo ocurre con las mujeres. Por tanto, si fuéramos capaces de dar impulso a nuestras energías opuestas podríamos beneficiarnos de esas virtudes de cada sexo, como puede ser la intuición, la fuerza, el sentido de protección, el coraje, etc.

El ánima puede estar representada como una joven chica, muy espontánea e intuitiva, o como una bruja, o como la madre tierra. Usualmente se asocia con una emocionalidad profunda y con la fuerza de la vida misma. El animus puede personificarse como un viejo sabio, un guerrero, o usualmente como un grupo de hombres, y tiende a ser lógico, muchas veces racionalista e incluso argumentativo. El ánima se personifica en los sueños a través de imágenes de mujeres que van desde seductoras hasta guías espirituales. Se asocia con el principio de eros, de modo que el desarrollo del ánima de un hombre se refleja en cómo se relaciona con las mujeres. Dentro de la propia psique, el ánima funciona como su alma, influyendo en sus ideas, actitudes y emociones. El animus es el depósito, por así decirlo, de todas las experiencias ancestrales de hombre que tiene la mujer en sentido de la creatividad masculina.(Adamski, 2011)

En conclusión, para Jung estos arquetipos eran símbolos en nuestras vidas que son importar el lugar, religión, situación social. Según Jung estos se forman gracias a el inconsciente colectivo que está presente en todos nosotros aun cuando no estemos conscientes de ello, pues gobierna nuestras vidas de una u otra forma a través de muchas generaciones.

De los arquetipos más importantes que poseemos se encuentra la madre que es el símbolo de protección de todos y cuando se presenta una ausencia de esta, la persona busca un remplazo para este simbolismo de protección, así como otro tipo de arquetípico la mana el poder espiritual que todos de alguna manera se ha invocado es buscar ayuda más allá de lo físico. La sombra como Jung lo describe la parte de la psique que un individuo preferiría no tener presente. Contiene las partes negadas del yo. Debido a que el yo contiene tales aspectos, éstos emergen de una forma u otra.

El ánima y el animus para Jung se pueden entender como que el ánima representa el lado femenino de la psiquis del hombre; y el animus es la parte masculina de la psiquis femenina, y esto se debe a que el hombre ha desarrollado su arquetipo ánima por la continua exposición a las mujeres y la mujer ha desarrollado su arquetipo animus por su exposición a los hombres y esto es porque cada sexo ha adquirido características del sexo opuesto que facilitan las respuestas adecuadas y la comprensión del sexo opuesto. Los arquetipos de Jung a pesar de estar basados en muchos conocimientos mitológicos, y cuestionados por su validez científica siguen teniendo gran relevancia en muchos campos de estudio sobre el comportamiento humano y manteniendo el interés en el inconsciente humano.

Bibliografía

  1. Adamski, A. (2011). Archetypes and the collective unconscious of Carl G. Jung in the light of quantum psychology. NeuroQuantology, 9(3), 563–571.
  2. Bazikyan, S. A. (2013). Sociocultural Models for Interpretation of C . G . Jung Archetypes in Advertising Industry. 2(2013 6), 235–246.
  3. Jonas, J. . (2012). The Twelve Archetypes. University Interscholastic League Capital Conference, 1–6. Retrieved from http://www.uiltexas.org/files/capitalconference/Twelve_Character_Archetypes.pdf
05 May 2021
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