Quién Se Ha Llevado Mi Queso: Síntesis
Introducción
La revelación era profunda. Lo más importante era que no se apoyaba demasiado en la capacidad para razonar de cada uno. Y cualquier ratón te dirá que este atributo es el sello de todas las grandes verdades. Así pues, fue aceptada como la verdad más grande y, ciertamente, la más importante. Y era todo muy sencillo.
El libro lo dejaba claro: las cosas cambian. Puedes quedarte ahí sentado y quejarte, o puedes cambiar con los tiempos. No temas al cambio. Acéptalo. No está en tus manos controlar lo que pasa en el laberinto. Lo que sí puedes controlar es tu reacción. Con todo, el hecho de que todos los ratones hayan llegado a comprender esta información, no significaba que todos fueran capaces de llevarla a la práctica. Algunos lo lograron totalmente. Aprendieron que el cambio es inevitable e incontrolable.
Desarrollo
Aceptaron que eran impotentes para controlar el funcionamiento del laberinto era el destino, dijeron, y prometieron adaptarse. Otros muchos lo consiguieron en menor grado. Seguían teniendo momentos de temor, inmovilidad, depresión y desesperación. Pero esos momentos eran menos frecuentes que en el pasado. Estos ratones mejoraron su suerte en el laberinto de forma considerable. Por supuesto, también había ratones que raramente pensaban sobre lo que la Biblia del Queso les enseñaba.
Estaban de acuerdo con ella, en principio, pero no tenían el tiempo ni la energía para cambiar su manera de actuar. La verdad es que es difícil abandonar una costumbre. Ya lo harían más adelante, quizá la semana que viene, a lo mejor el año entrante. En conjunto, la vida en el laberinto era ahora muy diferente. En el pasado, cuando el queso cambiaba de un sitio a otro, todos los ratones se desesperaban.
No podían comprender qué pasaba. Maldecían su suerte. Se quedaban sentados, esperando, en el antiguo rincón del queso, y rezaban para que volviera. Se agitaban y se ponían de mal humor. Ellos se enfadaban y hacían que una vida ya difícil fuera todavía peor. Ah, pero después de leer la Biblia del Queso, los ratones reaccionaban de manera diferente.
La desaparición del queso seguía siendo traumática y era imposible comprender por qué se había ido. Pero ahora empezaron a ir en busca de nuevos depósitos de queso. Los que habían adoptado plenamente la filosofía de la Biblia del Queso fueron los prime ros en ponerse en marcha, en busca del queso nuevo. Los que tenían problemas con la filosofía, los que encontraban difícil abandonar las viejas costumbres, actuaban más lentamente. Pero también ellos comprendieron que tenían que cambiar con unos tiempos en constante cambio.
Conclusión
También ellos, finalmente, fueron a buscar más queso. Aprendiendo a cambiar con los tiempos, los ratones consiguieron encontrar más queso. Lo encontraron con más rapidez que en el pasado. ¡La Biblia del Queso tenía razón! Tenían queso más queso, y con más rapidez que nunca antes. Las cosas no llegan a ir mucho mejor si eres un ratón. Por eso, los ratones ya no cuestionaban por qué el queso desaparecía.
Todos estaban de acuerdo en que esas preguntas no tienen res puesta. No trataban de idear planes para tratar de evitar que el queso desapareciera. Solo un tonto pensaría que es posible controlar el destino. Sobre todo, nunca volvieron a hacer esa pregunta tan poco razonable: «¿Quién se ha llevado mi queso?» Ahora la vida era más sencilla. Todo se reducía a una ecuación muy simple: Quieres queso El queso ya no esta aquí Ve a otro sitio a buscar el queso. Bien mirado, para un ratón en un laberinto, el queso es lo único que de verdad importa. Pero bueno también había uno que se llamaba Max. Y Max era totalmente diferente. Autor: Darrel Bristow