Los Niños Con Altas Capacidades
Introducción
Las madres pasan muchas horas al día con sus hijos. Los observan de cerca e interactúan con ellos en diferentes contextos. De hecho, son las mejores predictoras de sus habilidades, capacidades, intereses y necesidades. Por ello, es tan importante el papel de una madre de un niño con altas capacidades, para el desarrollo de su hijo. Así, muchas veces las madres son el factor clave para la identificación de las altas capacidades. Y, también, para su intervención psicopedagógica y correcta respuesta a sus necesidades específicas de apoyo educativo. Ser madre de un niño con altas capacidades.
Desarrollo
Ser madre de un niño con altas capacidades no es una tarea fácil. Pero es muy enriquecedora. Puesto que se tiene la oportunidad de criar y educar a un niño con habilidades extraordinarias. A pesar de ello, no se debe tratar a un hijo con altas capacidades de un modo especial o diferente. Simplemente hay que aprender a adaptarse a su forma de ser y a sus demandas. El papel de familia en el desarrollo de las potencialidades de un niño con altas capacidades intelectuales es fundamental. Por ello, especialmente, las madres deben adquirir recursos para responder a las necesidades intelectuales, emocionales y sociales de su hijo.
En este sentido, es imprescindible que contrasten desde el principio sus impresiones con el centro escolar y que estén informadas de los diversos procesos de: Detección. Evaluación. Disposición de medidas educativas. Puesto que, la intervención educativa no tendrá éxito si no existe una colaboración y un compromiso entre la familia y la escuela. Es decir, debe haber una comunicación fluida entre los dos contextos en los que el niño pasa la mayor parte del tiempo. Objetivos de la intervención siendo madre de un niño con altas capacidades. Las madres de niños con altas capacidades no deben olvidarse de proporcionar afecto, apoyo y cariño a sus hijos.
Además, tienen que centrarse en dar una educación que se ajuste a sus necesidades. Pero, hay que evitar exigirles y presionarles demasiado, así como sobrevalorar algunas de sus capacidades frente a otras. Por tanto, se puede decir que los objetivos fundamentales de la intervención familiar son las siguientes: Potenciar los intereses personales del estudiante, sin perder de vista el desarrollo equilibrado de todas sus capacidades. Fomentar su participación en actividades diversas (educativas, deportivas, lúdica, etc.), pero sin agobiarle. Adecuar el nivel de exigencia familiar a las posibilidades del niño.
Potenciar su autonomía intelectual y autoestima. Procurar que tenga vida social, relacionándose con gente de su edad y estableciendo vínculos de amistad. Mantener una buena relación con el centro escolar. El ser papá de un chico con altas capacidades no significa que tenemos la tarea de educar un Superman o Superwoman, sino de respetar su individualidad. Encuentro Nacional de Aptitudes Sobresalientes. Importancia de la relación entre familia y escuela. Como ya hemos mencionado, es importante que familia y escuela mantengan una buena relación. De forma que compartan planteamientos y el niño pueda percibir coherencia entre los dos contextos en los que se desarrolla.
Conclusión
Los profesionales de la escuela deben realizar periódicamente, con la participación de la familia, un seguimiento y una evaluación de las medidas adoptadas. De modo que, el seguimiento sirva para: Introducir cambios y mejoras en el proceso de aprendizaje. Analizar estrategias educativas. Coordinar formas de intervención psicopedagógica. Y, la evaluación continua sirva para: Valorar todos los aspectos del proceso de enseñanza, aprendizaje. Mejorar los aspectos más deficitarios. Por todo ello, hay que tener en cuenta que la educación, tanto en la escuela como en el hogar, es imprescindible para el desarrollo integral de los niños con altas capacidades. Si la capacidad ha de transformarse en talento, la educación es lo que está en medio.