Valentía y la Cobardía Desde el Punto de Vista Religioso

Introducción

En el transcurso de este ensayo de la valentia y cobardía se hablará de que en la vida nos vemos expuestos a situaciones que buscan probar nuestras capacidades y de igual manera cuan valiente o cobarde es el espíritu que llevamos dentro; pero, ¿hasta qué punto nos dejamos influenciar por nuestros miedos que no nos damos la oportunidad de enfrentar y asumir las consecuencias de nuestros actos? Tener la voluntad, la energía y el coraje para afrontar difíciles situaciones, es a lo que llamamos Valentía, una virtud de la cual gozamos todos, teniendo en cuenta que lo que nos diferencia unos de otros es la manera como aprovechamos dicha virtud.

Desarrollo

El hecho de dejar de hacer algo por miedo o desconfianza a lo desconocido es llamado cobardía, es lo que nos impide encarar futuras consecuencias de las cuales solo quedara la zozobra de lo que pudo haber ocurrido pues gracias a esta, una oportunidad de aprender algo nuevo o simplemente de hacer justicia, se ha ido; un claro ejemplo de esto puede ser visto en las páginas de la Biblia, donde San Mateo en su Evangelio dice: “Entonces Judas arrojo las monedas en el templo, y fue y se ahorcó antes que ir al señor y pedir perdón”.

¿Hace referencia a la falta de coraje de Judas quien, como bien sabemos, delató y entregó a Jesús, su maestro y guía, a cambio de unas monedas de oro; al darse cuenta de su gran e irremediable error, y sin poder soportar la terrible culpa, decide ahorcarse; pero que hubiese sido de Judas si en cambio hubiera ido a disculparse con el señor? Él de seguro le hubiese concedido el perdón y la absolución de sus pecados, puesto que así era Jesús, un hombre que no guardaba rencores y menos hacia sus discípulos y amigos.

Pero la presión bajo la que estaba Judas no le permitió darse cuenta de esto y en cambio recurrió a la única salida que no tiene regreso ni vuelta atrás, la muerte. Por otro lado, pero no muy lejos de lo anterior, San Mateo también dice: “Cuando Pilatos vio que no conseguía nada, sino que el alboroto era cada vez mayor, mando traer agua y se lavó las manos delante de todos, diciendo: -Yo no soy responsable de la muerte de este hombre; es cosa de ustedes”; esto nos da a entender que Pilatos.

Teniendo la posibilidad de hacer justicia por sus propios medios, se dejó llevar por lo que decían los rumores del pueblo, los cuales afirmaban que Jesús blasfemaba al llamarse hijo de Dios y Rey de los Judíos; sin indagar en busca de la verdad sobre Jesús, Pilatos prefirió quitarse de encima la culpa que recaería sobre él si lo mandaba matar o el inconformismo del pueblo y los sacerdotes si lo dejaba vivir; lavándose las manos en símbolo de que él no tendría nada que ver con la decisión que tomara el pueblo.

Accedió a dar la orden de liberar a un verdadero criminal y crucificar a un inocente como lo aclamaba la gente en ese momento, sabiendo aun que tuvo en sus manos la salvación del Hijo de Dios y por su cobardía e indiferencia la vida le fue arrebatada tal y como el mismo Jesús lo había destinado, pues él aceptó los designios que su Padre le tenía preparados con humildad, valerosidad y con el corazón lleno de amor. El amor es presentado al mundo como el sentimiento más hermoso de felicidad.

Conclusión

Plenitud producida por el completo conocimiento y aceptación hacia otra persona; este sentimiento es capaz de despertar en cada uno de nosotros sensaciones y emociones inigualables que al mismo tiempo nos hacen actuar de diferentes maneras que posiblemente no nos hubiéramos imaginado nunca antes; estas sensaciones pueden llegar a ser tan poderosas que en algunos casos nuestro “yo interior”, sale a flote revelando una identidad escondida de cada quien.