Perspectivan Que Incomodan: La Desigualdad 

Introducción

Resulta extraño, a priori, pensar en la idea de fragmentación en un mundo que está cada día más interconectado. La globalización y, junto con ella, el creciente intercambio de mercancías, personas e información, parecen hacer más pequeño el planeta, más a nuestro alcance. Sin embargo, ¿es así? Es innegable que los avances de la tecnología permiten situaciones impensadas hasta hace poco tiempo atrás, siendo la más representativa de ellas la de los avances en relación a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Desde esa perspectiva un tanto reduccionista de la realidad, el mundo pareciera ser un mejor lugar en la actualidad. Pero si se profundiza y complejiza el tema, cabe preguntarse: ¿tienen todos acceso a este nuevo mundo interconectado?

En este ensayo se hará referencia a las desigualdades, entendidas en términos sencillos como diferencias entre las personas. Para ello se expondrá lo planteado por Bernardo Kliksberg (argentino, quien acuñó el concepto de Gerencia Social) y Joseph Stiglitz. Se expondrán, en primer lugar, las consecuencias de la desigualdad y algunas políticas para combatirla. Luego, se comentará acerca de la desigualdad en América Latina y se mencionarán otros tipos de desigualdades más allá de aquella determinada por el ingreso, así como variables adicionales a considerar para analizar a la desigualdad. Para finalizar, se realizarán algunas apreciaciones concluyentes.

¿Qué implica la desigualdad?

Tanto Kliksberg como Stiglitz sostienen que la desigualdad es un problema central, por diversos motivos. Stiglitz considera que la existencia de desigualdades indica, por un lado, que no se está utilizando a las personas, entendidas como activos, de la forma más productiva; por el otro, que la economía no está siendo eficiente, ya que la desigualdad es generada por distorsiones como el monopolio y el trato fiscal preferencial. Asimismo, el premio nobel destaca que cuanto más se divide una sociedad en términos de riqueza, “más reacios se vuelven los ricos a gastar dinero en las necesidades comunes”, lo cual llevaría a acrecentar aún más la desigualdad.

Kliksberg, por su parte, entiende que la desigualdad genera un gran número de impactos: reduce el mercado interno, limita las tasas de formación de ahorro nacional, disminuye la productividad, crea inequidades en salud, provoca conflictividad, promueve la criminalidad, debilita la cohesión social y afecta al sistema educativo creando deserción en amplios sectores y limitando la oportunidad de educación de calidad a grupos marginados.

Se puede concluir que para ambos autores es importante tener en cuenta a la desigualdad ya que afecta a la performance de la economía nacional y a las condiciones de vida básicas de las personas, en cuyas bases se encuentran la educación y la salud. Sin embargo, ¿es factible pensar en enfrentar las desigualdades? De acuerdo con Kliksberg, sí lo es, y en este sentido se tornan fundamentales las prioridades y políticas que una sociedad adopte. De hecho, América Latina, señala el autor, refleja muy claramente esto con el rumbo que han ido tomando las decisiones políticas a partir de los 2000. Se puede considerar que algunas de las políticas prioritarias para reducir la desigualdad son las siguientes:

• Las transferencias de ingresos hacia los sectores más carenciados a través de, por ejemplo, asignaciones universales.
• La democratización del acceso a las nuevas tecnologías.
• La generación de oportunidades para que los jóvenes y adultos finalicen la secundaria.
• La realización de campañas de vacunación para niños y recién nacidos.
• La extensión de los períodos por licencia de maternidad y la extensión de dicho beneficio a los padres.
• La protección de la pequeña y mediana empresa.
• El fortalecimiento de la aplicación de las leyes antimonopolio.
• La formulación de una política fiscal que sea menos flexible con aquellos que tienen mayores ingresos.
• La expansión del sistema de protección social a sectores anteriormente marginados.
• La mejora de los ingresos percibidos por jubilados y pensionados.
• La inversión en educación y el incentivo a la matriculación de alumnos.

La desigualdad en América Latina

América Latina suele ser concebida como una de las regiones más desiguales del planeta. Se identifican cuatro causas de la desigualdad en esta región:

• El impacto que tuvieron las políticas neoliberales de los ’90, principalmente a través de la minimización de la participación del Estado y de la insensibilización que se generó frente a la pobreza.
• El arraigo de ciertas concepciones erradas de la mano del neoliberalismo, a saber: que la desigualdad no afecta al crecimiento, que la desigualdad es algo inevitable y que la desigualdad no se puede combatir.
• La conformación del “accidente de nacimiento”, concepto según el cual las posibilidades de recibir buena educación y protección de salud están arraigadas al estrato social, a la región geográfica y a las condiciones del hogar donde se nace.
• La existencia de múltiples desigualdades, más allá de la brecha de ingresos. Se trata de la desigualdad en el acceso a la tierra, a la educación, a la salud, al crédito, a las tecnologías avanzadas, entre otras.

La existencia de múltiples desigualdades

Kliksberg plantea que desigualdad no es sólo la diferencia de los ingresos de las personas, sino que existen distintos tipos de desigualdades de acuerdo con la variable que se tome. Es en este sentido que aparecen las desigualdades en el acceso: a la tierra, a la educación, a la salud, al crédito, a las tecnologías avanzadas, entre otras. Estas desigualdades son distintas pero no son independientes y suelen reforzarse mutuamente.

En una nota, el Foro Económico Mundial plantea la relevancia de tener en cuenta el sitio en el que un individuo crece como condicionante de la desigualdad:

“En un momento en el que la desigualdad en el ingreso está dominando el diálogo político, los policy-makers no deberían pasar por alto el importante rol de la geografía para determinar la equidad de oportunidades”.

En este sentido, señala la reciente creación de un Índice de Comunidades en Peligro por parte del Grupo de Innovación Económica de Washington DC que incorpora siete métricas, realizando así un análisis multidimensional de la prosperidad en Estados Unidos. Las variables que considera son las que se enumeran a continuación:

• Carencia de título secundario
• Tasa de disponibilidad de hogares
• Adultos sin empleo
• Tasa de pobreza
• Proporción de ingreso medio
• Cambios en empleo
• Cambios en empresas

Es interesante observar cómo se comienza a pensar de una manera más integral en estas cuestiones sociales, interrelacionando variables y construyendo métricas mediante el análisis de varias causas. En efecto, las problemáticas sociales no son unicausales sino que son el resultado de una sumatoria de cuestiones; de hecho, más que de una sumatoria, resultan de una serie de relaciones entre múltiples variables, y esto se aplica perfectamente a la desigualdad.

¿Conclusiones?

La desigualdad representa, sin dudas, una problemática muy compleja que genera impactos en las economías locales y nacionales; sin dudas, genera un mundo más fragmentado y, a menor escala, es la causa de que los países y las ciudades se encuentren más fragmentadas. Más aún, la desigualdad repercute fuertemente sobre las personas y su calidad de vida. Por ello, se considera que no se puede hacer referencia a conclusiones en este apartado: hay mucho más por estudiar y profundizar pero, fundamentalmente, hay mucho más por hacer. El rol del Estado es fundamental, y en este sentido se debe entender que el Estado lo conforman los gobiernos y también todos los habitantes de un país.

Resulta indispensable poner a la problemática de la desigualdad sobre la mesa y generar un debate en torno a posibles soluciones, siempre con la certeza de que es posible avanzar hacia la equidad a través de la implementación de políticas públicas apropiadas.