Oligopolios Energéticos Españoles como La Nueva Estructura Capitalista de Mercado

Como podemos ver, el año 2008 no solo se produjo un gran descenso en las instalaciones fotovoltaicas debido a la crisis económica y la caída del sector inmobiliario, que fueron sin duda un factor importante, sino que el paso de la regulación de 2007 a la de 2008 redujo mucho la rentabilidad de las instalaciones solares de producción eléctrica, fomentando una industria de autoconsumo, que relegó a las grandes plantas solares a un segundo plano.

La subsiguiente caída del sector afecto a las empresas que se vieron forzadas a adaptarse a la nueva realidad económica que enfrentaban, teniendo en muchos casos que desplazar su actividad a regiones más rentables que presentaron una mejor oportunidad de negocio. Este desplazamiento de las oportunidades ha favorecido a las grandes empresas eléctricas nacionales, que gracias a su tamaño y peso económico, pudieron trasladar sus líneas de negocios a otros mercados, lo que favorece la aparición de oligopolios que copan gran parte de la oferta de proyectos.

La orientación hacia el autoconsumo en el mercado nacional ha limitado la aparición de grandes campos solares que, aunque existan no son la principal vía de desarrollo de la energía solar fotovoltaico en España. El autoconsumo, aunque pueda resultar beneficioso limita mucho la aparición de grandes proyectos. Este aspecto de autoconsumo se ha visto reforzado con la legislación presente.

Los grandes riesgos asociados a las inversiones en campos solares derivan de una legislación cambiante, que impide la planificación a largo plazo y no ofrece garantías, por ello España aunque sea un país favorable para esta industria presenta grandes limitaciones para el desarrollo de la misma.

Oligopolios

Como hemos visto, la trayectoria española en energías renovables ha llevado a un mercado dominado por grandes empresas. El vacío en el mercado dejado en 2008 por la crisis de la energía solar ha supuesto una oportunidad única para que las grandes empresas de la energía españolas se hayan instaurado como los principales promotores de grandes proyectos de campos solares. La explotación de este nicho de mercado ha recaído al final en un reducido grupo de empresas, un oligopolio, dedicadas a la producción de energía, en la que sus clientes son la totalidad de la población, todos los hogares, empresas e industrias del país, consumidores cautivos que no pueden dejar de utilizar la electricidad para satisfacer una necesidad primaria. El gran volumen de negocio y la disposición de fondos han permitido a estos grupos empresariales desarrollar divisiones de energías renovables.

Los privilegios de los oligopolios se fundamentan en la connivencia con el poder político. Estas empresas obtienen una regulación favorable a sus intereses, generalmente en detrimento de los intereses de los consumidores, gracias a las influencias de algunos miembros de sus consejos de administración pertenecientes a grandes lobbies o compañías que se dedican a influenciar con sus miembros a destacados miembros de la política en beneficio propio.

La práctica conocida como ‘puertas giratorias’, permite poner los contactos y la información privilegiada de los cargos políticos al servicio del oligopolio. Muchos partidos políticos la utilizan cuando sus altos dirigentes dejan la política activa.

La estructura básica de su funcionamiento cuenta con que los precios establecidos para el producto son superiores a los costes marginales de producción, lo que distorsiona el precio alejándolo de mercados competitivos. El oligopolio prefiere trabajar, como mercado, repartiéndose partes de la demanda global. Estableciendo estas subdemandas consigue que los competidores no compitan y en realidad lo que consigue es formar un mini monopolio en su subdemanda. Los oligopolios no suelen establecer guerras de precios. Prefieren llegar a acuerdos que, en muy escasos casos, logran que los organismos competitivos logren detectar y denunciar.

De esta forma, el consenso sobre los precios y el reparto de las cuotas de mercado consiguen que el oligopolio se convierta en la nueva estructura capitalista de mercado. Sus distintas formas de existencia le permiten adecuarse a cualquier legislación y su alto poder empresarial les permite acceder a patentes, marcas e innovación que las pequeñas estructuras empresariales no pueden ni siquiera soñar.

Ahora nos centraremos en hacer un breve recuento de las mayores empresas dedicadas a este sector.

1. Acciona, S.A.: se trata de una empresa española de promoción y gestión de infraestructuras y energías renovables. Es una gran multinacional con presencia en más de 65 países, en los que ha llevado a cabo grandes proyectos en los que ha desarrollado plantas de generación de energía con gran peso de las energías renovables, en particular la energía solar. Con una cifra de negocios de 3.430 millones de €, 289 millones de € de EBITDA, más de 11.000 personas empleadas y 6.506 millones de € en cartera de proyectos, es una de las empresas punteras del sector de la energía limpia. Acciona cuenta con una gran experiencia en la construcción y el desarrollo de plantas solares fotovoltaicas con instalaciones que generan más de 1.000 MW para sí y para clientes. Entre ellas destacan Puerto Libertad (405 MWp), una de las mayores de Latinoamérica, en México; El Romero Solar (246 MWp), en Chile. Este gigante energético ha visto un desarrollo constante a lo largo de las últimas décadas instaurándose como una de las empresas dominantes del sector, solo el sector energético de la compañía facturó 2206 millones de euros en el último ejercicio obteniendo un EBITDA de 743 millones de euros. En este periodo el resultado bruto de generación internacional creció un 8.5% fruto de las nuevas capacidades de producción de la compañía la apertura de nuevos mercados y una mejora en los precios en los que esta división opera.

   El desarrollo del sector latinoamericano ha supuesto una gran fuente de ingresos para la compañía donde tiene fuertes inversiones en Chile, donde Acciona ha construido la mayor planta fotovoltaica de América Latina: el Romero Solar, así como fuertes proyecciones en el desierto de Atacama y en México donde a finales de 2018 Acciona finalizo la construcción y montaje de la planta de generación de energía solar, Puerto libertad, donde junto con la compañía mexicana Tuto Energy han establecido una planta con una potencia de 405 megavatios de potencia que ha entrado en servicio durante 2019, este proyecto uno de los mayores de América Latina, es uno de los mayores proyectos de la empresa hasta la fecha

2. Grupo Enel: Se trata de una de las mayores empresas de energía de Europa y las Américas, con plantas de generación de energía de todos los tipos activas en once países, desde Alberta en Canadá hasta los Andes centrales, y suministran energía a algunas de las ciudades más grandes de América del Sur: Río de Janeiro, Bogotá, Buenos Aires, Santiago de Chile y Lima.

   En Brasil, el Grupo Enel es una de las principales empresas energéticas del país y es líder en el mercado de las energías renovables. Genera energía de plantas hidroeléctricas, termoeléctricas, solares (la más grande del país) y es líder en la producción de energía eólica. De hecho, es una de las empresas más importantes en la transmisión, distribución y venta de energía. Además, se ocupa de soluciones para la movilidad eléctrica, la iluminación inteligente, la eficiencia energética y la generación distribuida.

    

Como podemos ver de las grandes empresas nacionales tienen fuertes inversiones en América Latina, donde han desarrollado rentables proyectos en los que la energía solar es una de las estrellas. El vuelco de los grandes oligopolios energéticos españoles a las Américas ha supuesto un gran avance para la generación de energía solar en este continente, dejando jugosos beneficios para las empresas que han logrado abrir un mercado allí.