María Wollstonecraft: Desde una Mirada Feminista

Mary Wollstonecraft

Hoy día hablaremos de algo diferente, nos desviaremos completamente del esquema, hoy hablaremos de una autora, de una escritora de gran renombre, importante y muy influyente en lo que es el mundo moderno, o más bien, hablaremos de su pensamiento y de sus tajantes o complementarias críticas hacia ciertos autores. Pero antes de seguir me gustaría insertar una cita bastante relevante mencionada por la misma, ya que ha de introducirnos y contextualizarnos para abrirnos paso y preparar nuestra mente respecto a lo que está por venir, esta dice así: “Esto es exactamente lo que pretendo. No deseo que tengan poder sobre los hombres, sino sobre sí mismas.”  Desde dicho fragmento podemos apreciar que Mary Wollstonecraft es alguien defensora completamente de los derechos de la mujer, y encargada, por supuesto, de hacer valer dichos derechos a partir del poderoso mensaje que nos entrega mediante su escritura. Es por esto por lo que me parece valioso leerla y entenderla, ya que hoy en día el Feminismo es una línea muy potente que ha logrado convocar a todas las mujeres del mundo, y a los hombres como aliados de dicho movimiento. Mary inicia con la idea de que todos los seres humanos, incluidas las mujeres, somos iguales en dignidad, y por consiguiente debemos ser tratados todos y todas con el mismo respeto. Presenta la infantilización de las mujeres como consecuencia de la falta de educación, la cual impone una gran barrera ante su capacidad de razonamiento. Habla, impactada, del dominio cuestionado y naturalizado de los hombres sobre ellas, una de las grandes problemáticas vistas en aquella época. También menciona la falta de ejercicio intelectual en el caso de las mujeres, el que se complementa con la exageración del sentimentalismo de estas; víctimas del amor romántico, pérdidas en sus mentes sobre desventuras acerca de amantes, abandonos y nuevas conquistas.

Siguiendo la introducción, comenzaré hablando de mi crítica hacia Jean Jacques Rousseau desde la mirada de Wollstonecraft, por supuesto. Pero antes, me gustaría introducir este párrafo con la siguiente cita: “Por esta razón, la educación de las mujeres siempre debe ser relativa a los hombres. Agradarnos, sernos de utilidad, hacernos amarlas y estimarlas, educarnos cuando somos jóvenes y cuidarnos de adultos, aconsejarnos, consolarnos, hacer nuestras vidas fáciles y agradables; estas son las obligaciones de las mujeres durante todo el tiempo y lo que debe enseñárseles en su infancia.” Y solo con este pequeño pedazo de texto ya podemos figurarnos una idea bastante clara y evidente acerca del pensamiento retrógrado, misógino y machista de Rousseau. En primer lugar, posiciona a la mujer como un ser inferior cuyas ambiciones y metas se reducen al deber de servir al hombre y someterse a su adiestramiento, sin autoridad ni influencia alguna. Ellas deberán encargarse de todas aquellas tareas que no dependan del uso de razón, sino más bien actividades que requieran de más tacto y de ejercicio doméstico; es realmente ridículo como este autor llega a rebajarlas hasta tal grado. Dicho todo esto, ya podemos entender perfectamente por qué se encuentra criticado en un libro llamado “La Vindicación de los Derechos de la Mujer”. Antes de seguir, creo que es prudente contextualizar por qué hablamos de Rousseau, y es que todo surge porque dicho personaje, en uno de sus libros, llamado “El manual de Emilio”, nos habla de la figura de Sofía, esposa demente de Emilio, cuyas cualidades deben ser complementarias de las masculinas. Muy bien, yo opino que esa diversidad entre el modelo masculino y femenino, claramente no le hace ningún favor a Sofía, puesto que la obra en cuestión privilegia el sindicalismo y el sensualismo de la mujer frente a su intelecto, y por este medio refuerza la subordinación de las mujeres hacia los hombres. Es por esto, que toda culpabilidad, a mi juicio, recae en aquellas bases que defendía Rousseau de la educación, una educación entendida como la causante de profundizar en dicha imparcialidad por parte del mundo hacia la mujer, respecto del hombre. Además, Rousseau habla de la dependencia o sujeción por parte del género femenino hacia el masculino con todo aire de espontaneidad, normalizaba esta situación sin rodeo o vacilo alguno, lo que creo que es fatal y vergonzoso. Y es por esto por lo que Mary, siempre buscó la ruta para conseguir igualdad dentro de la educación de las virtudes y del resto, tal como la conseguían los hombres. Ya que se le priorizaba una educación completa y de calidad al género masculino, sobre todo, lo que deja a las mujeres en un segundo plano, donde no son tomadas con seriedad, ni mucho menos en cuenta.

A continuación, giraremos el timón del barco e iremos a parar con dos filósofos de alto renombre, Aristóteles y Platón, para analizar sus posturas y criticarlos desde su pensamiento hacia la mujer. En primer lugar, Aristóteles se refiere a la mujer como un hombre a medias, nos habla de que la hembra (pasiva) se expone a movimiento gracias al macho, quien sería el activo, dominante y guía de ésta. Este mismo filósofo nos habla de la deficiencia moral, intelectual, física y racional de las mujeres, y que los hombres, desde lo racional son más capaces de captar y absorber conocimiento. Desde este pequeño contexto sobre lo que nos ofrece Aristóteles acerca de la mujer, podemos imaginarnos cómo estaría Mary Wollstonecraft al respecto; desde luego, indignada, frustrada y llena de rencor. Aristóteles entonces puede ser calificado como un absurdo más, a mi juicio y al de Wollstonecraft. Nuevamente nos encontramos con la clara dominación del varón sobre la mujer, la cual ha de ser inaceptable, ya que lo único que desean las mujeres no es establecerse como poderosas sobre los hombres, sino que sobre sí mismas, es decir, que solo bastaría que puedan ser reconocidas como iguales, de modo que puedan sentirse con la misma seguridad de que no valen menos, ya que por un tema lógico nadie carece o se excede en cuanto a un valor cuantificable. Las mujeres, al mismo tiempo, necesitan ser reconocidas como independientes, como autónomas, como las únicas responsables de sí mismas, no necesitan ser movidas únicamente por un hombre, tal como dice Aristóteles. Además, este mismo habla de que la mujer es inferior en diferentes aspectos, ya sea física como racionalmente, pero si en ese tiempo se le hubiese dado si quiera una pequeña chance a las mujeres de probarse es las mismas circunstancias que los hombres, es decir, si hubiese podido recibir la misma educación se podría haber demostrado lo contrario de inmediato, pero sin embargo se les entabla un prejuicio tan vago y pobre como que ellas no son ni si quiera capaces de originar la vida, sino que solo son recipientes ansiosos de ser llenados por semen para formar lo que el hombre provee.

A partir de las críticas anteriores, y de lo leído desde luego, he de reflexionar cómo se llega a impartir la idea de que una joven carente de mente es más agradable, ya que, de tenerla, ésta no ha de considerarse de utilidad en una mujer. Me parece increíble pensar en el hecho de que la mayoría de las sociedades han logrado difundir, culturizando y educando, el machismo hasta el día de hoy, sin razón lógica alguna. Es decir, estamos en el siglo 21, donde el avance tecnológico y científico nos ha llevado a tal grado de pensar en la posibilidad cercana de que la humanidad se traslade a otros planetas a vivir, y aún así las mujeres siguen siendo peor remuneradas porque son mujeres, solo por un tema de convención, no tiene sentido ni lógica alguna, me parece increíble que ello no pueda ser abolido de inmediato. Y me parece más ridículo que todavía haya hombres que se enojen por las demandas sociales de las mujeres, siendo que siguen siendo tratadas como objetos que vienen al mundo meramente para servir ante el placer de los hombres, patético.

“Las niñas se sienten inclinadas hacia los vestidos desde su más tierna infancia. No contentas con ser hermosas, están deseosas de que se piense que lo son.” (Página 72) Pongo esta cita para finalizar mi reflexión, ya que el tema sobre la visión y el estereotipo que las sociedades modernas han elaborado enjuiciando a la mujer va ligado con el concepto de “lo afeminado”, es decir, que todas las cosas de carácter más “pasivo”, “de color rosa”, “del verse bien”, es decir, todo lo que implique mayor nivel de delicadez se asocie directamente a la mujer. Creo que esa sentencia ha sido muy normalizada y debe parar ya, porque si nos encontramos hablando de lo afeminado todavía, creo que seguimos retrocediendo, y por tanto los hombres comienzan a verse menos inteligentes que las mujeres, ya que ellas no tienen nada que les impida actuar con tanta libertad como se les antoje y como ha de hacerlo cualquier hombre, sin la necesidad de tener que seguir ningún molde de feminidad.

Para terminar, puedo concluir que en la época de Wollstonecraft la desigualdad de género era potente, por una clara falta de visión de mundo y de madurez. Pero al mismo tiempo, y gracias a la reflexión previa, me doy cuenta de que seguimos hablando del tema como un problema, siendo que se han probado y presentado infinidad de argumentos, hechos científicos y razones más que lógicas de por qué las mujeres son igual de capaces que los hombres en cualquier aspecto, pero aún así ellas deben seguir abogando por sus derechos y por un respeto mínimo hacia su figura. Creo que cada vez falta menos, pero es indignante pensar que aún falte, creo que el tema ya debería haber sido cubierto hace años.

24 May 2022
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