Relación Entre Inflación Y Crecimiento Económico En México

Introducción

La mayoría de los países en el mundo tiene políticas que buscan mantener una inflación controlada y México no es la excepción. Desde el año 2002 el banco central de México ha tenido como objetivo mantener una tasa de inflación de 3% más, menos 1. Y es que una inflación elevada normalmente es signo de crisis económica o inestabilidad en el país, diversos autores han propuesto que una tasa de inflación elevada es perjudicial para el crecimiento económico, sin embargo, otros autores han propuesto que una tasa de inflación menor al 10% no tiene efecto alguno en el crecimiento económico o que incluso puede llegar a tener un efecto positivo. En este documento trataremos de encontrar la correlación que existe entre ambas variables y así analizar si mantener una inflación controlada pueda afectar de alguna manera al crecimiento económico de México. Para ello tomaremos datos del banco mundial para comparar algunos datos macroeconómicos y ver de una manera gráficas la diferencia entre las variables en cuestión.

Hipótesis: Mantener una meta de inflación al 3% podría provocar una desaceleración en el crecimiento económico en México.

Antecedentes

Después de la Segunda Guerra Mundial diversos estudios empíricos han tratado de interpretar el tipo de relación existente entre inflación y crecimiento económico. La variedad de enfoques y criterios arrojan diferentes resultados que van desde aquellos en los que se sugiere que la inflación influye de manera benéfica al crecimiento, aquellos que plantean una relación negativa entre ambas variables y los que proponen una asociación no lineal entre ellas. A continuación, se presentan las diversas perspectivas y teorías planteadas a través del comportamiento histórico de la inflación y las implicaciones que esta tiene sobre el crecimiento económico.

  • Teorías que postulan una relación positiva entre inflación y crecimiento económico

Entre los autores que sugieren una relación positiva entre inflación y crecimiento se encuentra Mundell (1963), quien estructura un mecanismo relacionando ambas variables, separando el exceso de demanda de productos básicos. Este mecanismo es distinto al exceso de demanda como promotor del crecimiento económico: la acumulación de capital. El modelo de Mundell plantea que la inflación reduce inmediatamente la riqueza de las personas, y en consecuencia estas se vean obligadas a incrementar su ahorro. Este aumento en el ahorro reduce las tasas de interés reales e incentiva la acumulación de capital, acelerando el ritmo de crecimiento de la economía. Por lo tanto, la inflación conduce a un mayor crecimiento de la producción, ya que indirectamente aumenta los niveles de ahorro de la economía y la acumulación de capital.

Tobin (1965) demuestra el efecto positivo de la inflación sobre la acumulación de capital, el cual conducía a la economía hacia un estado estacionario con un mayor nivel de capital por persona, desarrollando aún más el modelo de Mundell y haciendo uso del modelo de crecimiento neoclásico (Solow, 1956; Swan, 1956). El efecto Tobin plantea que la inflación hace que las personas sustituyan el dinero por activos que generan intereses, obteniendo así una mayor magnitud de capital y fomentando el crecimiento económico.

Para Sidrauski (1967) un aumento en la inflación no afecta la acumulación de capital en el estado estacionario, por lo que el crecimiento económico y el nivel de producción no presentan ninguna alteración. En este modelo se hace uso del término superneutralidad del dinero, el cual se sustenta cuando las variables reales son independientes de la tasa de crecimiento de la oferta monetaria a largo plazo.

  • Teorías que postulan una relación negativa

Stockman (1981) planteó un modelo en el que un aumento en la inflación disminuye la capacidad de adquisición de bienes de consumo y de capital, lo cual conlleva un menor nivel de producción. En este modelo el dinero es un complemento al capital, lo que significa una relación negativa entre la producción y la tasa de inflación.

Cooley y Hansen (1989) identifican las implicaciones para la acumulación de capital en un mecanismo básico de trabajo-ocio desarrollado por Greenwood y Huffman (1987). Descubren que cuando el nivel de empleo disminuye por un aumento en la inflación el rendimiento del capital, las cantidades de capital y producción en estado estacionario también disminuyen. Obteniendo como resultado principal el hecho de que el nivel de producción cae permanentemente a medida que aumenta la tasa de inflación.

  • Teorías que plantean una relación no lineal

Algunos autores se centraron en analizar qué nivel de inflación es perjudicial para el crecimiento, planteando la existencia de una relación entre dichas variables en donde los aumentos y disminuciones no se daban con la misma intensidad, es decir, una relación no lineal. Sarel (1996) analiza la posibilidad de efectos no lineales sobre el crecimiento, encontrando evidencia de una ruptura estructural significativa, la cual ocurre cuando la tasa de inflación es del 8%. Por encima de esa tasa de inflación el efecto estimado sobre el crecimiento es significativamente negativo, mientras que debajo de esa tasa no se genera ningún efecto sobre el crecimiento, presentando incluso un efecto ligeramente positivo. Sugiriendo así, mantener la inflación por debajo de la ruptura estructural.

Ghosh y Phillips (1998) sostienen que existe una relación negativa entre inflación y crecimiento estadísticamente significativa. Su intención no era desarrollar un modelo explicativo del crecimiento del PIB, sino más bien determinar la correlación inflación-crecimiento, encontrando que a tasas de inflación bajas (2-3% por año o menos) las variables están positivamente correlacionadas, de lo contrario la correlación es negativa, además de descubrir un umbral de 2.5% y un impacto negativo significativo por encima de este nivel. El mensaje de política de los autores sugiere que bajar las tasas de inflación moderadas puede generar ganancias en el crecimiento del PIB de hasta 0.8-0.9 puntos porcentuales.

Khan y Senhadji (2001) estudiaron la relación inflación-crecimiento por separado para países industrializados y en desarrollo estimando la existencia de un efecto umbral y haciendo uso de nuevas técnicas econométricas. Los resultados en este estudio plantean la existencia de un umbral más bajo para los países industrializados que para los países en desarrollo (1-3% y 11-12% respectivamente). Los niveles de inflación por encima del umbral estimado producen un efecto negativo significativo sobre el crecimiento, mientras que los niveles por debajo del umbral no generan ningún efecto, por lo que para un crecimiento sostenible se recomendaba una inflación baja.

Política monetaria del banco de México 

Según de León (2001) en los últimos años, la mayoría de los bancos centrales ha aceptado que la mayor contribución que pueden hacer al desarrollo económico radica en el abatimiento de la inflación. Los bancos centrales pueden hacer uso de instrumentos de política monetaria para ejercer dicha contribución, sin embargo, la política monetaria no actúa directamente sobre la inflación, dado a que estas decisiones de política monetaria buscan modificar las expectativas de los agentes económicos, las tasas de interés y el tipo de cambio. Esto provoca el llamado mecanismo de transmisión de política monetaria; en el que se presenta una incidencia sobre la demanda agregada, lo cual, en conjunto determina el comportamiento futuro de la inflación.

Un banco central puede influir mediante sus acciones, metas e instrumentos en la estabilidad de precios, sin embargo, hay factores que salen de su control pero que pueden tener un impacto importante en los precios, entre los que se encuentran la política fiscal del gobierno federal y los choques de oferta. Aunque si bien, estos factores están fuera de su ámbito de acción, el banco central debe darles seguimiento para poder prever cualquier coyuntura que represente presiones inflacionarias y actuar en consecuencia usando sus facultades.

A raíz de la crisis cambiaria y financiera de 1994-1995, la política monetaria del Banco de México se ha modificado varias veces con el propósito de hacerla más efectiva y transparente, teniendo como consecuencia una evolución gradual hacia un esquema de política monetaria conocido como objetivos de inflación, cuya finalidad principal es lograr la estabilidad de los precios generales. El banco central debe ser autónomo para poder tomar las políticas monetarias que crea pertinentes, así como dar a conocer al público los objetivos de inflación de mediano plazo. Dicha autonomía facilita al banco central actuar como contrapeso de la administración pública, en cuanto a situaciones inflacionarias

Desde 2002, el Banco de México tiene el objetivo de alcanzar una inflación anual de 3% que puede moverse dentro de un intervalo de ±1%. Esta meta de inflación otorga suficiente margen de manipulación de la política monetaria en caso de que se requiriera una disminución considerable en la tasa de interés.

El Banco de México no puede influir directamente sobre los precios de todos los bienes y servicios de la economía, por lo que, para cumplir con su objetivo, busca variables económicas (como las tasas de interés) sobre las que pueda influir directamente. Para poder cumplir sus funciones, el banco central es el único que puede crear o destruir dinero o base monetaria. En este sentido, el banco central es la única institución que puede cubrir los faltantes o retirar los sobrantes de liquidez. De igual manera para mantener una baja inflación el banco central decide elevar la tasa de interés buscando hacer más atractivo el ahorro. Como consecuencia de este acto, las familias decidirán consumir menos y ahorrar más, lo que se traduce en menor demanda de bienes y servicios y por tanto menores precios, con lo que la inflación comenzará a descender.

Inflación y crecimiento económico en Mexico

Antes de que el banco central utilizará una política monetaria restrictiva, la tasa de inflación era muy volátil, llegando incluso hasta una tasa de más de 120% en el año 1987 y presentando una tasa menor al 5% en 1994. No fue hasta el año 2002 cuando la inflación se empezó a mantener estable en un rango de 3% ±1 gracias a un aumento en la tasa de interés, logrando así las metas del banco central.

En nuestra hipótesis sugerimos que al haber una inflación de aproximadamente 3% podría haber una desaceleración económica, sin embargo las gráficas 3 y 4 nos demuestran que aunque hay una relación entre ambas variables, no significa que haya una causalidad, ya que los puntos de dispersión en las gráficas, tanto del periodo de 1980 a 2000 y de 2001 al 2018, se encuentran muy alejados de la línea de tendencia, lo que significa que no existe una relación relevante entre como para argumentar que una variable es causa o consecuencia de la otra. En la gráfica numero 2 podemos observar la relación entre el crecimiento económico y la tasa de inflación. Entre los años 1982 y 1990 la inflación era significativamente alta y hubo poco crecimiento económico, como lo propuso Sarel (1996); al tener una inflación por arriba del 8% el crecimiento económico se verá perjudicado, y al ser menor de un 8% podría no haber o tener una relación ligeramente positiva, como podemos observar en los años posteriores al 2002 donde la tasa de inflación es baja y el crecimiento económico fue ligeramente mayos que en periodos anteriores.

Conclusión

Aunque existe alguna correlación entre ambas variables, no necesariamente debe existir causalidad, por lo tanto, al tratar de mantener una inflación controlada, el Banco de México podría no estar afectando al crecimiento económico del país.

Referencias bibliográficas

  • Banco de México. (2010). Política monetaria e inflación. Recuperado en agosto.
  • Banco Mundial. (s.f.). Recuperado en noviembre. Disponible en:   https://datos.bancomundial.org/
  • de León, A. D., & Greenham, L. (2001). Política monetaria y tasas de interés: experiencia reciente para el caso de México. Economía Mexicana Nueva Época, 10(2), 213-258.
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  • Martínez, L., Sánchez, O., & Werner, A. (2001). Consideraciones sobre la conducción de la política monetaria y el mecanismo de transmisión en México. Documento de investigación, 2.
  • Orlik, N. L. (2014). La política monetaria y el crecimiento económico: la tasa de interés de referencia del Banco de México. Economía Informa, 387, 21-42.
  • Schwartz, M. J., & López, A. P. (2000). Crecimiento económico e inflación: el caso de México. Economía mexicana. Nueva época, 9(2), 165-189.
06 July 2021
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