Paz Y Equilibrio Tanto En El Cuerpo Humano Como En La Mente

¿Podemos tener el mayor éxito del mundo y aun así sentirnos derrotados, fracasados y sin rumbo? Normalmente, pensamos una manera de salir de ese meollo de sensaciones, hallando posiblemente soluciones, percepciones, emociones e incluso apreciaciones externas con el fin objetivo de ayudar a dimitir tales estancamientos que se pueden concebir desde el yo -entiéndase el yo desde el psicoanálisis como: “La vida psíquica inconsciente, esto es, el conocimiento de los impulsos instintivos reprimidos, de los afectos y fantasías. Cuestiones como las de la adaptación del niño o del adulto al mundo exterior” (Freud, 1984)

Ahora bien, la pregunta más interesante en todo este ámbito nos referencia al origen de una problemática que aglomera innumerablemente a varias personas y es el ¿Cómo hallarse, cómo conocerse así mismo? La vida puede estructurarse bajo condiciones interpersonales coercitivas, frenando de golpe el proceso intrapersonal, ocasionando que se produzcan la problemática mencionada anteriormente y generando ciertos trastornos y problemas en la mente. Ciertamente, cuando hablamos de condiciones interpersonales coercitivas, que obstruyen el proceso intrapersonal, se puede inferir circunstancias y características vivenciales como: la familia, carrera/empleo, relaciones sociales, etc., las cuales logran verse implícitas al momento de establecer un estado de armonía mental, impidiendo lograr y propiciar propósitos de vida que naturalmente surgen a partir de las experiencias cotidianas de cada sujeto. Entonces ¿Qué pasa cuando se dificulta establecer un propósito de vida? Es allí, planteando dicha cuestión donde evoca la pregunta de muchos ¿Tiene sentido seguir viviendo? Este cuestionamiento puede llegar a convertirse en un paradigma serio, específicamente, en un problema de salud, donde incluso este podría llegar al suicidio.

Dicho lo anterior, puedo responder que sí. Sí es posible salir de ese enigma tan grande producido en muchos de nuestros pares, sobre si merece la pena seguir existiendo. Pero, hay que tener en cuenta lo siguiente: nos encontramos ante un problema de salud mental. El proceso de ayuda que se debe llevar para poder abandonar ese estado inextricable de psiquis puede tornarse tedioso, exhaustivo e incluso se puede invisibilizar la finalidad de dicho proceso a medida que este va transcurriendo.

Pero por otro lado, estos problemas y trastornos mentales con tiempo y paciencia, en la mayoría de los casos, tienen cura, pueden rehabilitarse o controlarse con un seguimiento adecuado. Así las cosas, se podría afirmar que es un aspecto social “controlado, supervisado y vigilado” por instituciones sociales como: el estado, la familia, la escuela e incluso la empresa privada. Sin embargo, múltiples estudios e investigaciones han podido comprobar y visibilizar que existen un gran número de personas con trastornos y problemas mentales, así como sus familias, que no acceden a los servicios de salud debido al estigma público y al auto-estigma (Ministerio de salud, 2014) Ciertamente, es lógico deducir que no hay un control total.

Además, las consecuencias que puede originar el estigma, resultan consecuentemente en rechazar algún tipo ayuda o incluso sustituir la atención médica adecuada por métodos autosugestivos como drogas, alcohol, etc., que responden a disminuir el dolor, (temporalmente) de estar situado en un estado mental de perdición. De hecho, el estigma y el prejuicio conllevan a un comportamiento de evitación, rehuir de su condición, logrando como resultado la indiferencia sobre la salud mental. Ejemplo de que la salud mental, suele pasar a un segundo plano por culpa del estigma y del prejuicio personal o social es que las empresas, la escuela, la familia e inclusive el sujeto mismo, suelen minimizar los sentimientos, el estado de ánimo o los problemas, esto por lo general causa reacciones emocionales negativas, como cohibición de sentimientos, emociones, e ideas, autoestima y autosuficiencia baja e impulsa al sujeto a ese estado de vacío existencial.

Por lo tanto hay, que empezar a priorizar y enfatizar sobre la buena salud mental, según la OMS la depresión es la primera causa, desde 2013, de discapacidad en el mundo (2018). Por consiguiente hay que tener en cuenta, frecuentemente, el estado emocional, ya no basta solamente conformarse con una buena salud física, sino que debe ser indispensable y de mismos modo que la salud física, llevar una vida mental sana.

En tal caso, para lograr lo mencionado debemos aplicar cambios estructurales en el modo de convivencia social, acentuando de manera pedagógica a las instituciones sociales como la ciudadanía, el estado, la escuela, la familia que son actores principales en la consciencia mental en cada sujeto, debido a que interfieren en su desarrollo personal, estimulando acciones de relacionamiento. Acciones, que por supuesto deben ser constructivistas y no autoritarias, para así poder evitar que estas mismas instituciones y organizaciones sociales que fundamentan al sujeto a convivir en sociedad, no sean las mismas generadoras de problemas o trastornos mentales en las personas. De igual manera, es pertinente mencionar que estos problemas de psiquis no solamente se deben a factores externos y de relacionamiento social, también en muchos casos, estas dificultades se encuentran presentes debidos ha resultado de interacciones complejas entre factores intrapersonales, psicológicos y biológicos, un ejemplo de ello es quienes han atravesado por circunstancias adversas (luto, enfermedades, traumatismos psicológicos) Ahora, a partir de lo anterior también se debe mencionar que se respeta la visión de no encontrar respuesta y sentido a la problemática planteada y de igual forma es comprensible que haya personas que no encuentren ese sentido o razonamiento con referencia a su existencia.

Finalmente, con el propósito de concluir y avalar mi perspectiva, respecto a la enigmática sensación de ir sin rumbo en la vida, se presenta el caso del señor Michael Phelps, donde se puede analizar cómo ha podido encontrar esa respuesta en su vida, y ha decidido el poder retomar ese proceso intrínseco intrapersonal que se debe establecer necesariamente en el desarrollo motor, cognitivo, psicológico y social de un ser humano para conocerse así mismo. De hecho, Phelps es el claro ejemplo de toda esta problemática abordada desde en el ámbito social, ya que tuvo problemas en su carrera profesional con su entrenador, en el ámbito familiar debido a los problemas con su padre y en el ámbito personal por todo los traumatismos que adquirió y que se referenciarón dia a dia en su vida lo que desembocó qué se sumergiera en ese estado de extravío. Es claro, se necesita del desarrollo personal para no encontrarse naufragando durante el resto de su vida, naufragio que pudo desembocar en la decisión de acabar con su vida. ¿Todos se encuentran en ese naufragio? Personalmente creo que no todos, sino que en algún punto todos somos proclives a caer y sumergirse en este naufragio, sin lugar a dudas, pero si cae ahí, creo que si somos capaces de salir.

Bibliografía

  • Freud, A. (1984). El yo y los mecanismos de defensa. Álava: Editorial planeta-De Agostini, S.A..
  • Grupo de gestión integrada para la salud mental. (octubre de 2014). Minsalud. Obtenido de Ministerio de salud y Proteción social: https://www.minsalud.gov.co/sites/rid/Lists/BibliotecaDigital/RIDE/VS/PP/abc-salud-mental.pdf
  • Organización Mundial de la Salud. (22 de marzo de 2018). Depresión. Obtenido de Organización Mudial de la Salud: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/depression
02 Jun 2021
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