Los Hábitos Del Sueño En Niñez Y Adolescencia

Introducción

 Desarrollo de la problemática causada por los hábitos de sueño tanto en niños como adolescentes, causas, efectos y posibles soluciones. La importancia de obtener hábitos saludables de sueño para un crecimiento sano y en consecuencia un desarrollo físico e intelectual adecuado. La trascendencia de diagnosticar una falta de sueño para su oportuna corrección, los tipos de trastornos que conllevan a este y sus consecuencias.

Objetivo

Concienciar sobre la importancia de un buen dormir, y de las consecuencias de un mal hábito para la salud y el correcto desarrollo de niños y adolescentes.

Desarrollo

El sueño es un hábito fundamental en la vida del ser humano que involucra procesos fisiológicos y conductuales. El dormir conlleva una intensa actividad del cerebro. Por medio del sueño se restablecen funciones físicas y psicológicas de la persona para obtener un rendimiento óptimo durante el día en las actividades que realice.

El buen desarrollo infantil depende en gran parte de patrones estables de sueño, hábitos saludables que le permitan dormir adecuadamente. El correcto sueño nocturno permite una adecuada realización de las actividades cotidianas en el día, mayor concentración y efectividad. De no ser este el caso inmediatamente debe ser expuesto el caso a conocimiento del pediatra para tomar las medidas correctivas necesarias.

El sueño es una etapa cambiante de acuerdo a la edad de la persona, por lo que resulta importante tener presente los patrones de cambio normal que se presenta en el desarrollo de un niño y adolescente, para así determinar algún tipo de problema que se presente con el mismo.

Las influencias de las modelos del sueño en la conducta infantil son evidentes, la salud del niño se ve directamente afectada por la duración y calidad del sueño. Estos factores de malos hábitos de sueño desembocan en el trastorno de sueño en la infancia y adolescencia, que puede tener serias consecuencias en el crecimiento y desarrollo psíquico, riesgo cardiovascular, muerte súbita, conflictos del entorno y problemas de salud como el más relevante la obesidad infantil.Fomentar medidas de educación para crear conciencia de la calidad de las horas de sueño ya que los adolescentes forman un grupo sensible a los malos hábitos de sueño.

Durante los primeros meses de vida, los bebés duermen mucho más tiempo que un adulto, necesitan entre 16 y 20 horas para recuperar energías y aprender a desenvolverse fuera del vientre materno. El rito del sueño cambia de acuerdo a la edad y necesidad de las personas, lo importante es tomar conciencia desde pequeños que tener una sana rutina para dormir y descansar bien es lo ideal para cada uno de nosotros.

Por otro lado, los niños de 6 años y hasta la pre adolescencia, necesitan de 10 a 12 horas de descanso nocturno. En esta etapa es cuando generalmente inician los problemas para conciliar el sueño.En la etapa de adolescencia, la cantidad de sueño se regula a la de un adulto, necesitan dormir de 8 a 10 horas por noche, aunque en la mayoría de los casos no se cumpla. Lastimosamente las presiones sociales acorde a la edad fomentan ciertos hábitos inadecuados del descanso.

El organismo de cada individuo determina la necesidad de sueño de cada organismo y en cada momento. Para evitar sentir somnolencia durante el día es necesario un sueño reparador y correcto en la noche.Una adecuada cantidad y el momento preciso para las horas de sueño, es esencial para las personas que deseen rendir a un cien por ciento. 

Sin embargo, hoy en día, muchos niños y adolescentes no duermen lo suficiente y tienen patrones de sueño cambiantes a lo largo de la semana. Estos son factores que conllevan a un desajuste en su ritmo de sueño de vigilia-sueño que repercute sobre la vida del niño, desde su capacidad para prestar atención en clase hasta su estado de ánimo.

Un mal hábito de sueño provoca trastornos del sueño que, son problemas relacionados con dormir y que tiene serios alcances en la vida cotidiana: bajo rendimiento, agotamiento físico, sueño diurno, dificultad para cumplir con las obligaciones profesionales, familiares o sociales. De acuerdo a la alteración del estado rítmico fisiológico se puede considerar que exista un trastorno del sueño.

Según la Academia Americana de Medicina del Sueño los trastornos del sueño están agrupados en ocho categorías:

1. Insomnio.

2. Trastornos del ritmo circadiano

3. Trastornos respiratorios del sueño u otra causa que perturbe el sueño nocturno.

4. Trastornos del sueño relacionados con la respiración.

5. Trastornos del sueño relacionados al movimiento

6. Hipersomnia de origen central (no producidas por alteraciones de origen circadiano,

7. Parasomnias: de REM, NREM y otras.

8. Síntomas aislados.

9. Otros Trastornos del Sueño, síndrome de las piernas inquietas, terrores nocturnos, pesadillas y sonambulismo

Existen dos tipos relevantes de problemas de sueño infantil, que se pueden determinar así:

•  Dificultad para dormir o permanecer dormido.
•  Episodios perturbadores que interfieren con el sueño.

Inicialmente lo importante es reconocer la existencia de un trastorno de sueño que está afectando al niño o adolescente para poder empezar a resolverlo a corto plazo y notificarlo de inmediato al pediatra. Los tipos de estos casos se dividen en las siguientes categorías en los niños:

•  No puede dormir.
•  Tiene hábitos inauditos por la noche.
•  Duerme durante el día.

Su inicio suele ser variado. Puede aparecer como consecuencia de diversas enfermedades que, son factores de riesgo para la aparición de más patologías.Otras consecuencias desfavorables de los malos hábitos de sueño nocturno pueden presentarse a largo plazo, como en alteraciones de la memoria y problemas en el razonamiento lógico. Mientras que, en la niñez y en la adolescencia, pueden verse perturbados los procesos fisiológicos afines con la función hormonal, presión arterial, eficiencia, capacidad de concentración, obesidad infantil, diabetes, depresión y abuso de medicamentos.

Para evitar una influencia negativa de malos hábitos de sueño en niños y adolescentes es necesario diagnosticar de manera temprana de los trastornos del sueño, ya que se torna en un indicador de posibles trastornos del crecimiento y desarrollo, por lo que debe poner en práctica una rápida y oportuna intervención para el beneficio del niño y su familia, y por consecuencia un estilo de vida saludable.

Mantener hábitos saludables del sueño es imprescindible para el correcto crecimiento emocional y físico de niños y adolescentes, de esta manera evitar sus graves consecuencias. 

Niños de 2 meses a 2 años

Crear rutinas para que el bebé aprenda a comer despierto, recibir su baño y dormir. Ser repetitivo en los horarios para crear un hábito saludable. No darle de comer en las noches. Debe dormir en un ambiente tranquilo, oscuro y la temperatura agradable. Evitar actividad física intensa de 1-2 horas antes de acostarse. No debe hacer las siestas demasiado largas.

Niños de 2 años a 12 años

Darle seguridad al niño, evitar miedos y angustias para que pueda conciliar el sueño solo. Mantener rutinas para el sueño. No darle demasiados líquidos que harán que se despierte para ir al baño. Sólo debe dormir la siesta como complemento del sueño nocturno. Evitar bebidas excitantes.

Etapa adolescente

• Hacer actividad física en el día, ayuda a regular las horas de sueño y a tener mejor ánimo.
• Dormir una siesta no mayor a 45 minutos y debe ser a primeras horas de la tarde
• Evitar que tomen bebidas estimulantes como café, chocolate, cola o energéticas antes de ir a la cama.
• Es beneficioso también que por lo menos una hora antes de dormir eviten estar en contacto con pantallas luminosas como las del celular, la tableta, la computadora o el televisor, las cuales disminuyen la capacidad de conciliación del sueño
• Es bueno que en casa haya un ambiente favorable para el sueño, especialmente al final de la tarde y a primeras horas de la noche. Bajar las luces de las habitaciones y controlar la temperatura también favorece el sueño.
• Finalmente cabe señalar la importancia de la presencia de programas y hábitos educativos del predominio de los malos hábitos de sueño en la salud y desempeño diario de niños y adolescentes, componentes que inciden en la práctica de hábitos de sueño saludables.

Material y Método:

El desarrollo del tema se ha realizado en base a la bibliografía, fuentes documentales oficiales (páginas web, artículos médicos, etc.). Esta información ha servido para reconocer el tema y su problemática al no llevar hábitos sanos de sueño. La repercusión en la vida de un niño y adolescentes.Se tomó como base fundamental niños y adolescentes, ya que esas dos etapas de la vida forman un papel predominante en el desarrollo de un ser humano. Buscando causas relevantes y consecuencias concretas de la influencia en el sueño.

Tener un inapropiado descanso nocturno repercute en somnolencia, disminución de atención y concentración, lentitud de pensamiento, cansancio físico; a nivel psicológico, favorece el proceso de enfermedades como depresión y ansiedad. La apnea del sueño es una de las causas más frecuentes del no dormir, que fomenta la aparición de hipertensión arterial, infarto de miocardio y enfermedades cerebrovasculares. 

La pérdida de sueño entre 3 o 4 horas en los niños, puede provocar:

· Irritación e arrebato

· Intranquilidad

· Agobio y decadencia

· Desaliento y debilidad

· Baja tolerancia a la frustración

· Pérdida de memoria

· Falta de atención, lo que conlleva a un fracaso escolar.

· Poco rendimiento motor

· Depresión.

· Dejadez y oposición

· Falta de concentración

· Dolor de cabeza

· Accidentes, en cualquier medida

· Baja de reflejos

· Apego a las infecciones

En cuanto al tema hábitos de sueño en los adolescentes proviene como resultado del inicio de la pubertad por la generación de hormonas, las que causan a un cambio de dos horas en su fase de sueño, que agregado con sus tareas escolares y demás responsabilidades habituales hacen que su hora de dormir sea más tardía.

A través de buenos hábitos se consigue una higiene del sueño adecuado, la más básica tener un horario permanente para acostarse y levantarse, no menos importantes apagar aparatos tecnológicos mínimo media hora antes de irse a dormir, leer antes de dormir es un hábito muy saludable, evitar focos de luz en los ojos fomenta el sueño.

Conclusión

El hábito de sueño tiene una incidencia directa sobre la salud de una persona, y con más vulnerabilidad niños y adolescentes, ya que ellos están en constantes cambios por la edad misma que atraviesan.Tanto adultos como niños desde temprana edad deben adquirir hábitos correctos antes de ir a dormir para así evitar un mal desarrollo físico en intelectual en el individuo. Sobre la importancia de un buen hábito de sueño parte desde los padres en casa, evitando ceder ante malos costumbres antes de ir a dormir, situación que repercute concisamente en la salud de niños y adolescentes.

Referencia

• A, R., & L, W. (2005). Behavioural approaches to the treatment of sleep problems in children with developmental disorders. s/n: IJBCT.
• a. Sadeh, R. G. (2003). The effects of sleep retriction and extension on school-age children: what a difference an hour makes. Child Dev, 444-445.
• Alvarez, A. (2010). El niño con dificulatdes mientras duerme: trastornos respiratorios durante el sueño. Madrid: AEP.
• asdasdasda. (s.f.).
• Capdevila, S., & Gonzal, D. (2008). Consecuencias neurobiológicas del síndrome de apnea del sueño infantil. Miró: Rev Neurol.
• Carro T., G. A. (2006). Estructura del sueño. Madrid: International MMarketing & Communication, S.A.
• Convertini G, K. S. (2003). Trastornos del sueño en niños sanos. s/n: Arch Argent Pediatr.
• Ednick M, C. A. (2009). Areview of the effects of sleep during the first year of life on cognitive, psychomotor, and temperament development. s/n: SLEEP.
• Espósito M, G. B. (2013). Primary nocturnal enuresis as a risk factor for sleep disorders: an observational questionnaire-based multicenter study. Neuropsychiatric Disease and Treatment., 437-443.
• Francisco, L. (s/d de enero de 2013). Investigación sobre la relación entre el sueño y el rendimiento escolar en Badajoz. Badajoz, Badajoz, España.
• H. Hiscock, L. C. (2007). Adverse associations of sleep problems in Australian preschoolers: National Population Study. Pediatrics, 86-93.
• Hoban, T. (2010). Sleep disorders in children. 1-14.
• Idiazábal-Aletxa MA, A.-M. S. (2009). Sueño en los trastornos del neurodesarrollo. Rev Neurol.
• J, S. (2011). Promoting effective interventions for sleep problems. s/n: Nurs Child Young People.
• Jian-ning M, G.-f. X. (2010). Etiologies of associations between childhood sleep disorders and behavioral problems in China. Biological Rhythm Research.
• Kaku A, N. N. (s.f.). Randomized controlled trial on the effects of a combined sleep hygiene. ind. Health, 52-59.
• Kohl MS: Early to Bed, E. t. (2011). Early to Bed, Early to Rise?: An Exploration. Sch Nurs, 348-354.
• Liu X, Z. H. (2002). Sleep duration, insomnia and behavioral problems among Chinese adolescents. s/n: Psychiatry Res.
• Mental S, S. J. (2002). Calidad de sueño en estudiantes universitarios: importancia de la higiene del sueño. Salud Mental.
• Miró, E. (2002). Patrones de sueño y salud. International Journal of Clinical and Health, 308-15.
• Moseley L, G. M. (2009). Evaluation of a school-based. s/n: Sleep.
• Pin Arboledas G, C. A. (2008). Pin Arboledas G, Cubell Alarco M, Trastornos del sueño en el niño. Pediatr Integral, 877-884.
• Spruyt K, G. D. (2011). Pediatric sleep questionnaires as. Sleep Med Rev, 19-32.
• Tarullo AR, B. P. (2011). Sleep and Infant Learning. Infant Child Dev. , 35-46.
• Touchette E, P. D. (2007). Associations between sleep duration patterns and behavioral/cognitive functioning at school entry. sleep, 30.
• Westchester, I. (2005). The International classification of sleep disorders. s/n: Diagnostic and coding.