Origen Del Budismo Y Preceptos Básicos
Siempre se dice que el Budismo es una religión, pero seguramente sea mucho más que eso: es una auténtica filosofía de vida. Y aunque las diferentes ramas del Budismo lo convierten por momentos en un complejo entramado de preceptos, creencias y prácticas. Lo cierto es que todas ellas tienen en común la búsqueda del crecimiento personal, la paz y la armonía.
Origen del Budismo
Hoy en día el Budismo es la cuarta religión más extendida en todo el mundo, y por supuesto es una de las más seguidas en el continente asiático. Y es que sus orígenes son muy antiguos, ya que nos trasladan aproximadamente hasta el siglo VI antes de Cristo al norte de la India, donde nacería Siddharta Gautama.
Un personaje que aún viviendo en unas cómodas condiciones económicas, un día saliendo de su palacio se dio cuenta de que estaba rodeado de sufrimiento en forma de enfermedades, pobreza y muerte. Y sin embargo, a todos los monjes que veía, estaban sonriendo, tranquilos y felices. Así que decidió emprender ese camino y acabó convertido en Buda. Era el inicio del Budismo.
¿Quién es Buda?
En realidad, Buda es más un concepto que un Dios tal y como lo entendemos en occidente. Es el estado de total liberación que alcanzó Gautama cuando se desprendió de todas las necesidades y las preocupaciones. Alcanzó la paz interior, sin perturbaciones y la conciencia de sí mismo. Es lo que el Budismo denomina Nirvana. Y en ese estado se representa siempre a las figuras de Buda, grandes o pequeñas, las cuales siempre están sonriendo. O sea, son felices.
El karma budista
El Nirvana es uno de los conceptos del Budismo más esclarecedores de esta religión. Pero hay otros que seguro que os suenan de una u otra forma.
Por ejemplo, la idea de la reencarnación y del karma. Los budistas creen en la muerte del cuerpo físico, pero en la reencarnación del alma en otros seres. Y también creen que todas las acciones tienen sus consecuencias, en esta o en otras vidas. Es lo que se llama el karma, es decir que si hacemos el bien recibiremos el bien, mientras que si practicamos el mal, es obvio que sufriremos.
Variedad en el Budismo
Tal y como decíamos en un país tan gigantesco como la India de donde es originario el Budismo, las ideas básicas de esta doctrina se fueron expandiendo, y adquirieron matices diferentes en distintas regiones y monasterios. Algo que también ocurrió en su extensión por otras tierras de Asia como China o Japón.
Así que los rituales se van modificando en diferentes regiones, así como las prácticas que van asociadas. Estamos hablando de la meditación tal vinculada al Budismo, y otras manifestaciones culturales como el yoga e incluso la filosofía zen. E incluso las diferentes ramas del Budismo tienen sus propias ciudades sagradas a las que peregrinar.
No hay mandamientos en el Budismo
A diferencia de otras religiones mayoritarias expandidas por el mundo como puede ser el Cristianismo o el Islam, en el Budismo no hay unos mandamientos como tales. Ellos los llaman preceptos, y son recomendaciones de conducta y su preceptiva explicación para comprender porque no hay que comportarse de semejante manera. Algo que podemos resumir del siguiente modo, quien no sigue estos preceptos está abocado a la infelicidad y al sufrimiento.
Los cinco preceptos básicos
- Con acciones de amor y bondad se purifica el cuerpo. Así que hay que comprometerse a no matar.
- Con generosidad sin límite, se purifica el cuerpo. De manera que no hay que robar.
- Con tranquilidad, sencillez y contento, se purifica el cuerpo. Es decir, hay que comprometerse a no tener conductas sexuales dañinas.
- Con comunicación veraz, se purifica el habla. Por lo tanto no hay que mentir.
- Con conciencia clara y lúcida, se purifica la mente. Lo que significa que no se deben tomar sustancias estupefacientes.
En definitiva, que podemos apreciar que estos preceptos indican comportamientos morales y éticos que guían la vida de los budistas. Algo que se puede comprobar en muchos lugares de Asia, pero es especialmente visible en uno de los territorios donde el Budismo está más asentado y forma parte del paisaje. Nos referimos a las poblaciones, paisajes y monasterios fascinantes de Katmandú, en Nepal.