Los Castigos Como Forma de Manipulación en la Educación

Introducción

Dentro de la educación se encuentra la llamada red nomológica y este ensayo de castigo escolar, veremos más adelante, que se trata de un entramado de criterios o normas lógicas, que rigen los usos de los términos incluidos en un mismo campo semántico distinguiéndolos. Esta red está formada por la formación, la instrucción, la manipulación y la enseñanza. Todas ellas forman parte de la educación, pero en este ensayo me voy a centrar en la manipulación. Y en particular uno de los factores que ella conlleva como son, los castigos.

Primeramente, la manipulación tiene una clara intención de que el educado llegue a la respuesta que le interese al educador y no a ninguna otra. Basándose en este objetivo, para llevarlo a cabo está el condicionamiento y el adoctrinamiento. Centrándome en el condicionamiento surgen dos, el operante y el clásico. En cuanto al condicionamiento operante hay dos formas de que un niño o niña actúe de una determinada manera como es el refuerzo o el castigo.

Desarrollo

Los castigos siempre han estado presentes en la educación de cualquier niño o niña. Primero de todo es necesario tener en cuenta que hay diferentes tipos de castigos como son el positivo que se trata en aplicar un estímulo desagradable y el castigo negativo que se basa en la retirada de un estímulo agradable, ambas con el fin de disminuir una conducta indeseable. Tras informarme acerca de las características de los castigos y su empleo centrándome en el concepto de educación, me pregunto si el castigo es una acción educativa, ya que además como he mencionado antes es uno de los factores de la manipulación.

Los castigos condicionan en parte a los niños y niñas. Sin embargo los castigos que no son psicológicos y tampoco físicos son efectivos para disminuir una conducta, siempre que se lleve a cabo ciertas características como son, especificar las reglas antes de que ocurra la situación, no amenazar ni prevenir, sino llevar a cabo la consecuencia en la primera ocasión y cada vez que ocurra el comportamiento indeseable, se debe aplicar inmediatamente después del comportamiento indeseable y la consecuencia debe ser lo suficientemente agresiva para que la persona abandone la conducta indeseable antes de recibirla.

Por ello, estoy a favor de emplear los castigos dentro del entorno educativo, pero no se deben sobrepasar los límites. Estos límites se sobrepasan, en muchas ocasiones en las escuelas y hogares cuando se alcanza una gran agresividad es evidente de que el castigo pasa a ser físico. Esto ocurre cuando se alcanza niveles de maltrato los cuales se asocian años después al riesgo elevado de presentar comportamientos violentos y psicopatología.

Por lo tanto no se puede llegar a los castigos físicos, no es una opción, ya que produce efectos colaterales problemáticos como son, la no enseñanza de conductas nuevas, quien es castigado tiende a evitar relacionarse con quien lo castigó, pueden ocurrir complicaciones emocionales negativas y comportamientos agresivos y quien castiga se siente temporalmente reforzado al desquitar su enojo, pero esa gratificación puede impedir que se percate del impacto que el castigo tiene en el niño castigado.

No obstante, los castigos actualmente son beneficiosos para retirar las malas conductas y en muchas ocasiones son la mejor opción para que conozcan las consecuencias y no se repita la mala acción. Así pues, el castigo tiene varios pros para los niños y niñas como pueden ser la enseñanza de que determinadas conductas no son aceptadas y tienen consecuencias en la disciplina tanto dentro del hogar como dentro de las aulas

Por otra parte, desde pequeños, con estos castigos que parecen insignificantes se les ayuda a socializar a desenvolverse en una sociedad que si haces algo fuera de las normas en este caso hablo de la ley pues tienes consecuencias, ya que al igual que en los colegios si no hubiera unas normas mínimas todo sería una locura.

Los castigos también delimitan los roles dentro de la familia y de las escuelas como la figura de los padres o de los profesores. No es malo que los niños y niñas contemplen una figura de autoridad que en este caso es el que les impone las consecuencias. No se tiene como objetivo que tengan miedo a esta figura de autoridad, sino que esto les favorece para que sean conscientes de sus actos sabiendo que hay una persona a su lado que les va a condicionar, pero a ser mejor personas y tener unos comportamientos más favorables para ellos; por ejemplo, la responsabilidad de estudiar o hacer los deberes.

Por último, en las aulas también se produce un aprendizaje observacional a Través de los castigos. Un ejemplo, dentro de una clase un niño es castigado por levantarse de su asiento en el momento inadecuado los niños obtendrán un aprendizaje observacional porque observan que si se levantan de la silla tendrán un castigo como consecuencia por ejemplo, un negativo o no salir al recreo.

Así pues, en el método de castigo se administra una consecuencia aversiva a la aparición de una conducta. Es una forma de que la persona aprenda lo que no tiene que hacer, en lugar de lo que tiene que hacer. El castigo es en ocasiones favorable siempre que se lleva a cabo de la forma correcta.

Conclusión

Finalmente, en mi opinión, si se emplea el castigo en cualquier situación, este nunca puede provocar ningún daño psicológico ni físico. Además, no se debe abusar de ellos y antes de llevar a cabo un castigo se prueba a recurrir al reforzamiento. No obstante, en este caso he querido tratar los castigos, ya que siempre se ven como algo innombrable, y en mi opinión son muy necesarios en la educación de los niños y niñas, siempre en sobrepasar los límites se obtendrán mejores resultados en las acciones de los niños y niñas.

Bibliografía

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17 August 2021
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