Ser Madre De Un Niño Con Sordera

Introducción

Tener un hijo con discapacidad auditiva puede suponer un sentimiento de incomprensión por parte de la sociedad. Lo cual, hace que la situación resulte desbordante. Por esta razón, hemos elaborado este artículo que trata el tema de ser madre de un niño con sordera. El hecho de que el pequeño presente problemas de audición, también puede implicar dificultades en el ámbito lingüístico, cognitivo y social. Estos aspectos deben ser tratados tanto en el hogar como en el colegio.

Desarrollo

Ser madre de un niño con sordera

Ser madre de un niño con sordera conlleva adaptarse a una situación nueva y superar diversas barreras sociales. La primera dificultad se encuentra en asumir y aceptar el diagnóstico. En este sentido, hay que tener en cuenta que, aunque a las pocas horas de nacer se realizan otoemisiones acústicas con el fin de comprobar que el bebé oye bien, la sordera puede aparecer en los años posteriores. Por ello, es importante conocer una serie motiva de sospecha que ayudan a establecer una detección precoz de sordera. Así, se considera preocupante si:

Con 1 o 2 años no comprende órdenes sencillas, no conoce su nombre, no identifica partes del cuerpo, no hace frases de dos palabras, no presta atención a los cuentos, etc.

  • A los 2 o 3 años no se le entienden las palabras que dice, no repite frases o no contesta a preguntas sencillas.
  • A la edad de 3 o 4 años no sabe contar lo que pasa o no es capaz de mantener una conversación sencilla.
  • Con 4 o 5 años no conversa con otros niños o no mantiene un lenguaje maduro y solo le entiende su familia.

 

Además, como sospechas generales, se pueden observar:

  • La no existencia de lenguaje, que este desaparezca o que evolucione lentamente para su edad.
  • La desatención excesiva en clase y síntomas de retraso en el aprendizaje escolar.
  • Tendencia a padecer fuertes catarros, otitis o alergias.
  • Pautas para ayudar a un niño con sordera
  • Implantar una ayuda tecnológica

 

En el caso de que se corrobore la existencia de una pérdida de audición en el pequeño, el siguiente paso es decidir la ayuda tecnológica que se va a utilizar. La ayuda más clásica y comúnmente conocida, para compensar el umbral auditivo del niño, es el audífono. Este es un aparato que actúa como amplificador diminuto que puede proporcionar información sonora en determinadas pérdidas auditivas.

Otra posibilidad es instaurar un implante coclear. El cual, se utiliza cuando el niño posee una discapacidad auditiva severa o profunda.

Adaptar la comunicación

Se debe decidir el tipo de sistema alternativo y aumentativo de la comunicación que el niño va a aprender para facilitar su expresión y comprensión de la lengua oral. Esto puede ayudar al pequeño con sordera a establecer interacciones sociales con la máxima normalidad posible.

Es decir, la familia tiene que decidir entre una de las siguientes opciones:

  • La enseñanza de lengua de signos.
  • La utilización de lenguaje bimodal.
  • El uso de la palabra complementada.
  • La enseñanza de la lectura labial.
  • El uso del alfabeto dactilológico.
  • Estar en contacto con el colegio

 

Si se tiene un hijo con sordera o baja audición, es muy importante crear con el colegio una relación de confianza y establecer una comunicación continua. De modo que, siempre se esté al tanto de las medidas que la escuela toma para solventar la necesidad específica de apoyo educativo del niño. Además, hay que mostrar una actitud activa y seguir los consejos de los profesores.

Acudir a una asociación, Las asociaciones son una opción ideal para ponerse en contacto con otras familias que están en la misma situación. De hecho, son muy beneficiosas para:

  • Afrontar la situación sin estrés.
  • Resolver el duelo rápidamente.
  • Crear un fuerte vínculo emocional y afectivo con el niño.
  • Hacerse una idea del futuro que se puede esperar para el pequeño.
  • Solventar las preocupaciones y dudas con respecto al problema del niño.
  • La necesidad de información para ayudar a un niño con sordera

 

Conclusión

La sociedad en general está muy poco, o nada, informada sobre lo que supone la sordera y la baja audición. Hoy en día siguen vigentes muchos estereotipos con respecto a estas personas, como el de hablarles en un volumen muy alto o comunicarse con ellos muy despacio, de manera casi silábica. Lo cual puede ser muy molesto para los pequeños. En definitiva, los niños con sordera, sus familias y toda la comunidad debe adaptarse a una serie de medidas con el fin de lograr el correcto desempeño de estas personas. La sordera debe entenderse como un modo distinto de vivir y no como una limitación.  

22 October 2021
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