Lucha Para Combatir La Homofobia Y Transfobia

“La cuestión de la diversidad sexual refiere a la condición de ser diverso, es decir, al hecho de ser diferente y sugiere una distancia al respecto de “la norma”, que es la heterosexualidad” (Weeks, 2000).1 De acuerdo con Jeffrey Weeks (2000)1, la diversidad implica un continuum de conductas en el que un elemento no tiene un valor más fundamental que cualquier otro. Para algunos teóricos, la diversidad sexual abarca las sexualidades “plurales, polimorfas y placenteras” como la homosexualidad, el lesbianismo, la bisexualidad y el transgénero, ya sea como “identidades esencializadas o como prácticas sexuales sin carácter identidario”. De hecho, se considera que la categoría de la diversidad es relativa y está abierta al cambio y a la inclusión de nuevas identidades de acuerdo con el momento histórico y el contexto cultural específico. A su vez, es importante considerar que la diversidad de género incluye identidades plurales diversas a su interior.

“El modelo masculino preconizado por nuestra sociedad tiene algunas características muy destacadas que lo definen esquemáticamente: los hombres y los niños pueden ser algo rudos pero nobles, no suelen poner demasiado énfasis en la exteriorización de sus sentimientos ya que ello es signo de debilidad, pueden ser amantes de la aventura y el riesgo, han de ser asertivos y contundentes en sus decisiones, etc. El modelo femenino tiene así mismo sus correspondientes características: las mujeres y las niñas son sensibles, tiernas en sus relaciones, expresan con facilidad sus sentimientos, se inclinan a ayudar a las demás personas, y también necesitan protección, seguridad y estabilidad” (Leal García, 1998).2 Pero existen otros tipos de comportamientos y es ahí cuando la sociedad pone en juicio lo moral con lo anormal, entonces se desencadenan reacciones agresivas, incomprensibles y de negación; en lo opuesto, el pensamiento que demanda y exige aceptación se proclama y cada vez se vuelve más fuerte y frecuente, es aquel que rompe las barreras de lo “Natural”, lo “Normal” y lo “Moralmente aceptable” para cambiar los perjuicios y estereotipos de la sociedad.

El sexo y el género, son conceptos totalmente diferentes, la primera por su parte nos genera la pregunta ¿Qué eres?, y la ultima la pregunta ¿Quién eres?, siendo esta una construcción social sobre lo que esperan que seas y te comportes como tal representando lo que eres. “Estas características que hacen al género determinan qué significa ser hombre o ser mujer en una cultura y un momento histórico determinado. Son las que definen las oportunidades, roles, responsabilidades, formas de sentir y modos de relacionarse de las personas. Por eso, se dice que el género es construido por las personas, de la misma forma que se construyen las ciudades”. (Guía básica sobre diversidad sexual, 2006).3 Así mismo se puede decir que también la cultura de cada sociedad influye en la construcción de las características de cada individuo, ya que establecen formas de vivir y expresar su sexualidad, además de tener siempre presente los estereotipos de género.

Cada individuo posee identidad de género, es decir, si se identifica o no con su sexo biológico, pero la cuestión está en el trato que se les da a las personas que no se identifican con su biología (Transgénero), que en su mayoría no es el adecuado sea por idealización, falta de cultura o educación en general. Para ellos, solo basta con observar su apariencia y como esa persona se presenta, y así ofrecer un trato digno e íntegro y para esto no es necesario que lo diga una ley como la Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada en 1948 por la Asamblea General de la Naciones Unidas y la Declaración sobre orientación sexual e identidad de género aprobada Consejo de DDHH de las Naciones Unidas en 2008. Colombia no se ha quedado atrás con respecto a esta situación en el Artículo 1° de la Ley 1482 de 2011 de “Antidiscriminación” dice: “Esta ley tiene por objeto garantizar la protección de los derechos de una persona, grupo de personas, comunidad o pueblo, que son vulnerados a través de actos de racismo o discriminación”.4 Esta ley defiende y garantiza la protección de los derechos de una persona, grupo de personas, comunidad o pueblo, ya que permite avanzar en la lucha contra cualquier tipo de discriminación, incluidas las expresadas contra la población LGTBI.

La pregunta velada y casi nunca expresada es si los hombres y las mujeres homosexuales son menos hombres o menos mujeres por su orientación sexual. “Por ello es que han abordado la estrecha relación existente entre el machismo, entendido como la adopción extrema por parte de hombres y mujeres de los roles de género asignados, y el rechazo a la homosexualidad, en tanto que la homosexualidad representa una amenaza para los estereotipos de género que existen tanto para los hombres como para las mujeres” (Castañeda, 1999).5 En la actualidad, a pesar de encontrarnos en una sociedad que supuestamente es inclusiva aún se visualizan focos de odio e intolerancia hacia la diversidad sexual. Las personas que son juzgadas se sienten perseguidos y acosados por el solo hecho de tener una orientación e identidad sexual distinta a la común, lo que fuerza a estos individuos a mantener un perfil bajo en la sociedad, como lo dice el estudio hecho en la unión europea Homofobia Y Discriminación Por Motivos De Orientación Sexual E Identidad De Género En Los Estados Miembros De La UE en 2009 “(…)muchas de las personas LGBT adoptan una estrategia de invisibilidad debido, entre otras cosas, al temor a sufrir transfobia, homofobia y discriminación. Una vez más, esta estrategia, así como el desconocimiento de los derechos, impide a las personas LGBT denunciar los incidentes de discriminación experimentados”.6

Hablar de igualdad e inclusión es hablar de los principios de la democracia liberal, ya que el ideal de este régimen político es la consecución de la igualdad en términos de la representación y las prácticas de elección, y la inclusión de todos los ciudadanos en términos de igualdad de derechos. Las prácticas discriminatorias como las excluyentes, están presentes en lo que se ha dado en llamar homofobia, esta última “(…) debe ser entendida primordialmente como prejuicio sexual, heterosexismo y estigma, y no como una enfermedad que causa rechazo social”. (Gregory Herek 2004).7 Este autor considera que la combinación de estigma sexual, heterosexismo y prejuicio sexual permiten conocer el origen del rechazo y plantear una solución social a las prácticas discriminatorias y excluyentes en contra de las minorías sexuales. Establece que la primera dificultad a enfrentar es el conocimiento social compartido de lo negativo de los comportamientos, identidades, relaciones y comunidades no heterosexuales, lo segundo es la ideología cultural que perpetúa el estigma sexual y actitudes negativas basadas en la orientación sexual. De este modo surgen organizaciones que luchan con el objetivo de influir en las políticas públicas del Estado y hacer que sus miembros sean visibles como sujetos sociales y políticos; hacen esto realidad realizando trabajos comunitarios, practicas, reuniones, talleres, asesorías personalizadas en donde capacitan y educan sobre la sexualidad, valores y ámbito legal que conlleva la diversidad sexual, también otorgan apoyo emocional a personas que lo requieran, en otras palabras luchan contra la ignorancia sobre la cuestión y crean vínculos de soporte emocional.

La diversidad de género es el tema del siglo XXI, vemos como es necesario una transformación cultural para abarcar este tema adecuadamente; estableciendo así la manifestación del ser humano (actos y actitudes) como un derecho que debe ser valorado y respetado física y moralmente. A la fecha, la estrategia de la visibilidad es una cuestión no sólo social sino política, que requiere de la expresión pública de la orientación sexual como condición y argumento a favor del cumplimiento de ciertos derechos o de la realización de las reformas necesarias a fin de garantizar la equidad de esta minoría. Observamos como la sociedad conservadora con el paso del tiempo avanza en términos de igualdad y equidad dando espacios de mayor apertura y reconocimiento hacia esta comunidad.

Es aquí donde vemos como la diversidad de género es un tema que está surgiendo y tomando poder en la vida cotidiana de la sociedad en general, sin embargo como todo lo que es nuevo y mal visto durante el trascurso de la historia, tienen sus opiniones encontradas que generan debates interminables e incomprensibles por parte de cada cara de la moneda, no obstante la sociedad cree poder estar entrando en razón con respecto a este tema y valores como el respeto, la comprensión y la aceptación están saliendo a flote de manera gradual.

Bibliografía

  1.  Weeks Jeffrey. 2000. Sexualidad, México, DF, Paidós.
  2.  Aurora Leal García. 1998. Diversidad y género en las relaciones interpersonales Universitat Autònoma de Barcelona. Departament de Psicologia de Educació Bellaterra (Barcelona). Spai Educar 22-23, pag. 171-179
  3.  Guía básica sobre diversidad sexual, 2006. Ministerio de Salud de la Nación. Argentina.
  4.  Ley 1482 “Antidiscriminación”. Código penal de Colombia. 30 Noviembre de 2011
  5.  Castañeda Marina. 1999 La experiencia homosexual, México, DF, Paidós.
  6. Homofobia y discriminación por motivos de orientación sexual e identidad de género en los estados miembros de la UE. 2009. Agencia de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea, Viena – Austria.
  7.  Herek, Gregory M. 2004 “Beyond ‘Homophobia’: Thinking about Sexual Prejudice and Stigma in the TwentyFirst Century”, Sexuality Research and Social Policy, vol. 1, núm. 2, abril, San Francisco.
01 July 2021
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