Maltrato Infantil Es Físico, Sicológico ó Social

 

El desarrollo intelectual y comportamental de los niños, muchas veces es producido por acciones emergentes en la vida del menor, como es el caso de la dinámica familiar. La familia actúa como un sistema general de apoyo y se constituye por unidades, las cuales serían los miembros de ella. La familia maneja, entonces, una cultura y características que apoyan o congestionan al menor en el desarrollo social e integral del mismo, promoviendo indicadores que aprecian el estado emocional e intelectual de los miembros (Herrera, 2019). Según Cuervo (2010), dentro de este sistema general, pueden aparecer ciertas dificultades que alteran igualmente el sistema familiar y que afectan al desarrollo cognitivo de los infantes, tal como la violencia infantil dada desde cualquier tipo y en diferentes manifestaciones (maltrato físico, psicológico o social).

El maltrato infantil o violencia infantil se vive en Colombia y el mundo entero, registrando altos índices de mortalidad y partiendo desde el ambiente familiar como núcleo de protección de los niños, y a la vez, factor de riesgo que compromete la salud integral de ellos. En tal sentido, en este sistema pueden encontrarse situaciones de conflicto y crisis, con afecciones que inciden directamente en los niños del hogar como índice multiplicador, provocando una serie de repercusiones en ellos, que van desde los efectos físicos hasta traumas psicológicos y un bajo nivel de desarrollo cognitivo. (Sierra, Macana, & Cortes, 2006)

Uno de los factores más determinantes dentro de la violencia intrafamiliar es el maltrato infantil, y puede darse de forma psicológica, física por desatención, abandono, entre otros. Las consecuencias de la violencia podría generar daños en el bienestar físico y/o mental de los infantes, que repercuten en la salud del menor, tal como, un bajo desarrollo cognitivo, reflejado en un bajo rendimiento o desempeño en las actividades educativas (atención, retención y concentración). (Alarcón Araújo Angelica, Godoy, & Vera, 2010). Asimismo, se pueden presentar dificultades en las funciones ejecutivas como lo son, la organización, planificación entre otras, u afecciones como la depresión, la agresividad, la baja autoestima, las conductas adaptativas, inconvenientes en la salud mental, etc. (Arruabarrena & De Paúl, 2000).

En un estudio realizado en el año 2009 por Zelaya de Miglioirsi, González, & Piris de Almirón, se demuestra que el maltrato infantil ocupa un cuarto puesto en consultas de unidad mental con más diagnósticos en el Hospital general Psiquiátrico, seguido de los trastornos de aprendizaje, en donde cifras estadísticas denotan 1356 historias clínicas en un lapso determinado equivalente a 8 años (2001 – 2009). El estudio arrojó que las víctimas proceden primordialmente del departamento central con una equivalencia de 77%, donde el sexo que predominó fue el femenino en un 55% y masculino con un 45%, el intervalo de edades con más afectaciones estuvieron en un rango de 4 a 14 años de edad y el tipo de maltrato más influyente fue el abandono por parte de padres o cuidadores con un estadístico de 51%, seguido del maltrato físico y el abuso sexual infantil, las víctimas manifiestan que en un 99% conocían al agresor.

En otro estudio de este mismo fenómeno que abarca América latina y el Caribe, se destaca que aproximadamente 185.000.000 de menores de edad (el 50% de infantes), sufren agresiones muy severas y aproximadamente 80.000 mueren al año (Francia, 2003). Un informe efectuado por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar evidencia que el maltrato infantil es la denuncia con más índice. El informe arroja que las denuncias emitidas se reducen cuando se encuentra el menor en vacaciones escolares y cuando hay regreso a clases, las denuncias aumentan con mayor frecuencia, las cifras estimadas son del año 2012, en los meses de vacaciones, fueron recibidas 5590 y 5899 denuncias respectivamente, mientras que, en los meses de clases, aproximadamente 7396 casos (Bienestar Familiar, 2012).

Según la Organización Mundial de la Salud, el maltrato infantil provoca durante toda la vida del niño, secuelas graves, tales como alteraciones en la salud mental y física (Organización Mundial de la Salud, 2016). Según Cabrera & Astaiza (2016), las secuelas del maltrato infantil a lo largo de la vida del infante pueden afectar el desarrollo psicológico de los niños, partiendo de que un infante no posee la madurez neurológica necesaria para contrarrestar dichas alteraciones, además manifiestan que son variados los efectos secundarios en el desarrollo cerebral y psicológicos y pueden trascender desde la infancia hasta posiblemente la edad adulta, es decir, si no se detiene o se le brinda ayuda a la víctima de maltrato a tiempo. En tal sentido, las repercusiones afectaran su vida en diferentes formas, siendo la motora la menos afectada, por ejemplo, el retraso en el desarrollo tanto cognitivo y de personalidad, como conductual (estrés, ansiedad, irritabilidad, distracción, conductas agresivas, personalidades asociales y antisociales entre otras) (Pino & Herruzo, 2000). 

23 Jun 2021
close
Tu email

Haciendo clic en “Enviar”, estás de acuerdo con nuestros Términos de Servicio y  Estatutos de Privacidad. Te enviaremos ocasionalmente emails relacionados con tu cuenta.

close thanks-icon
¡Gracias!

Su muestra de ensayo ha sido enviada.

Ordenar ahora

Utilizamos cookies para brindarte la mejor experiencia posible. Al continuar, asumiremos que estás de acuerdo con nuestra política de cookies.