San Agustín de Hipona: Pensador de La Iglesia Católica y Filósofo Medieval
San Agustín de Hipona fue uno de los grandes padres de la iglesia del siglo V, conocido como el Doctor de la Gracia fue uno de los mayores pensadores del cristianismo del primer milenio y uno de los más grandes filósofos de la Edad Media. Destaco por algunas de sus obras como son La ciudad de Dios y Confesiones donde llego a poner los pilares del nuevo cristianismo donde dedicó gran parte de su vida a escribir sobre filosofía y teología. En cuanto a lo que se va analizar sera algunas de sus ideas que podemos sacar de su libro ”La ciudad de Dios”, también su relación con Platón siendo San Agustín unos de los mayores influyentes del Neoplatonismo o su adelanto a pensadores modernos como Descartes.
En el desarrollo de su doctrina tenemos que destacar que para San Agustín no le fue suficiente la fe y los escritos para poder acercarse a la divinidad y la iglesia, sino que estuvo relacionado con unas tendencias del racionalismo y antepuso la fe a la razón del hombre quizás por ser en la juventud en la que no estamos conforme con lo que vemos en nuestro día a día por lo que solemos ser más radicales e ir contra las tendencias del momento, nos muestra así algo cercano a nuestras vidas contemporáneas de intentar buscar algo que nos explique la verdad de la cosas saliendose del modelo establecido. Más adelante San Agustín vio que tanto la razón como la fe era algo que se complementa en la vida y gracias a esto se va a adelantar a unos de pensadores más importantes de la filosofía como Descartes, sera en el sentido del uso de la mente como forma de afirmar nuestra asistencia por lo que hay que destacar este pensamiento tan avanzado, ya que estamos hablando del Siglo V y estaría hablando de temas que resurgirán en el Siglo XVII. Vemos como San Agustín fue buscando las tendencias de la época y según iba avanzando su edad se iba afianzando en una doctrina. Destaco también por abandonar el maniqueísmo en su adolescencia ya que vio en esta doctrina una visión simple de la imposición del bien contra el mal, pero este le ayudaría más adelante en su obra de la Ciudad de Dios a la hora de hacer esa división entre ciudades.
San Agustín estará muy relacionado con el Neoplatonismo ya que cogerá muchas ideas de los autores griegos pero con ligeros cambios para poder usarlos en la doctrina católica, al igual que con Platón nos encontraremos una división en los mundos de las personas comenzando con el mundo sensible en el cual nos movemos por nuestro sentidos y tentaciones, para abandonar este mundo de pecado según la doctrina católica tendremos que llegar a la razón, en el caso de San Agustín, para llegar a esta razón que la llamaría ciencia se tendrá que hacer mediante el acercamiento de nuestro interior a Dios que sería el que nos iluminara nuestra mente, ya que esta mente es finita y no comprende la magnificencia de Dios y la única forma de acercarse a el es mediante nuestro pensamiento, ya que Dios esta en lo más profundo de nuestra mente y así obtendremos la iluminación divina que para el pensamiento platónico consistiría en la sabiduría mediante el desarrollo de un estudio y esfuerzo para tener esta recompensa. Como vemos estamos ante unas doctrinas muy semejantes e interesantes que han marcado nuestra forma de pensar a lo largo de la historia. Vemos como San Agustín ha parte de ser teólogo tuvo una gran formación que le hizo acercarse a estos pensadores de la Antigua Grecia aunque uso sus doctrinas para cambiarlas y acercarlas a la ideología católica.
Pasamos a hablar de como ve nuestro autor la relación del bien y el mal en la visión de los hombres. Para ello al igual que Platón nos mostrara la tan característica división del alma y el cuerpo de los hombres. El alma representara la razón y por tanto la parte inmaterial e inmortal del hombre que permanecerá cuando el cuerpo se haya ido del mundo. El cuerpo es para San Agustín la parte material la cual nace desde el pecado porque Dios nos da la libertad de elegir entre el bien y el mal, para poder realizar el bien tendremos que anteponer siempre las malas acciones si queremos tener ”la gracia de dios” por la cual nuestra alma se acercara ha esta ciudad celestial que nos habla en su obra, por tanto veo el uso de esta doctrina como una forma de control de la población ya que la única forma de salvar tu alma es mediante el bien que se gana gracias a ser bondadosos y buenos con el prójimo pero esto tiene unos tintes demasiado simplista a la hora de catalogar el bien y el mal ya que como sabemos tenemos que abandonar esa visión de blancos y negros del comportamiento humano.
Para defenderse de esta división San Agustín nos dice que el mal no es una creación del mismo Dios ya que estaríamos ante una contradicción ya que Dios es el bien sino que el mal es la ausencia de este bien mismo y lo diferencia en diferentes estratos donde estará primero el ”mal moral” que consiste en el mal uso de la naturaleza y sería lo referente a los excesos de riquezas o al de la carne, este apartado nos acerca a la mentalidad de la época donde la iglesia era uno de los poderes que habían emergido en la sociedad del autor y ante un este mundo desolado por la caída del mundo romano, la población necesitaba una salida a sus vidas y la promesa de tener una vida eterna en la ciudad de Dios tuvo que ser una de las pocas opciones para satisfacer esa inquietud en el final de sus vidas, por tanto si no hacíamos las doctrinas descritas por San Agustín esto nos llevaría al ”mal físico” a consecuencia del primer apartado mediante el dolor y la muerte.
También es destacable como nos habla de como influye el mal en las personas, ya que las personas sufrirán este castigo para que tenga la posibilidad de corregirlo y tenga la opción de acercarse a la fe, por lo que no se estaría cerrado la puerta de la ciudad de Dios si pecaba pudiendo rectificar tu camino mediante la fe y el esfuerzo. Para las personas que ya estaban en el ámbito de Dios el mal les llegaría como una prueba de su virtud y fe a Dios, así se consigue influenciar a toda la población y adoctrinarla ya que tenían la puerta abierta a la ciudad de Dios siempre y cuando se acercaran al ámbito de la Iglesia, incluso a las personas que les habían obligado a pecar, estas serían perdonadas ya que mientras tuvieran la fe estas personas nunca habrían pecado.
Vamos a centrar la atención en una de sus obras más destacables como es la Ciudad de Dios donde San Agustín organiza el texto de la Ciudad de Dios a partir de la diferencia entre la ciudad de Dios, que representa el cristianismo y por tanto la verdad del espíritu y el enfrentamiento entre la ciudad pagana que representa la decadencia del mundo en el que estaba viviendo y el pecado de las personas que han abandonado al bien de sus vidas por el mal por su adoración a unos dioses paganos. San Agustín estaba conmocionado por la caída del imperio de Roma por parte del ejercito visigodo de Alarico I. El desconcierto que pudo crear esta entrada de los bárbaros en la capital del Imperio, donde vivía el Papa que era el centro del cristianismo y por tanto el mayor referente de esta religión desde Constantino I legalizara la religión cristiana en el imperio romano y fortalecida especialmente con el emperador Teodosio I, le hizo a San Agustín pensar acerca de la desaparición de una civilización plena y tan avanzada que había sido la romana.
La solución que encontraría a esta cuestión es que al único edificio al cual las personas les conviene ir y en el cual conviene ejercer sus vidas no sera nunca en la ciudad de los hombres, sino que se tendrán que acercar a la ciudad de Dios. El objetivo de la gran obra de San Agustín es examinar el enfrentamiento entre ambas ciudades y explicar sus orígenes, desarrollo y final. Destacar que desde el principio de su obra, San Agustín trató la religión de la Antigüedad como pagana y había llevado al pecado a la población y por otra parte, puso en evidencia a los que buscan por esa misma vía la felicidad sin acercarse al Dios verdadero que se encuentra en nuestro interior. Los siguientes apartados de su obra se acercaran al origen y la oposición ambas ciudades entre si.
Podemos destacar en la figura de este autor por su papel histórico en su obra ya que nos explicara en su obra como se tenía que dirigir ciudades y países con la ayuda de estas divisiones terrenales. En el caso de la ciudad terrenal, San Agustín lo ejemplificara como los ”Estados” de la época ya que este desprecia a Dios por su amor propio, es decir la población que vivía en estos Estados serán aquellas que no hacen uso de la fe y la razón y se mueven por su propio y único beneficio. En el caso de la ciudad de Dios estará integrada como vía de comunicación las iglesias y en ellas nos encontraremos el desprecio de las personas de si mismas por el aprecio de Dios mostrándonos así la ideología de San Agustín de que los seres humanos nacemos con el mal y la única forma de salir de es con el acercamiento de nuestro interior con Dios.
También en el factor histórico de estas distinciones de ciudades vemos como el autor esta haciendo una legitimación de que la iglesia y el Estado están en el mismo mundo, por lo que la iglesia tiene que ser una pieza clave en la intervención del estado para poder salvar a la población del mismo. Como bien sabemos la iglesia estaría así en unos estamentos de poder y su influencia como empresa sera una de las más importantes en nuestra historia de occidente ya que se marcara esta diferencia entre la iglesia y estado que no se producirá de esta forma tan marcada en oriente donde el papel de ambos estaba mezclado, pero como también sabemos estas doctrinas serán claramente olvidadas y tergiversadas por el clero por esa ambición de poder, evitando las generalizaciones ya que de esta doctrina saldrán grandes autores y filósofos a lo largo de la historia. A la hora de hablarnos sobre la historia San Agustín nos dirá que la única dirección de la historia es el juicio final, es decir, tiene un sentido lineal y no circular. Pondrá de ejemplo la ya comentada caída del imperio romano por la razón de haber abandonado la ciudad de Dios y seguir a dioses paganos. Por tanto esta obra no solo es un ejemplar teológico como filosófico, sino que influencio en la construcción de las nuevas sociedades que se estaban formando en esta época de la edad media.
En definitiva la aportación de San Agustín de Hipona para nuestra historia es de una gran admiración y reconocimiento ya que por sus escritos creo la división entre Estado y Iglesia que perduro durante varios siglos marcando una época como la Edad Media, fue un gran impulsor del pensamiento del Neoplatonismo gracias a su cultura en autores de la antigua Grecia al igual que fue un adelantado de su época tocando temas de racionalismo que anticipo al gran filosofo y científico Descartes. Es por todo esto que San Agustín de Hipona fue y sera uno de los grandes pensadores, filosofo y teólogo que la historia nos ha dado.