Los Movimientos Indígenas y la Educación del Siglo XX en Perú

A inicios del siglo XX, debido al requerimiento mundial de lana, los gamonales expandieron e incrementaron sus haciendas, despojando de manera directa de sus tierras y ganados, a las comunidades indígenas del sur andino peruano de distintas maneras. Del mismo modo, establecieron un sistema semi-feudal para consolidar su dominio político, económico, social y eclesiástico, contra el cual estallaron rebeliones en varios sectores.

El gamonalismo, que muy aparte de estar formado por los gamonales, también lo conformaban los militares, clérigos, prestamistas, se apoderaba de las tierras implantando un sistema semi-feudal y también acaparaba el control del dominio político, mientras que en Lima gobernaba la oligarquía civilista, en el interior lo hacían los gamonales.

Los terratenientes o gamonales querían fortalecer su poder en ese entonces, con la industria lanera, impidiendo el acceso de los indígenas con la exportación directa de la lana.

Debido a la desapropiación de las numerosas haciendas, despojando de sus tierras a los indígenas, obteniéndolas de diversas formas; la discriminación por parte de los gamonales, teniéndolos en ocasiones como servidumbre, la arbitrariedad de las autoridades, ya que con artilugios y mañas tenían complicidad con el juez y el cura del pueblo; también obstruyendo y no permitiendo la educación en la región andina, la población no se desarrollaría y no habría productividad de lana por ellos mismos.

Por ello, hubo sucesivas y varias rebeliones campesinas que entre ellos destacan dos: el levantamiento de Juan Bustamante Dueñas (1866-1868) y el de Teodomiro Gutiérrez Cueva (1915). El primero fue el movimiento indígena de Huancané, catalizado como la primera organización indigenista del Perú; la rebelión trata del alzamiento encabezado por un hacendado liberalista, que respaldó a los indígenas en su disputa contra el cobro de la “contribución indígena”. y así encabeza una frustrada resistencia que acabaría cruelmente con su vida. El segundo, estuvo al mando de Teodomiro Gutiérrez Cueva, conocido popularmente como Rumi Maqui, quien decreta la abolición de los repartos de lana y los trabajos gratuitos, y denuncia los abusos de los gamonales.

El punto culminante de las rebeliones indígenas de inicios del siglo XX llegará en 1923, se trata de la sublevación de Huancané o de Wancho Lima, que posee marcadas diferencias con respecto a los demás alzamientos. Que estaba dirigido fundamentalmente contra el autoritarismo y el abuso de las autoridades “notables” y los “vecinos principales” asentados en Huancané.

Considerando el compromiso de apoyo que el presidente Augusto Leguía deseaba establecer con la población indígena luego de varias asambleas, optaron por el vínculo y respaldo legal del Estado a través del pedido de autorización de la fundación de un pueblo autónomo completamente indígena. Es decir, cortar con el sistema de explotación interno mediante la separación pacífica y el respaldo del gobierno. Sin embargo, el poder efectivo de los hacendados se mantendría hasta la reforma agraria de Juan Velazco Alvarado.

La respuesta de los indígenas ante el gamonalismo fue, como primera medida, desarrollar diversas propuestas de los docentes indigenistas para la creación de escuelas rurales y urbanas para los indígenas de toda edad, y con ello involucrarse en el mercado nacional e internacional de lanas; ante la ausencia del Estado peruano y la opresión, explotación y despojo de tierras de parte del gamonalismo.

Las escuelas campesinas establecidas tuvieron un efecto positivo, pues los líderes campesinos ya habían sido alfabetizados y concientizados de su dignidad y de sus derechos. Es así como se enfrentaron a sus dominadores para demandar, establecer una defensa legal y liberarse obteniendo justicia.

La finalidad de la escuela rural debía ser no solo la enseñanza de la lecto-escritura en castellano, sino también infundir en el campesino la confianza en sí mismo y en su medio social, y el arraigamiento del indígena a su medio ambiente. Las Brigadas de Culturización Indígena fueron el intento más relevante de utilización de las lenguas vernáculas en el contexto rural indígena.

En 1947, el Senado peruano aprueba la creación del Instituto Experimental de Educación en Puno, que buscó renovar la educación de los niños quechuas y aymaras. La Educación Rural en el Perú debía demandar no solamente la contribución del Ministerio de Educación Pública, sino también la de otros ministerios.

08 December 2022
close
Tu email

Haciendo clic en “Enviar”, estás de acuerdo con nuestros Términos de Servicio y  Estatutos de Privacidad. Te enviaremos ocasionalmente emails relacionados con tu cuenta.

close thanks-icon
¡Gracias!

Su muestra de ensayo ha sido enviada.

Ordenar ahora

Utilizamos cookies para brindarte la mejor experiencia posible. Al continuar, asumiremos que estás de acuerdo con nuestra política de cookies.