Max Weber: La Política como Vocación
El ensayo de Max Weber “La política como vocación”, también calificado como una obra literaria, vale mucho la pena leer y comprender, pese al paso del tiempo, a las legítimas interpretaciones y discrepancias que pueda inspirar, así como también a las diferencias que necesariamente produce. Después de todo, “La política como vocación” es un discurso de hace más de un siglo, en medio de la derrota alemana en la guerra, de una eventual revolución en el país y en un contexto muy distinto.
A más 100 años de su publicación y contando, el ensayo de Max Weber continúa siendo de gran actualidad y de enorme ayuda para las personalidades interesadas en comprender el fenómeno político. A partir de su reflexión, brindó una serie de herramientas e instrumentos de análisis que son rigurosos y moldeables a la vez a seguir.
Max Weber fue en economista y sociólogo alemán muy recocido en su país natal y en el mundo, Weber trabajó como profesor universitario en la universidad de Friburgo, y luego en la universidad de Heidelberg. Las personas que lo conocían, lo catalogaban como una persona intelectual y polemista incansable. Como gran observador de las innovaciones de su tiempo, Weber centró su trabajo en cambios cruciales, como el nacimiento de las modernas naciones basadas en una burocracia profesional, y en la expansión del capitalismo por todo el mundo.
Se supo con a través de los años que Max Weber tuvo una carrera política corta, no tan eficiente en la de ejercer política directamente, pero si muy exitosa a partir de los conocimientos que adquirió estando en ella, él supo entender y comprender cómo funcionaba el mundo de los políticos y de los conocimientos que ha de poseer un individuo para involucrarse en ese mundo. A raíz de esta experiencia, el tomó la iniciativa para la creación de un libro titulado “La política como vocación” donde detalla todos los sacrificios y atributos que debe de poseer una persona con intereses de querer portar un cargo público.
En una conferencia dada en 1919 por invitación de los estudiantes de Múnich, desgloso toda información sobre política de manera explicativa, dando a todos los jóvenes herramientas y formaciones que deben de poseer los políticos del mañana, y por supuesto lo que no deben de hacer también, a raíz de todo eso, hablo de la corrupción en la política y que muchos individuos la usan como una barrera de protección para hacer lo ilegal una legalidad, y partir de esto, dio origen al ensayo que mencianos al precio de este ensayo.
No nos quisiéramos enfrascar en todo lo malo, también hay que mencionar lo bueno y todos los aportes nos brindo Weber a la teoría política, y de cómo hoy en día, siguen siendo actuales en la política del mundo. Weber definió la política, como a algo difícil., como la dirección sobre la trayectoria de una entidad política. La política consistió y consistirá en una extensa y difícil tarea, que no todas las personas están dispuestas a correr. Especifico que dentro de ella se lucha contra fuertes resistencias para vencer, requiriendo al mismo tiempo, pasión y mucha seriedad.
No se llega jamás a los posible si no se intenta lo imposible, pero para ejercer la política, es indispensable armarse de fuerza de voluntad que les permita a los interesados en esta carrera, soportar la destrucción de todas las esperanzas, si no quieren mostrarse incapaces de realizar, inclusive, todo lo que aún es posible.
Weber en su ensayo estipulo que “Únicamente quien está seguro de no doblegarse cuando, desde su punto de vista, el mundo se muestra demasiado necio o demasiado abyecto para aquello que él está ofreciéndole; únicamente quien, ante todas las adversidades, es capaz de oponer un ‘sin embargo’; únicamente un hombre constituido de esta suerte podrá demostrar su ‘vocación para la política’” (Weber M. 1919, pág. 7)
El concepto de político es la aspiración a tomar parte en el poder o de influir en la distribución del mismo, ya sea entre los diferentes estados, ya en lo que concierne, dentro del propio Estado, a los distintos grupos de individuos que lo integran.
Para Weber existirán siempre 3 tipos de políticos, unos los encasilla como “los ocasionales”, que son las personas que votan, que protestan o hacen cualquier otra actividad política, a otros los nombra como “políticos semiprofesionales” que son los que esporádicamente intentan lanzar su candidatura y en ocasiones las optimen, pero no tiene la pasión por ella y lo hacen porque siempre buscan un beneficio. Por último, pero no menos importante están los “políticos profesionales”, los cuales se refiere a los que desempeñan un cargo por necesidad. A su vez también menciono que en la política hay dos formas, vivir de la política o vivir para la política, aunque generalmente quien vive para la política vive de ella. Pero Weber se refería a un sentido de economía, de ingresos. Los políticos profesionales tratan de conseguir el poder mediante el vulgar y pacífico reclutamiento del partido en el tráfico electoral.
Las personas desde tiempos inmemoriales, suelen ver a la política como un medio para conseguir dinero, por lo cual se crea una lucha por el poder político que llevo a que a lo largo de la historia se fuera estructurando los mecanismos de esta lucha por el poder. Weber expresaba que los interesados en la vida política se hacen de adeptos cercanos que proporcionen medios económicos y aseguren la conquista de los votos en la lucha política.
Quien vive de la política depende su sustento de ella y de los beneficios que pueda recibir, estarán siempre en la búsqueda de sacar dinero de donde no lo hay, se podría decir que es de ahí donde nace el llamado político corrupto, donde muchas veces usan las de la ley y el poder para cometer crímenes que están penalizados por las leyes de sus propios países, pero como ellos están ocupan cargos altos dentro de este, no tendrán ningún tipo de repercusiones.
Pero lo que viven para la política, poseen los recursos económicos necesarios para su sustento extraídos de sus ingresos personales que no tienen nada que ver con la política, lo cual le permite una libertad económica legal, y esta clase de políticos están al servicio de algo más grande, a su vez estos no están interesados en la política por obtener bienes materiales o económicos, sino que están interesados en aspectos ligados al bienestar de su pais. Al no tener esa necesidad por obtener beneficios de la política, intentan borrar esa imagen de corrupción política que existe en los países
Según Weber, un político debería de tener tres atributos básicos para lograr ejercer la política de manera eficiente. Uno de esos atributos es la pasión por lo que hace, ésta se trata de los ideales que posee una persona. Hay que destacar que la pasión no hace político a alguien si no se entrega a un motivo, razón o circunstancia. Para ello es necesario tener una aptitud para dejar que la realidad entre en ellos. En otras palabras, es indispensable conservar la distancia con los hombres y las cosas, saber comportarse para salir adelante, y es por eso que solo aquel que es capaz de sobreponerse a las adversidades y continuar adelante, tiene vocación de político, porque la política es una lucha contra resistencias que hay que vencer para conseguir el poder.
El segundo atributo se refiere al sentido de responsabilidad, un político siempre debe de estar al tanto de todo lo que sus habitantes les piden, siempre debe de escuchar a los que le llevaron al cargo en donde esta, y cumplir con todas las promesas que una vez dijo si llegara al poder, de esta manera un político se desenvolvería de manera eficiente para así convencer a más personas, que por alguna razón antes no lo hacían.
El tercer a atributo es la mesura, que este también tan clave como los demás, este se trata de que un político debe de actuar y expresarse de manera controlada, p
Los tres aspectos que Max Weber mencionó para un político, nos parecen que son acertados, si nos ponemos a pensar un poco, le serviría a cualquiera que participe en esta actividad. Si todos los políticos del país tuvieran, aunque sea un poco de pasión por su trabajo encaminado en el bien de su país, un poco de sentido de responsabilidad con el cargo que ocupan para el desarrollo y algo de seriedad, que para nosotros abarcaría también la cordura, para tomar las decisiones, entonces podríamos tener a los políticos que los habitantes de un estado desearían. La política vista desde cualquier perspectiva es una lucha por el poder, y contra todo obstáculo, lo cual, de manera paralela, exige más esfuerzo por parte del político, un esfuerzo doble comparado con el de cualquier otra persona. Por eso la política se convierte en algo que hay que saber dominar para tener éxito.
En la conferencia que nombramos al principio de este ensayo, siendo más específicos la de Múnich, Weber explico que se referirá a la política como una dirección y una influencia sobre una entidad política, o sea al estado. Weber define al estado como “Aquella comunidad humana que, dentro de un determinado territorio reclama para sí el monopolio de la violencia física legítima” (Weber M. 1919, pág. 10)
Es importante resaltar que el estado es una relación de dominio de personas sobre personas, sostenido mediante la legítima violencia. El estado también es considerado una comunidad humana dentro de los límites de un territorio ya establecido previamente, y este es un elemento que lo distingue, solicitando para sí el lucro de la legítima violencia física.
Al tratar el concepto de estado moderno, este surge a partir del momento en que el príncipe procede a la expropiación de titulares privados de poder administrativo que tiene junto a él, Weber señala que es una unidad de dominación de índole institucional, con éxito en los resultados, han sido monopolizar, como medio de dominación, la legítima violencia física dentro de su territorio, “para lo cual ha reunido todos los elementos materiales a disposición de su dirigente, expropiando a todos los funcionarios estamentales que por derecho propio disponían de ellos y substituyéndolos con sus propias superioridades jerárquicas”
Después de hacer un recorrido general por las diferentes formas de estado surgidas en Europa principalmente a lo largo de la historia, Weber comienza a hablar del estado constitucional, reinstaurando la democracia, haciendo del demagogo la figura clásica del político de Occidente. El demagogo no es más un conjunto de estrategias para conseguir el poder de una u otra manera.
“La demagogia moderna se vale asimismo del discurso; pero aun cuando abusa de él en cantidades abrumadoras. Es la actualidad, el publicista político y en especial el periodista son los representantes más notables de la figura del demagogo” (Weber M. 1919, pág. 16)
Los políticos son los que aspiraran a la dirección del estado, que se puede definir, de una forma más compleja, de la siguiente manera “El Estado moderno es una asociación de dominación con carácter institucional que ha tratado, con éxito, de monopolizar dentro de un territorio la violencia física legítima como medio de dominación y que, a este fin, ha reunido todos los medios materiales en manos de su dirigente y ha expropiado a todos los funcionarios estamentales que antes disponían de ellos por derecho propio, sustituyéndolos con sus propias jerarquías supremas”. Weber asumió los cambios producidos desde los sistemas feudales al estado moderno, desde los controles locales o en zonas relativamente pequeñas a territorios más amplios que permitieron una dirección unificada en la sociedad política.
El desarrollo político de una nación se alcanza a través de la construcción de un estado en el cual el conjunto de sus instituciones opera en beneficio del interés general. El escenario de la democracia permite que esta operación se efectúe contando con la voz mayoritaria de los ciudadanos y con la opinión que ellos tienen acerca de los problemas y asuntos prioritarios por atender. Weber siempre alegaba la necesidad de hacer elecciones populares libres que permitieran dar a luz nuevos liderazgos políticos.
En los primeros años de política de América, se usaba lo que se llama el “Caucos-system” que no era más que unas asambleas con todos los asambleístas que decidían por cual candidato iban a votar, estas reúnes podrían durar muchas horas seguidas, y que personalmente no se nos hace muy práctico. “El Caucus-System, sin embargo, no es más que una forma debilitada de la estructura moderna si se la compara con la organización de los partidos americanos, que acuñó de forma especialmente temprana y pura el principio plebiscitario.”
Los partidos políticos habían logrado ser partidos ideológicos y promotores de cargos, esto último, al ganar peso frente a la ideología, permitió un proceso de burocratización acertado, la burocracia no se profesionalizó. Este cuadro era lo que en el fondo impedía la emergencia de nuevos liderazgos políticos.
Weber vislumbró que los políticos de la época pasaron de vivir para la política hacia vivir de la política. la distinción no es excluyente, pero funciona para hacer un primer corte que permite observar que funcionario no es igual a político, cosa que interesaba a Weber dejar bien claro.
Sim embargo, a raíz de esto, surgieron unas clases de políticos, que podría decirse que no eran un buen ejemplo a seguir, y estas ocasiones hablamos de los Boss.
El boss es considerado “Un empresario capitalista que reúne votos por su cuenta y riesgo. Sus primeras conexiones puede haberlas conseguido” . “El boss no tiene principios políticos firmes, carece totalmente de convicciones y sólo pregunta cómo pueden conseguirse los votos”.
A este tipo de políticos no le importa nada, ni tiene intenciones de aprender a hacer política, solo le importa ganar y listo, luego el verá que hace. ¿Qué hará con la política? Pues ni esa persona podría responder esa pregunta, esto pasa cuando las personas tienen convicciones erróneas, y simplemente solo quiere satisfacer necesidades egocéntricas sin algún motivo, razón o circunstancia.
La actividad política debe tener necesariamente un marco ético, Weber lo explico como “Toda acción éticamente orientada puede ajustarse a dos máximas fundamentalmente distintas entre sí e irremediablemente opuestas puede orientarse conforme a la ‘ética de la convicción’ o conforme a la ‘ética de la responsabilidad’ pese a lo irremediable, no es que la convicción implique falta de responsabilidad o viceversa. El problema se presenta cuando se plantean con exclusiones, en cuyo caso la ética de la convicción actúa en política como testimonio, sin importar los resultados, y las acciones tienen un valor.
Existen tres justificaciones de la legitimidad de la dominación: la tradicional, la carismática y la legalidad. Él se enfoca exclusivamente a la carismática, que es cuando la gente sigue a un líder porque cree en él y en sus cualidades. Todo líder necesita de dos cosas: Persona administrativo y material administrativo, las cuales deben de ir separadas y desligadas, necesitan de gente que trabaje con y para él y necesita los recursos. Para que la gente le sea solidaria tiene que darles dos cosas: retribución material y honor social.
Ahora bien, para que pueda ejercerse una dominación, un poder, con una autoridad que se precie de legítima, esto puede darse de tres maneras: bajo la legitimidad tradicional que es del eterno ayer o la costumbre; mediante la “legitimidad carismática”, de la gracia personal, extraordinaria y finalmente está la “legitimidad basada en la legalidad”, en las normas racionalmente creadas.
Existen dos categorías de funcionarios del estado, están los profesionales y los políticos, los políticos cambian conforme se cambie el gobierno, por lo tanto, desarrollan un sentido del discurso demagogo, para así poder continuar manteniendo su poder o posición, sobre todo hacen uso del discurso escrito de la prensa, ellos buscan seguidores que los apoyen, les den su voto y los recursos económicos necesarios.
Weber sostiene que “quien se mete en política, es decir, quien accede a utilizar como medios el poder y la violencia, ha sellado un pacto con el diablo”. Y esto implica sufrir consecuencias, actuar de manera que muchas veces lo bueno no produzca el bien ni lo malo el mal, entender que la política cotidiana está llena de paradojas éticas a las que hay que responder en la vida real, sin apelar a las máximas del sermón de la Montaña o la heroicidad del santo de Asís. Esa era una de las explicaciones por las cuales el hombre de ciencia no podía ser un político activo, como resume Aron: “La vocación de la ciencia es incondicionalmente la verdad. El oficio de político no siempre permite decirla”.
Consideramos que lo dicho por Weber es totalmente cierto, todas y cada una de sus conocimientos y teorías son ciertas y más que nada, el tiempo le ha dado la razón, en Venezuela podríamos decir que gran parte de los políticos viven de la política, pasan de un cargo a otro y simplemente rotan de puesto para poder continuar viviendo de la política, y usarla como un instrumento para controlar masas. Esto por supuesto que le da una imagen negativa a la política, porque los niños crecen con la idea de que si llegan a ser políticos tienen su vida resuelta o que para vivir bien tienen que ser políticos, lo cual en vez de beneficiar al país, lo perjudica, ya que lo son los políticos los que determinan el rumbo del país, y estos no se preocupan por fijarlo si no por obtener beneficios, y no tiene que ver con partidos políticos, sea cual sea su ideología, ya se ha vuelto costumbre llegar a un cargo político solo para inflar sus ingresos y es ahí donde está la raíz de la corrupción.
Lamentablemente, en nuestro país Venezuela existen muchos políticos así. Es por eso que creo que lo que el país realmente necesita políticos que vivan para la política y que de alguna u otra forma puedan contribuir más al crecimiento del país. Weber al no haber ejerciвo nunca un cargo público, tiene más idea de cómo debe ser un político que muchos que llevan años mados en un cargo publico, y esto se logra a través de la vocación, existen personas que simplemente nacieron y naceran para servir sin ver primero si les conviene o no, solo les importara hacer las cosas de la mejor manea posible.