Reseña Crítica Sobre la Autoestima y su Relación con la Satisfacción con la Imáagen Corporal
Introducción
La autoestima (o autoconcepto), como vivencia psíquica, ha acompañado al ser humano desde sus comienzos. Sin embargo, el constructo psicológico acaba de cumplir poco más de un siglo. Fue William James, quien a finales del siglo XIX en su obra Los Principios de la Psicología, estudiaba el desdoblamiento de nuestro “Yo-global” en un “Yo-conocedor” y un “Yo-conocido”. Según James, de este desdoblamiento, del cual todos somos conscientes en mayor o menor grado, nace la autoestima.
La calidad de vida es un concepto valorativo que se debe abordar desde un paradigma multidisciplinar, y está asociado con la percepción de bienestar del individuo en su integridad física, psíquica y social (Amador y Esteban, 2015). La autoestima y el autoconcepto pueden considerarse índices cognitivos, evaluativos y afectivos que el individuo hace de sí mismo (Goñi y Fernández, 2008). La autoestima, como valoración de uno mismo, supone un proceso de análisis e introspección sobre los propios sentimientos, sobre las características que definen a la persona, y sobre las capacidades y logros; es decir, se entiende como el conjunto de percepciones y evaluaciones que, si bien son dirigidas hacia uno mismo, contienen el punto de vista de los demás, lo cual influye en el modo de ser, de actuar en el mundo y de relacionarse con los demás (Enrique y Muñoz, 2014).
Cabe destacar que la autoestima no es fija. Es maleable y medible, lo que significa que podemos estimarla y mejorarla. El presente documento valida tal afirmación al evaluar críticamente cuatro estudios recientes que ponderan medidas del autoconcepto en distintos sectores de la población. Como psicólogos en formación no necesitamos aprobar todas y cada una de las acciones tomadas por el cliente, pero mostrar aceptación y aprobación de quién es en el nivel más profundo, tendrá un impacto extremadamente positivo al reafirmar su propio valor.
Resumen de los Artículos
La Autoestima es la percepción evaluativa de nosotros mismos. El desarrollo de la autoestima durante la infancia y la adolescencia depende de una amplia variedad de factores intraindividuales y sociales. Fundamentándose en el hecho de que la imagen corporal es un constructo complejo, que incluye percepciones del cuerpo (componente perceptivo), actitudes, sentimientos y pensamientos (componente cognitivo-afectivo), así como las conductas derivadas de éstas (componente conductual) (Baile, 2003; Thompson, Heinberg, Altabe & Tantleff Dunn, 1999), un grupo de investigadores de la Universidad de la Mancha en España se propuso medir a través de la investigación Relación entre imagen corporal y autoconcepto físico en mujeres adolescentes las diferencias entre los diferentes subdominios del autoconcepto físico, basado en la insatisfacción corporal y el índice de masa corporal (IMC). Una muestra de 447 adolescentes españolas, de 12 a 17 años, participaron en este estudio y se les administró el Cuestionario de autoconcepto físico (CAF), el Cuestionario de forma corporal (BSQ) y la Escala de Gardner para la evaluación de la imagen corporal. Confirmando tanto la hipótesis como los antecedentes teóricos, los resultados indican que una mayor insatisfacción corporal y un IMC más alto se asociaron con peores percepciones físicas, especialmente en relación con la apariencia y un autoconcepto más devaluado. En conclusión, se destaca la importancia de una imagen corporal saludable, ya que configura el concepto propio y general en las mujeres adolescentes. Es precisamente la adolescencia uno de los periodos más críticos, ya que en estas edades se hallan los mayores índices de preocupación por el cuerpo (Hermes & Keel, 2003), especialmente en las mujeres (Santtila & Sandnabb, 2010). Los resultados alertan acerca de la necesidad de llevar a cabo acciones en el entorno escolar, especialmente preventivas. Entre las limitaciones encontradas, destaca el bajo número de participantes en algunos grupos de estudio, ante la necesidad de clasificar la muestra en distintas categorías dentro de cada variable independiente. Por ello, se recomienda aumentar la muestra, especialmente en las categorías menos numerosas, así como hacer una clara diferenciación por tramos de edad.
Todos somos envejecientes. Desde el momento mismo de la concepción comenzamos a envejecer de manera progresiva. El crecimiento de la población de la tercera edad y de la esperanza de vida a nivel mundial, han cambiado las actitudes hacia las personas mayores. Mientras tanto, estudios de campo, como el que reseñamos, pueden ayudar a mejorar la salud mental de una creciente población anciana. Miembros de la Facultad de Psicología de las universidades de Almería y Barcelona se dieron a la tarea de confirmar empíricamente el corolario que establece que la actividad física realizada de forma regular previene el desarrollo paulatino de las limitaciones físicas y funcionales en las personas mayores (Gómez, Vila y Ara, 2012). Su estudio Percepción de salud, autoestima y autoconcepto físico en persones mayores en función de su actividad física pretende analizar la relación existente entre la Autoestima y las dimensiones que definen el Autoconcepto Físico, y la percepción de la salud en personas mayores, en relación con el nivel de práctica de actividad física que realizan. Para ello, 130 participantes de entre 63 y 75 años fueron clasificados en dos grupos, personas físicamente activas y personas físicamente inactivas, en función del nivel de actividad física que realizan; a todos se les aplicó la Self-Esteem Scale de Rosenberg, el Physical Self-Perception Profile de Fox y Corbin y el Cuestionario de Salud SF-36 de Ware y Sherbourne. Los resultados ponen de manifiesto la relación positiva que se establece entre ser una persona físicamente activa y los mejores niveles en autoestima, condición física y competencia percibida. Además, se determina que el rol físico y emocional que desempeñan las personas en las rutinas diarias, son proporcionalmente directas a la competencia percibida y la apariencia física. Se ha demostrado que incluso el cerebro en envejecimiento puede ser receptivo a la plasticidad neuronal y cognitiva cuando se realiza entrenamiento físico adecuado (Rahe et al., 2015). Cuando los individuos se mantienen físicamente activos, presentan mejores niveles de aceptación y valoración de sí mismos, en relación con aquellos individuos que están físicamente inactivos o sedentarios. Los resultados corroboran los planteamientos teóricos sobre el proceso del envejecimiento activo que postulan la necesidad de realizar actividad física para mantener un estado de salud adecuado, y con ello, una calidad de vida positiva.
El afrontamiento del diagnóstico de cáncer de mama y el uso de diferentes estrategias es clave para superar esta situación estresante. Diversas variables psicológicas están relacionadas con la manera de afrontar la enfermedad, destacando entre ellas la autoestima. Martínez Brito y otros en el año 2014 realizaron un estudio sobre Autoestima y estilos de afrontamiento en mujeres con cáncer de mama, con el objetivo de determinar los niveles de la autoestima y los estilos de afrontamiento presentes en mujeres con cáncer de mama del Consejo Popular Jaruco, desarrollándose un estudio descriptivo, de corte transversal, en el período comprendido desde septiembre de 2013 hasta marzo de 2014. Se seleccionó una muestra de 30 mujeres que padecen cáncer de mama, se aplicó el Inventario de Autoestima de Coopersmith y la Escala de Modos de Afrontamiento de Lazarus y Folkman. Las variables utilizadas fueron: autoestima y estilos de afrontamiento. Los resultados reflejan que la mayor parte de la muestra presentó edad superior a 70 años, prevalece un tiempo de evolución de la enfermedad mayor de 5 años, con tratamientos mixtos, donde la autoestima se comporta entre niveles bajos y medios con predominó el estilo de afrontamiento con tendencia al desgaste emocional. Llegando a las conclusiones de que la autoestima en las mujeres con cáncer de mama se encuentra afectada y el estilo de afrontamiento que predomina es el centrado en la emoción donde los niveles de autoestima y los estilos de afrontamiento presentan una relación significativa.
En este trabajo se analiza la relación entre la satisfacción con la imagen corporal, la autoestima y el autoconcepto físico. Los participantes fueron 310 alumnos, de 5º y 6º de Educación Primaria, y 22 profesores en activo, de la zona educativa Motril-Costa (España). Como técnicas cuantitativas, se utilizaron: el Cuestionario de Siluetas Corporales, Cuestionario de Autoconcepto Físico y la Escala de Autoestima de Rosenberg. Como técnica cualitativa, se utilizó la entrevista semiestrucutrada. Los resultados muestran que difiere la imagen que tienen y que les gustaría tener. También se aprecia que los chicos tienen un mayor nivel de autoestima. Son las chicas las que se consideran menos hábiles para realizar actividad física y disfrutan en menor medida de estas actividades.
Opinión Personal
Si bien aún queda mucho por aprender sobre la autoestima, al menos hemos comenzado a entender qué es la autoestima y cómo se diferencia de otras construcciones similares. La autoestima no es autoconcepto, aunque la autoestima puede ser parte de él. El autoconcepto es la percepción que tenemos de nosotros mismos, nuestra respuesta cuando nos hacemos la pregunta ‘¿Quién soy yo?’ Es saber acerca de las propias tendencias, pensamientos, preferencias, hábitos, pasatiempos, habilidades y áreas de debilidad. En pocas palabras, la conciencia de quiénes somos es nuestro concepto de nosotros mismos.
En base a investigaciones como las descritas por nuestra reseña, hemos aprendido que hay muchas formas en que la terapia y el asesoramiento pueden ayudar a los clientes a mejorar su autoestima. Si se realiza correctamente, la terapia puede ser un método excelente para mejorar la autoestima del paciente. Según la literatura consultada, centrarse en la resolución de problemas es más favorable que hacerlo en las emociones y se asocia a menor malestar psicológico.
Referencias
- Fernández Bustos, J., González Martí, I., Contreras, O. & Cuevas, R. (2015). Relación entre
- imagen corporal y autoconcepto físico en mujeres adolescentes. Revista Latinoamericana de Psicología, Vol. 47 (1), p. 25–33. https://doi.org/10.1016/S0120-0534(15)30003-0
- Jodra Jiménez, P.; Maté Muñoz, J. & Domínguez Herrera, R. Percepción de salud,
- autoestima y autoconcepto físico en persones mayores en función de su actividad física. Revista de psicología del deporte, Vol. 28 Núm. 2 (2019), p. 127-134. [Consulta: 7 noviembre 2019].
- Martínez Brito, O., Camarero Forteza, O., López Llerena, I., & Moré Soto, Y. (2014).
- Autoestima y estilos de afrontamiento en mujeres con cáncer de mama. Medimay, 20(3), 390-400. Recuperado de http://www.revcmhabana.sld.cu/index.php/rcmh/article/view/664
- Palomares Cuadros, J., Cuesta Santos, J. M., Estévez Díaz, M., & Torres Campos, B. (2017).
- Desarrollo de la Imagen corporal, la autoestima y el autoconcepto físico al finalizar la Educación Primaria. Universitas Psychologica, 16(4), 1-13. https://doi.org/10.11144/Javeriana.upsy16-4.dica