Estudio de la Conducta de los Criminales en la Sociedad

El estudio de la conducta criminal resulta sumamente complejo debido a que no todos los criminales pueden ser tratados de la misma forma, pues las causas que dan origen a la conducta criminal varían de persona en persona, por lo cual, el tratamiento del delincuente debe ser individualizado a fin de lograr una reinserción social efectiva. Sin duda, este tratamiento individualizado implica comprender las diversas causas que dan origen al comportamiento criminal desde el ámbito biológico, psicológico y social.

El objetivo del presente trabajo consiste otorgar una perspectiva amplia y profunda de las diversas escuelas que dieron origen a la ciencia conocida como criminología, cuya finalidad es desentrañar las causas de la conducta criminal. En este contexto, resulta trascendental estudiar las principales teorías que dan explicación al desarrollo de conductas criminales, como lo son la teoría de la personalidad de Eysenck y la teoría de la imitación de Tarde.

Por consiguiente, para entender la conducta criminal y quiénes forman parte de ella es necesario empezar por comprender el estudio de esta a través de las diferentes escuelas y orientaciones criminológicas. En este sentido, la primera escuela encargada del estudio de la conducta criminal nace como “escuela clásica”, la cual tenía como base el respeto a los derechos humanos y sentaba como precedente las causas de justificación del delito, así como la imputabilidad, pero consideraba que el delito era consecuencia del libre albedrio y las decisiones personales del hombre, es decir, no consideraba ninguna causa biológica, psicológica o social como influencia en la comisión de la conducta delictiva.

Por otro lado, la “escuela positivista” surge como contraposición de la escuela clásica, su teoría se basa en el estudio antropológico del criminal y en la patología de este, es decir, consideraba que el delito era consecuencia de anormalidades psicológicas o morales hereditarias del delincuente, por lo cual, la autodeterminación del libre albedrio expresado por la escuela clásica, pues manifestaba que la conducta era completamente predeterminada por distintos factores que en cierto momento invariablemente terminarían en la comisión de un delito, (Universidad Abierta y a Distancia de México, 2020).

Ahora bien, la combinación de ambas escuelas permitió el nacimiento de la “escuela ecléctica”, misma que mantiene vigentes sus principios y posturas en la mayor parte de los países del mundo, ya que reúne lo mejor de cada una de las escuelas anteriores a ella, puesto que, considera que se debe atender el estado mental y físico del delincuente, añadiendo los factores sociales a la comisión de la conducta delictiva a través de causas del delito como lo son el desempleo, la miseria y la falta de un paro ante la criminalidad lo que provoca una tendencia. De ahí la importancia actual de la combinación de ambas escuelas en la practica diaria de la seguridad pública, pues destacan principios y postulados que aun siguen vigentes en nuestro sistema de justicia penal actual, como el respeto a los derechos humanos, el principio de legalidad, el debido proceso, las excluyentes de responsabilidad, la imputabilidad, las causas biológicas, psicológicas y sociales como generadoras de la conducta criminal, la teoría de reinserción social del delincuente, la proporcionalidad de la pena, etc.

Derivado de lo anterior, entre las causas inherentes al delincuente que dan origen a las conductas criminales, podemos establecer a las biológicas, psicológicas y sociales como las principales generadoras de la conducta criminal.

La primera teoría nos dice que, a través de la neurología en concordancia con la Tomografía de Emisión de Positrones se puede dar explicación a las principales causas biológicas que influyen en la conducta criminal, esta teoría sostiene que existen tres partes fundamentales del cerebro que tienen relación con las acciones negativas del hombre, como la agresividad, el odio, la ira, los celos y un bajo control de impulsos; éstas son:

  • El cerebro reptiliano.
  • El sistema límbico.
  • La corteza prefrontal.

En resumen, el cerebro reptiliano regula las funciones y necesidades primarias del individuo como la supervivencia. Por otro lado, el sistema límbico y la corteza prefrontal forman en conjunto la base biológica de la personalidad, lo que determina el temperamento y las emociones de los individuos, por lo cual, las afectaciones y lesiones de la corteza prefrontal, en específico del lóbulo frontal, producen alteraciones conductuales que llevaban al sujeto a sufrir de trastornos que pueden influir en el desarrollo de una conducta criminal, (Valdés, 2006). Esta teoría resulta fundamental en la aplicación de la reinserción social, pues la finalidad de la seguridad pública no se basa únicamente en el castigo del delincuente, sino en su reintegración a la sociedad, reintegración que puede estar delimitada por trastornos mentales debido a una afectación en la corteza prefrontal, por lo tanto, una valoración adecuada por parte de un especialista podría determinar el daño cerebral especifico del delincuente a fin de someterlo a un tratamiento que permita su adecuada reinserción social y de no ser posible revertir ni controlar el daño cerebral, mantenerlo en un centro de atención especializado en trastornos mentales a fin de evitar que vuelva a delinquir y sea un peligro para la sociedad.

La teoría de Personalidad Criminal de Eysenck se enfoca en el ámbito psicológico principalmente y considera que la personalidad del ser humano se compone de varios elementos como son el carácter, el temperamento, el intelecto o inteligencia, etc., y todo ello en conjunto determina la adaptación del ser humano al entorno social. Esta teoría establece que la personalidad criminal se compone de una combinación de tres factores o dimensiones que tienen su opuesto, cono lo son en el neuroticismo, la extraversión y el psicoticismo. Asimismo, presenta cuáles son los rasgos característicos de una personalidad criminal:

  • Neuroticismo. Tristeza, depresión, timidez, ansiedad, tensión, miedo, culpa, irracionalidad, vergüenza, mal humor, emotividad, preocupación.
  • Extraversión. Sociabilidad, actividad, asertividad, despreocupación, dominancia, búsqueda de sensaciones (socializada), osadía, espontaneidad, rapidez.
  • Psicoticismo. Impulsividad, agresividad, hostilidad, frialdad, egocentrismo, falta de empatía, crueldad, creatividad, falta de conformismo, dureza mental.

De acuerdo con esta teoría, la personalidad criminal puede estar relacionada con un elevado grado de extraversión, manifestado a través de la osadía y la despreocupación (rasgos fundamentales de la extraversión) que se caracterizarían por ser elementos constitutivos en la comisión de una conducta criminal. Seguidamente, la personalidad criminal puede estar definida también por unos niveles bajos de neuroticismo. Es decir, debido a las alteraciones del sistema límbico producto de una afectación biológica, este no se activa de manera rápida y eficiente ante los estímulos que recibe. Por ende, en el momento que el sujeto comete el delito y posterior a su comisión, este no tiene una visión futura de las consecuencias de sus actos. Por lo anterior, la falta de respuesta del sistema límbico inhibe las emociones y sentimientos afectivos del sujeto, lo que le impide sentir culpa y posteriores remordimientos por lo que ha hecho. Por último, la personalidad criminal puede presentar un elevado grado de psicoticismo: a través de la manifestación de falta de empatía y actitud fría, (González, 2018). La importancia de esta teoría radica en la investigación y persecución del delito, pues permite elaborar perfiles criminales y determinar el modus operandi del criminal de acuerdo con sus rasgos característicos y con base en ello, clasificar la peligrosidad de este, con base en su conducta (sociópata, psicópata, etc.), es decir, permite realizar un análisis de las acciones del delincuente a fin de encuadrarlas en una personalidad específica a través de los rasgos propuestos por Eysenck.

En lo que respecta al ámbito sociológico, la teoría de la imitación de Tarde sostiene que el ser humano adquiere el aprendizaje de conductas delictivas a través de la imitación y que una exposición continua a ambientes proclives a la delincuencia produce una imitación en masa o de varios grupos a la vez, lo que genera un aumento considerable en los índices de delincuencia, (Universidad Abierta y a Distancia de México, 2020). Asimismo, a través de las leyes de la imitación de Tarde se puede determinar la influencia y el grado de imitación en la conducta criminal:

  1. Primera ley. Las personas imitan a otras en proporción al grado de contacto que tienen con ellas.
  2. Segunda ley. Los inferiores imitan comúnmente a los superiores.
  3. Tercera ley. Las nuevas modas desplazan a las viejas.

Esta teoría resulta trascendental sobre todo en lo referente a la prevención del delito, pues es principalmente a edades tempranas que se busca imitar el comportamiento de las personas que nos rodean y el desarrollo cognitivo hace más propensa la adquisición de conductas criminales por imitación. En esta teoría, la participación ciudadana resulta esencial para evitar el desarrollo de conductas criminales en las comunidades, puesto que, la autoridad colabora en la detención de los posibles delincuentes, sin embargo, es imposible que se esté pendiente de las amistades de los menores o de la influencia que tienen sobre sus figuras a seguir. En este sentido, la prevención debe ser un trabajo coordinado entre las autoridades y los ciudadanos a fin de evitar que las malas compañías y los ambientes proclives a la delincuencia generen un impacto negativo en los jóvenes que los lleve a cometer conductas criminales. 

Por último, el surgimiento de la escuela critica considero al delito como el producto de la economía y está estrechamente, es decir, consideraba que el delito era producto de las relaciones económicas no equitativas en un contexto de pobreza general y estaba estrechamente relacionado con la economía dado que las cárceles se encuentran sobrepobladas de la clase subordinada principalmente, sin embargo, no podemos dejar de lado que aun las personas con una clase económica privilegiada cometen delitos e incluso en ocasiones de mayor gravedad.

En conclusión, existen una gran cantidad de teorías que explican el comportamiento criminal y cada una de ellas realiza aportaciones validas que contribuyen a desentrañar las causas que llevan a un sujeto a delinquir, sin embargo, considero que es la combinación de todas o algunas de ellas la que da origen a la conducta criminal, es decir, en el párrafo anterior se hizo mención que la escuela critica consideraba que la clase subordinada era más propensa a la comisión de conductas delictivas derivado de causas económicas como la pobreza, sin embargo, que lleva a un integrante de la clase dominante a cometer un delito, si en teoría no tiene problemas, al menos económicos. Es en este punto, donde la explicación biológica y psicológica hacen su aparición pues contribuyen al desarrollo de una conducta criminal sin una explicación lógica posible, lo que es atribuible a desordenes mentales que en combinación con ciertos factores sociales que actúan como detonantes, se produce el resultado criminal.

Como podemos observar, el comportamiento criminal puede tener diversas causas y es una combinación de varias teorías en conjunto la que permite dar una explicación mas acertada del origen de las conductas delictivas. 

08 December 2022
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