Obra Literaria: Colmillo Blanco
Introducción
Me despierto, todo está igual que ayer, vagando en la misma barcaza guerrera, en este mar inundando de tanta soledad, Aquí estoy, el gran Igort “colmillo blanco” descendiente de los grandes lobos blancos de Dinamarca; solo me acompaña mi gran único tesoro recuerdo de mi padre, un lobo blanco como la nieve, junto, con un cadáver de mi clan, no sé su nombre, pero el cambio mi vida y vaga conmigo en este mar. En que gran travesía estoy viviendo, de salir obligado de mi hogar, tan solo un adiós a mi hijo puede dar, tan solo queda en la comarca.
Desarrollo
En un viaje inspirado de codicia, hacia tierras lejanas donde reinas otras lenguas. ¿Dónde está mi dios Odín?, que todo lo puede, ¿dónde está mi dios Thor?, que la noche son más largas, no veo ningún trueno de esperanza, porque me abandona. De que valió de tan largo viaje, solo vi más penumbras y muerte, de que vale mi hacha y mi escude de roble, si de la muerte no me puede salvar, tan siniestra la muerte es, que me ataca de hambre, sed y tempestad, con lo que no podre luchar. Tanta angustia ciento y nostalgia, que tuve que matar a alguien a llegar nuestro clan.
Al encontrar la primera costa en la travesía, desembarcamos, corriendo como lobos, sediento por cazar, en los suburbios de los bosques, encontramos un refugio de religiosos, tan solo, me quedan en mis manos, unos relicarios de ese lugar, que me atormenta verlo, de cómo llego la muerte, a mis manos, sobre aquel hombre arrodillado y de besar esto relicarios, con una vos de clemencia de decirme pagano, lo vi como un insulto y lo mate sin piedad, de verlo en el lecho de su muerte, viene hacia mi dos más con tan simple daga para defenderse.
Conclusión
Solo vi un reflejo y arropado por una sombra de un abrir y cerrar los ojos, era uno de mi clan que vi con esa dos dagas atravesaron su espalda, el miedo me invadió, solo corrí, bajo mí al hombro yacía mi salvador, lo arrastre hasta nuestra nave, a llegar a la costa solo escuchaba el llanto de mi lobo gritando libertad, como puede nos montamos, remando sin cesar, lejos de ese lugar, nos abriga la noche sin rumbo. Solo le pido a los dioses, que si me muero, ya no será como guerrero, tan solo como colmillo blanco, imploro que dejen entrar en el Walhalla para descansar en paz.