Puntos Principales de La Dialectología, Conexión de La Dialectología con Geografía y Sociolingüística
Dialectología
La dialectología es definida, tradicionalmente, como ciencia que estudia los dialectos. El Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) presenta a la “dialectología” como “tratado o estudio de los dialectos”. La cuestión de “lengua y dialecto” se tratará posteriormente. A continuación, se presentan las siguientes definiciones:
Chambers & Trudgill (1994) menciona que “La Dialectología, como es obvio, es el estudio del dialecto y de los dialectos”.
Ramírez (en Alvar, 1996) menciona lo siguiente sobre la dialectología:
“La dialectología es una disciplina con una larga tradición y una metodología claramente definida para establecer fronteras geográficas sobre los usos de ciertas formas lingüísticas, ya sean fonológicas, morfológicas, sintácticas o léxicas. Entre los estudios de la dialectología tradicional están los trabajos sobre 1) el origen de los rasgos diferenciadores, 2) la dialectalización o fragmentación de la lengua como sistema lingüístico de comunicación, 3) los medios de extensión de fenómenos lingüísticos entre una sociedad o dentro de una zona geográfica y 4) la estandarización de la lengua en zonas bilingües. (…)”.
Coseriu (citado en Montes, 1999) opina que “La dialectología registra y estudia la variedad idiomática como tal (no reduciéndola a la homogeneidad), y trata de sacar de la variedad misma inferencias acerca del modo como funcionan, se constituyen y se modifican las tradiciones idiomáticas”.
En palabras propias de Montes (1999) señala: “Propongo considerar la dialectología como la disciplina lingüística que estudia las variantes y variedades de las lenguas históricas y su integración en conjuntos unitarios por medio de la articulación de las diversas normas vigentes en cada idioma”.
De todas las definiciones, tomaremos la del DRAE y de Chambers & Trudgill (1994), no por ser la más corta o simple, sino que engloba y resumen las definiciones presentadas de manera simple y relaciona la cuestión de que un sistema lingüístico es una lengua o un dialecto.
Lengua y dialecto
La DRAE define a la lengua con dos acepciones principales para los estudios lingüísticos: “sistema de comunicación verbal propio de una comunidad humana y que cuenta generalmente con escritura” y “sistema lingüístico considerado en su estructura”. Sin embargo, en el campo dialectológico, se define a la lengua como un conjunto de dialectos.
Al definir a la lengua como un conjunto de dialectos, nos conviene conceptualizar la palabra “dialecto”. El DRAE define al dialecto con dos acepciones: “variedad de un idioma que no alcanza la categoría social de lengua” y “sistema lingüístico considerado con relación al grupo de los varios derivados de un tronco común”. Sin embargo, en la sociedad, encontraremos conceptos como los que se mencionan en Chambers & Trudgill (1994):
“La Dialectología, como es obvio, es el estudio del dialecto y de los dialectos. Pero ¿qué es exactamente un dialecto? En el lenguaje cotidiano un dialecto es una forma de lengua subestándar, de nivel bajo y a menudo rústico, que generalmente se asocia con el campesinado, la clase trabajadora y otros grupos considerados carentes de prestigio. Dialecto es también un término aplicado a menudo a las lenguas que no tienen tradición escrita, en especial a aquellas habladas en los lugares más aislados del mundo. Y por último también se entienden como dialectos algunas clases (a menudo erróneas) de desviaciones de la norma, aberraciones de la forma estándar o correcta de una lengua.”
Estos conceptos que se tienen de los dialectos, por lo general, son erróneos; ya que no se puede tener un concepto objetivo pensando que un dialecto es más importante o relevante que otro, todos los dialectos (y en este caso, este mismo prejuicio se cumple en las lenguas) tienen un mismo nivel, uno no es más que otro. A continuación, se presentarán más definiciones de dialecto:
En La Dialectología se menciona lo siguiente: “(…), creemos que resulta a menudo muy útil clasificar los dialectos como DIALECTOS DE UNA LENGUA. Los dialectos pueden así ser considerados como subdivisiones de una lengua en particular.” (Chambers & Trudgill, 1994:19-20).
Yule (2008) distingue acento del dialecto: “(…) conviene distinguir el término “acento” del término dialecto, que se utiliza para caracterizar determinados rasgos gramaticales y de vocabulario, además de los relacionados con la pronunciación.”
Una cuestión que plantea Coseriu (1982) sobre la definición de dialecto es la siguiente:
“Así, pues, en sentido “objetivo” (por lo que designa), el término dialecto -contrariamente a una opinión muy difundida- no significa otra cosa que el término lengua. Pero, si todo “dialecto” es una lengua, no toda “lengua” es un dialecto. (…)”.
Revisando este enunciado, la interrogante que se formula es ¿en qué se diferencia las lenguas de los dialectos?
Para distinguir y reconocer cuándo estamos ante una lengua y cuándo ante un dialecto, según Chambers & Trudgill, debemos definir qué es una lengua. Ellos mencionan que “una lengua es un conjunto de dialectos mutuamente inteligibles” (Chambers & Trudgill, 1994: 20). La inteligibilidad mutua o intercomprensión (según Coseriu, 1982) es cuando una comunidad que habla un dialecto “X” y otra que habla un dialecto “Y” pueden entenderse sin dificultad, aunque presentado ciertas modificaciones léxicas, gramaticales o semánticas. Sin embargo, los autores presentan un problema entre el noruego, el sueco y el danés; estos sistemas lingüísticos son consideradas cada una como lenguas, pero las tres son inteligibles entre sí. Además, Chambers & Trudgill (1994) presentan otro caso del alemán: “(…), mientras que el alemán se considera una sola lengua, hay sin embargo ciertos tipos de alemán que resultan ininteligibles para los hablantes de otros tipos de alemán.” Ha partir de este enunciado mencionan que “Nuestra definición, por tanto, nos llevaría a definir el danés como algo menos que una lengua y el alemán como algo más que una lengua” (Chambers & Trudgill, 1994).
A partir de aquello, podemos concluir que el concepto de “lengua y dialecto” no es puramente lingüístico, depende más de lo extralingüístico, ya sea por la importancia que dé el hablante a su lengua. Hay hablantes que consideran a las lenguas “empoderadas” o “relevantes” para ellos el verdadero rango de lengua, y a las que hablan otras lenguas con menor cantidad de hablantes las consideran como “dialectos”. Este es un prejuicio muy común en la sociedad y son ellos quienes otorgan en realidad el verdadero rango si un sistema lingüístico es una lengua o un dialecto. En la mayoría de los casos, la inteligibilidad no define a la lengua o al dialecto ya que hay casos en que el hablante rechaza esa voluntad de entender un sistema lingüístico. En conclusión, el concepto de lengua y dialecto y su diferenciación, en la actualidad, sigue siendo una problemática muy amplia, ya que los lingüistas podemos denominar a un sistema lingüístico como dialecto. Sin embargo, los hablantes pueden rechazar esta denominación ya que consideran a este sistema como una lengua.
Continuum dialectal
Carbajal (2004) en su tesis de licenciatura menciona lo siguiente:
“(…), un dialecto A no se diferencia de un dialecto B por la presencia o ausencia de los rasgos X, Y o Z, sino más bien porque estos rasgos se presentan con mayor o menor frecuencia en una u otra variedad. Los límites dialectales son borrosos, no es posible trazar una línea divisoria única entre dos variedades.” (Chambers y Trudill, 1994; Romaine, 1996 y Cerrón-Palomino, 1973, citados en Carbajal, 2004: 27).
Chambers & Trudgill señalan el siguiente ejemplo con el que da entender lo que sería un continuum:
“Si examinamos los dialectos hablados en áreas rurales, nos encontramos con muchas partes del mundo donde se da la siguiente situación: si viajamos de un pueblo a otro, en una dirección particular, apreciamos diferencias lingüísticas que distinguen un pueblo de otro. A veces estas diferencias serán grandes, en otras ocasiones pequeñas, pero serán ACUMULATIVAS. Cuanto más lejos nos hallemos del punto de partida, las diferencias se harán cada vez mayores. El efecto, por tanto, puede ser que, si la distancia implica es lo suficientemente grande, (si ordenamos los pueblos a lo largo de nuestra ruta en un orden geográfico), mientras que los hablantes del pueblo A entienden a la gente del pueblo B muy bien y a los del pueblo F, bastante bien, puede que entiendan el habla del pueblo M con dificultad considerable y no entender en absoluto a los del pueblo Z. Por otra parte, los hablantes de M probablemente entenderán el habla del pueblo F bastante bien y a los habitantes del A y Z con dificultad. En otras palabras, los dialectos de los extremos del área geográfica pueden o no ser mutuamente inteligible, pero estarán conectados por una cadena de inteligibilidad mutua. No existe ningún punto n el que la ruptura sea tan completa que lo dialectos geográficamente adyacentes no sean mutuamente inteligibles, pero el efecto acumulativo de las diferencias lingüísticas será tal que, cuanto más grande sea la separación geográfica, mayor será la dificultad de comprensión.”
En conclusión, los dialectos no poseen una frontera establecida entre un dialecto y otro; más bien encontramos un continuum dialectal.
Chambers & Trudgill (1994) presentan dos tipos de continuum: los “continua” geolectales y los “continua” sociolectales; el párrafo citado anteriormente describe una situación de un continuum geolectal; sin embargo, los autores mencionan que “Los continua dialectales pueden ser también sociales en vez de geográficos, y los continua de este tipo también pueden plantear problemas.” (Chambers & Trudgill, 1994:25). En esta ocasión, nos interesa más la definición de continuum dialectal o geolectal.
Isoglosas
El término isoglosa lo usó por primera vez J. G. A. Bielenstein, un dialectólogo letón, en 1892. Al parecer el neologismo basándose en el término meteorológico isotermo, la línea que divide dos lugares con la misma temperatura media. Isoglosa significa literalmente “igual lengua” (iso + glosa). Presumiblemente quiere expresar el hecho de que una línea trazada a través de una región mostrará dos áreas en cada una de las cuales coincide algún aspecto del uso lingüístico, pero que difieren una de la otra. (Chambers & Trudgill, 1994:139).
Chambers & Trudgill (1994) presentan una definición de isoglosas, pero hay otros estudiosos que presentan otra definición o lo emplean este término en diferentes situaciones.
El DRAE menciona que la isoglosa es un “Línea imaginaria que en un mapa representa los límites de un mismo fenómeno lingüístico con los puntos intermedios entre ambos”.
Yule (2008) señala que la isoglosa “(…) representa un límite entre dos áreas diferentes en lo que respecta a un determinado elemento lingüístico.”
Alcaraz & Martínez (1997) mencionan lo siguiente:
“Un concepto básico de estos atlas es el de isoglosas (término acuñado por imitación de las isobaras), las cuales son líneas ideales que, al tiempo que unen los puntos en donde se dan los mismos fenómenos fonéticos, léxicos, etc., marcan su ámbito espacial. Cuando la “isoglosa” se refiere exclusivamente a formas léxicas se llama isolecto.”
Como bien señala Carvajal (2004), uno de los principales problemas de la dialectología y a su vez de su metodología, la geolingüística, ha sido la determinación de isoglosas, de los límites entre dos áreas geográficas que se diferencian en un rasgo lingüístico.
Geografía lingüística
La geografía lingüística es definida por el DRAE de la siguiente manera: “geografía que estudia la distribución de los fenómenos lingüísticos de un idioma sobre el territorio en que este se habla”. Esta definición no especifica completamente lo que en realidad vendría a ser la geografía lingüística (o, como actualmente se le denomina, “geolingüística”).
Alcaraz & Martínez (1997) señalan sobre la geografía lingüística lo siguiente: “La geografía lingüística, también llamada lingüística espacial, es la rama de la DIALECTOLOGÍA que estudia la distribución y la extensión geográfica de las formas lingüísticas (sintácticas, léxicas, fonéticas) en atlas lingüísticos”. La definición presentada por estos autores es más exacta que la anterior, ya que menciona un método usado por la geografía lingüística; sin embargo, quienes presentan una definición más completa y precisa que contribuye a la dialectología y a la lingüística son Chambers & Trudgill (1994).
La geografía lingüística surge a raíz de los Neogramáticos; aquellos consideraron un principio fundamental que era el siguiente: Ausnahmslosigkeit der Lautgesetze, o “los cambios fonéticos no admiten excepción”. Con esta hipótesis, la evidencia dialectal resultaba obviamente relevante. Como consecuencia surgió la GEOGRAFÍA LINGÜÍSTICA, una metodología o un conjunto de métodos para recopilar de un modo sistemático los testimonios de las diferencias dialectales. (Chambers & Trudgill, 1994: 37)
Los métodos usados por la geografía lingüística que de igual manera aportan a la dialectología se describirán en el siguiente capítulo “Metodología y técnicas de investigación diatópica”.
Dialectología y Sociolingüística
Como se mencionó en la primera parte de este capítulo (Dialectología), se tomará el concepto del DRAE y de Chambers & Trudgill (1994): “La dialectología estudia los dialectos”. Sin embargo, hay una interdisciplina lingüística muy ligada a la Dialectología, inclusive hay ocasiones en que ambas se confunden, pero son diferentes, esta interdisciplina se denomina “Sociolingüística”.
La sociolingüística es definida por el DRAE de la siguiente manera: “Disciplina que estudia las relaciones entre la lengua y la sociedad”.
Yule (2008) señala que “En términos generales, la sociolingüística se ocupa del análisis de las relaciones existentes entre el lenguaje y la sociedad”.
Silva-Corvalán (1989) conceptualiza a la sociolingüística de la siguiente manera:
“(…), podríamos definir la sociolingüística como el estudio de aquellos fenómenos lingüísticos que tienen relación con factores de tipo social. Estos factores sociales incluyen los diferentes sistemas de organización política, económica, social o geográfica de una comunidad, factores individuales que tienen repercusiones sobre la organización social en general, como la edad, el sexo y el nivel de educación, la etnia del individuo, aspectos históricos, la situación inmediata que rodea la interacción; en una palabra, lo que se ha llamado el contexto externo en que ocurren los hechos lingüísticos.”
Alcaraz & Martínez (1997) definen a la sociolingüística como “(…) rama de la lingüística que estudia las relaciones entre el lenguaje, el individuo y los grupos sociales. (…) Es una disciplina reciente, nacida en la segunda mitad del siglo XX, aunque se pueden encontrar antecedentes en la GEOGRAFÍA LINGÜÍSTICA y en la DIALECTOLOGÍA.”
Como bien se ha expuesto los conceptos de sociolingüística, se observa la diferencia entre estas dos disciplinas muy ligadas y diferentes; al usar el término “diferente”, no implica el concepto de “exclusión”, ya que a pesar de tener su propia relación con la lengua, se complementan en metodología y análisis; es más, como menciona Alcaraz & Martínez (1997), la sociolingüística tiene sus antecedentes en la dialectología, es decir, son disciplinas muy conectadas no solo por los fundamentos teóricos y metodológicos, sino que también la historia los une.