Patente de un Deporte: Propiedad Intelectual y Propiedad Industrial
Introducción
La idea de inventar una disciplina deportiva completamente nueva puede parecer muy lejana para la mayoría de nosotros. Pero afortunadamente vivimos en una época de constante innovación que permite seguir constatando que no hay límites para la creatividad. Y es por ello que muchos inventores se preguntan si es posible patentar un deporte que han creado.
Pero antes de hablar específicamente sobre la posibilidad de patentar un deporte, es esencial comprender que no es lo mismo la Propiedad Industrial que la Propiedad Intelectual. Por ello, empecemos por las diferencias clave entre estos dos conceptos para entender bien cómo funcionan las patentes.
¿Por qué es importante diferenciar la Propiedad Intelectual y la Propiedad Industrial?
La propiedad intelectual y la propiedad industrial no son cosas excluyentes o contradictorias. Todo lo contrario: se tratan de conceptos complementarios que visan proteger los derechos de los autores, inventores y creativos que se dedican a diferentes actividades.
Pero como cada creación tiene sus particularidades, es importante diferenciar cómo se da el derecho de explotación sobre cada invención y cuáles son sus límites para respetar el inventor. Claramente, no es lo mismo querer la patente un deporte, una nueva herramienta para la construcción o una obra literaria.
La Propiedad Intelectual se basa respecto a todos los bienes materiales o inmateriales que pueden someterse a la explotación económica. Según la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), cualquier obra original de la mente humana puede reconocerse como parte de la propiedad intelectual.
Sin embargo, existen leyes de propiedad intelectual que prevén ciertas condiciones y límites para la concesión de un derecho de exploración económica sobre los diferentes inventos; y ello considerando la naturaleza o tipo de creación, sus potencialidades y los riesgos involucrados en su comercialización.
La Propiedad Industrial es la parte de la Propiedad Intelectual que comprende patentes, marcas, modelos de utilidad, nombres comerciales y diseños industriales. Pero es común que se utilice el término ‘patentar’ para referirse a varios casos de Propiedad Industrial e Intelectual.
El uso incorrecto del término ‘patente’ en el ámbito deportivo
En el ámbito del deporte, es especialmente común ver la palabra ‘patente’ siendo empleada de forma inadecuada. Para mencionar un ejemplo, recordemos que no hace tanto tiempo los medios afirmaban que el argentino Diego Simeone pretendía ‘patentar’ algunas frases que utiliza para motivar a sus jugadores y referirse al fútbol.
Pero ocurre que es imposible patentar una frase, un lenguaje o cualquier elemento de un idioma. Porque una patente es un conjunto de derechos exclusivos que el Estado concede al creador de un nuevo producto, proceso o tecnología que provenga de una actividad inventiva y tenga aplicación industrial.
En primer lugar, una frase o un lenguaje no pueden ser considerados como un producto o una tecnología. En segundo lugar, no se podría conceder el derecho de uso exclusivo de una frase a una sola persona, tratándose de una combinación de palabras del idioma común a todos sus hablantes.
Si volvemos al ‘caso Simeone’, constatamos que el director técnico ha solicitado a la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM) que reconozca como marca algunas de sus frases (y no como patente). Su solicitud puede validarse porque, según la propia OEPM, es posible registrar como marca:
“las palabras y las combinaciones de palabras, imágenes, figuras, símbolos, gráficos, letras, cifras e incluso las formas tridimensionales (envoltorios, envases, formas del producto o su representación).”
Conclusión
Pero después de todo, ¿se puede patentar un deporte? ¡No! No es posible patentar un deporte por varios motivos. Primero, porque un deporte es una actividad reglamentada de carácter competitivo, y no un producto o una tecnología de aplicación industrial que puede ser sometido al reconocimiento de una patente.
Además, si fuera posible patentar un deporte, su ejercicio podría empezar a ser considerado como un monopolio de una o determinadas personas o empresas. Pero nuestras leyes determinan que es competencia del Estado garantizar que el acceso al deporte sea equitativo para todos los ciudadanos.
También es válido mencionar que los nuevos juegos o actividades novedosas no son considerados automáticamente como deportes. Para dejar de ser una actividad recreativa y ganar el ‘status’ de deporte, esta invención debería ganar el reconocimiento de al menos algún órgano competente en el ámbito deportivo.
Antes de concluir, hay que dejar claro que es imposible patentar simplemente una idea. Para solicitar una patente, esta idea debe materializarse en un proyecto piloto, un producto provisorio o una tecnología. Y el reconocimiento de la patente solo ocurrirá si se comprueba que se trata de algo innovador, que aún no está registrado en el sistema de patentes.