Naciones Unidas (ONU) y sus Misiones de Paz en Líbano e Israel
Líbano
El Líbano se encuentra en una situación de inestabilidad. Una de las razones de esta inestabilidad es la dependencia de los fondos económicos de otros países para poder ellos sobrevivir. Durante el mandato de Obama, Estados Unidos era uno de los principales países donantes.
Trump por su parte la estrategia que ha seguido en este país es apoyar a la política del actual presidente Hariri. Su objetivo es reducir la influencia de terceros países. Esto le interesa a Estados Unidos porque no quiere que las potencias de la zona adquieran mucho poder. Además, el gobierno de Trump rechaza cualquier acción dentro del Líbano llevada a cabo por cualquier fuerza externa.
Respecto a las inversiones económicas que se daban en el gobierno de Obama, Trump ha seguido concediéndolas ya que es una forma de mantener la influencia en el país. Sin embargo a finales de octubre de 2019, el gobierno de Donald Trump congeló la ayuda de 105 millones de dólares que le iba a entregar el Líbano. Esta decisión fue tomada después de que, tras las múltiples protestas durante semanas, el presidente Hariri saliese de su puesto de primer ministro. El Departamento de Estado no explicó el por qué de la retención de este dinero, aunque se imagina que tiene que ver con el ascenso del grupo terrorista Hezbollah dentro del gobierno de el Líbano. Este grupo terrorista está respaldado por Irán. La administración de Trump ha llevado a cabo diferentes sanciones económicas a organizaciones e instituciones que tengan que ver con este grupo. Estas medidas aumentan la grave crisis económica y financiera que sufre el Líbano.
Las medidas llevadas a cabo por Trump contra Hezbollah han sido más duras que las de sus predecesores. Estados Unidos está intentando bloquear las fuentes de financiación y está presionando a Fuerza Provisional de las Naciones Unidas para el Líbano (FPNUL), la misión de paz de la ONU, a que lleve a cabo un control de las armas más exhaustivos. Además, Israel está colaborando con Estados Unidos para poder identificar a los líderes militares.
También lleva a cabo un programa con las Fuerzas Armadas libanesas, aunque sin darles ciertas capacidades militares que pudieran ser utilizadas contra Israel, aliado de Estados Unidos.
Análisis de el Líbano
Lo más destacable de la política exterior estadounidense en el Líbano, como he mencionado es la ayuda económica que le da al Líbano. Este apoyo económico es una forma de conseguir un control dentro de la región. Al tener control sobre el gobierno libanés, este va a actuar de forma beneficiosa a Estados Unidos en situaciones que así lo requieran. Por lo tanto, aunque realmente es una forma de meterte directamente en los asuntos de otro Estado, es la forma que tiene Estados Unidos de asegurarse un aliado.
Lo que vemos también en el Líbano como en el resto de los países de Oriente Medio es la lucha contra el Estado Islámico. En este caso la lucha se ve en las restricciones que ponen a Hezbollah. Sin duda, en la situación en la que se encuentra esta organización, cualquier contratiempo económico que le ponga Estados Unidos o cualquier otro país les supone un gran obstáculo.
Israel
Israel ha sido uno de los aliados por excelencia de Estados Unidos en la política exterior. Sin embargo, con el gobierno de Obama, se produjeron ciertas tensiones entre los gobiernos de ambos países. Según algunos expertos “Si el gobierno de Obama está hablando en serio acerca de buscar la paz palestino-israelí, entonces algunas tensiones con el gobierno israelí son inevitables. Sus posiciones son simplemente muy distintas a las ideas estadounidenses acerca de un arreglo” (Nathan Brown)
Un ejemplo es a finales del gobierno de Obama cunado decidió no vetar en el Consejo de Seguridad de la ONU una resolución que condenaba la política de asentamientos de Israel refiriéndose a los asentamientos de Israel en territorio palestino. Otro ejemplo es un acuerdo firmado por Irán con otros doce países entre los que está incluido Estados Unidos y que no fue bien aceptado por Israel.
Trump antes de llegar al poder ya proclamaba su postura proisraelí. De hecho, poco antes de asumir la presidencia, cuando ya había ganado las elecciones, decía a Israel que se mantuviese fuerte mientras esperaba que Trump se convirtiese oficialmente en el presidente.
La relación entre Estados Unidos e Israel con el nuevo presidente estadounidense ha sido muy buena. La medida más polémica en Israel fue el traslado de la embajada estadounidense de Tel Aviv a Jerusalén. Este cambio fue muy aplaudido y apoyado por el gobierno israelí. Sin embargo, contradice la política exterior llevada a cabo durante los últimos años de Estados Unidos además de contradecir el régimen internacional de la ciudad de Jerusalén. Otra medida polémica ha sido que se reconociese la soberanía de Israel sobre los Altos del Golán. Este territorio fue anexionado por la fuerza al Estado israelí, aunque una resolución del Consejo de Seguridad dictaminó que tenían que devolverse a Siria. Como se intuye, esto nunca sucedió. Además. Israel ha enviado a ciudadanos a que habitaran este territorio y echando así a 130000 sirios. A pesar de la aparente paz que se vivía en este territorio, este anuncio del gobierno estadounidense ha removido el pasado. Por último, Trump ha parado la financiación a la Agencia de Naciones Unidas de Asistencia a los Refugiados Palestinos en Oriente Próximo. Todas estas decisiones de la administración Trump no han sentado nada bien a los palestinos.
Para mediar en el conflicto palestino-israelí, Trump nombró a su yerno, Jared Kushner, como el encargado de intentar buscar una solución al conflicto.
Análisis de Israel
Israel, es probablemente el país donde la política exterior de Estados Unidos más ha cambiado si comparamos a Obama y Trump. En este caso el cambio de política creo que afecta más que en otros países porque es su aliado.
En el caso contrario de otros países el cambio de Trump y su acercamiento a Israel si que puede traer buenas consecuencias, quiero decir, la desconfianza que el gobierno israelí tendría durante el gobierno de Obama queda disipada con Trump. Es una forma de que tu aliado vuelva a confiar en ti. Respecto al resto de países, la vuelta a esta alianza puede interpretarse de forma positiva o de forma negativa según les favorezca o no a los intereses del país.
Respecto a la decisión de Trump de cambiar la embajada a Jerusalén sin duda es un acto que podría haber tenido un gran impacto en la seguridad internacional. Primero porque los propios habitantes de la ciudad no acepten este traslado y ataquen a la embajada. Este acto podría hacer que Estados Unidos tome represalias y así se produzca una escalada que desemboque en una guerra. Por otro lugar, este cambio tiene una gran importancia en la comunidad internacional porque supone un desafío al régimen internacional de la ciudad de Jerusalén que dictaminó la ONU. Y no es lo único en lo que ha desafiado a la ONU, también en el momento en el que aceptó la soberanía de Israel sobre los Altos del Golán, no tuvo en cuenta la resolución del Consejo de Seguridad.
La principal potencia mundial ha desafiado dos veces o dictaminado por la Organización de las Naciones Unidas, es decir, ha desafiado lo que manda la comunidad internacional. Esto puede ser visto por el resto de los Estados como una debilidad en la ONU que ellos puede utilizar para los casos que les convengan. Si esto es así, puede provocar el fin de la ONU, ya que en el momento en que la ONU pierde el poder que tiene, ya su existencia carece de sentido. También es verdad que como Estados Unidos es la primera potencia, en vez de verse como una debilidad de la ONU que aprovechar, se puede ver como una clara preferencia a lo estadounidense y que todo lo que haga Estados Unidos, está bien.
Hablando más en general, el cambio tan diferenciado de un gobierno a otro en su política crea una vez más, como hemos visto anteriormente, produce desconfianza en el resto de la comunidad internacional. Un cambio tan rápido de parecer en los aspectos de política exterior genera un desequilibrio en cada momento.
Conclusiones
Una vez vistos los ejemplos de varios países de Oriente Medio, pasamos a hablar de los que hemos observado.
Realmente, las políticas llevadas a cabo por ambas administraciones han sido bastantes diferentes. Esto lo vemos por ejemplo en Siria, donde ante los mismos acontecimientos, la utilización de armas químicas por parte del gobierno, ambos presidentes llevaron acciones completamente opuestas. Así, vemos que el gobierno de Trump ha utilizado en general más la violencia para solucionar posibles conflictos.
Pero si nos vamos al fondo de la cuestión, nos damos cuenta de que, realmente, la política exterior de Obama y de Trump no es tan diferente. El objetivo principal de ambas administraciones ha sido el Estado Islámico. Sin duda, es una de las mayores preocupaciones ya no solo a nivel de política exterior de Estados Unidos. Es por ello que ambos presidentes hayan centrado sus esfuerzos en Oriente Medio sobre todo en evitar el crecimiento del Estado Islámico y conseguir que desaparezca.
Por tanto, una vez analizados las posibles consecuencias de los cambios de políticas en cada país, en general, podemos decir que Estados Unidos provoca desconfianza en el resto de la comunidad internacional por sus cambios de estrategia en Oriente Medio y que su principal objetivo sigue siendo el mismo, aunque la forma de conseguirlo se diferencie entre ambos presidentes.