Adicciones: Causadas Por El Placer Y El Dolor

Enfermedad cerebral, es como se considera actualmente a las adicciones, debido al uso inadecuado y repetitivo de las drogas, estas crean en el individuo ciertas conductas adictivas las cuales modifica la química, la estructura y el funcionamiento cerebral. Se llegan a alterar tanto estas estructuras hasta el punto en que los impulsos adictivos no pueden ser detenidos. Incluso si el individuo presenta un descontento con el objeto de su adicción. Además, la sociedad a los adictos a ciertas sustancias los aísla cada vez más, o al menos esa es la realidad en la mayoría de los países, pero realmente no se está dando un enfoque correcto en lo que se debe de corregir, ya que no debemos de curar su adicción, ya que esa no es una causa problemática, sino una consecuencia creada a base del dolor en su existencia.

Muchas veces culpabilizamos a la sustancia y centramos nuestra atención en ella, pero la realidad es que el uso inadecuado, repetitivo y compulsivo puede provenir debido a que simplemente esa persona se encuentra y siente muy solitaria, aunque esté rodeada de personas, que la droga sea su manera de escapar, etc. (Hari, 2007).

La gran mayoría de personas piensan que al consumir drogas hay algún tipo de enlace químico o sustancia que crea en tu organismo la sensación de deseo y gran necesidad de volver a consumir la sustancia anteriormente consumida, y aunque esto no esté del todo mal, no es del todo cierto, para poner un ejemplo; Si una persona consume heroína 3 veces al día durante los próximos 20 días, nuestra lógica dictaría que nosotros nos hemos visto inmersos en una adicción. Sin embargo, en ciertos pacientes que se encuentran en el hospital cuando se someten a un gran dolor o a una operación, a estos se les administra una sustancia llamada diamorfina que es simplemente otra denominación para referirse a la heroína, la cual es administrada constantemente durante la estancia del paciente en el hospital, y este no se ve sometido a una adicción a la heroína o diamorfina por haberse expuesto a ella durante una cierta cantidad de días.

Entra año y año, este paradigma ha sido impuesto a nosotros, sin embargo, es muy frecuente que las personas que ahora las visualizamos como adictas, tengan factores predisponentes, muchas veces a distintas situaciones traumáticas, muchas de estas presentan algunos déficits en sus apegos familiares tempranos, causando dificultad para sostener vínculos interpersonales en su medio social, causando un doloroso vacío, debido a que el ser humano es un ser social, es parte de su naturaleza el estar en medios sociales y a su vez creando vínculos, Es decir, es evidente la búsqueda de sentido de sus vidas en cada persona, se requiere de un equilibrio y claridad de objetivos, además de una compañía afectuosa. Algunos estudios por el Profesor Bruce Alexander, quien fue una de las personas quien objetó el método para comprobar el estado potencial adictivo de las drogas, nos presenta uno de los primeros experimentos realizados en ratas para comprobar el potencial adictivo a las drogas.

Alexander (1982) sitúa una rata que se encuentra sola en una jaula, y se le presenta dos opciones, tomar agua normal o agua con droga, más adelante se demostraría que esta rata moriría de sobredosis. Este fue un experimento muy conocido en su tiempo, pero el Profesor Bruce Alexander argumenta que la rata está sola en la jaula y no tiene otra cosa que tomar agua con droga, llevándole a crear un parque para ratas.

Esta sería una muy amplia jaula donde estarían varias ratas, además, estarían en un ambiente de constante diversión, tenían de todo, desde plantas de colores, escondites, hasta la mejor comida para ratas, grandes túneles para corretear y libre posibilidad de compañía sexual. En ella, se encontraban dos recipientes con agua, una normal y la otra con droga. El resultado del experimento resultó en que menos de un cuarto de ratas consumían las drogas, y quienes las consumían eran ratas aisladas, demostrando que las ratas solas e infelices se hicieron adictas. (Alexander, 1982).

Las adicciones pueden ir o no acompañada de tolerancia y son clasificadas en dos: las psíquicas, constituidas por impulsos psíquicos que llevan a tomar, ya sean periódica o continuamente, la sustancia con el fin de evitar un malestar o el de producir placer y las físicas, considerada un estado de adaptación, da permiso a trastornos físicos, son normalmente llamados síndrome de abstinencia.

Las adicciones no únicamente se encuentran presentes en las sustancias, al facilitar la vida cotidiana los avances tecnológicos son muy fácil que gran parte de la población se vea sometida a una adicción al momento de usarlo de una manera abusiva, ya sean estas adicciones a internet, videojuegos, chats, entre otros. Estas son clasificadas en: pasivas, las que aíslan al sujeto, las que no permiten contactos sociales como lo puede ser el ver televisión, y la activa, es la más peligrosa, ya que produce aislamiento social, crea desórdenes en el individuo, se basan en la adicción al sexo, videojuegos, internet.

Estas acarrean consecuencias como privación de sueño, variación en presión arterial. Sobre-activación del sistema simpático, menor coeficiente intelectual en adolescentes. Aislamiento social, dificultades profesionales, familiares, maritales, financieras y comportamientos impulsivos.

Las redes sociales es que se han vuelto tan populares, que han creado un alto grado de dependencia en cada individuo, y al nosotros estar tanto tiempo conectados, nos olvidamos de lo más importante, que es el entorno que nos rodea. Es un hecho que aprender a gestionarlas puede traer a nosotros numerosos beneficios y puede favorecer la vida a más de uno. Ya que, aunque puedan crear una gran adicción, por lo atractivas que pueden llegar a ser, sirve para poder desconectar del estrés ya sea provocado por trabajo o estudios.

Las drogas antes de ser consideradas como sustancias que todos intentan evitar, esta era mirada como un objeto sagrado en la antigua cultura incaica, era llamado la Mama Coca. Eran utilizadas principalmente como aliciente en trabajos que requerían mayor esfuerzo físico y también servía para calmar dolores, el estado Inca tenía varias hectáreas de cultivo de hoja de coca, a pesar de que fue utilizada por la escasez de alimento. Este es otro ejemplo que prueba que a pesar de una constante interacción con una sustancia que supone ser adictiva, esta no logra crear una adicción como la que conocemos actualmente.

En Estados Unidos, la revista Time una vez informó que el consumo de heroína era “tan común como mascar chicle” entre los soldados estadounidenses, y que un 20% de ellos adquirieron adicción a ella basándose en un estudio publicado por los Archivos de Psiquiatría General, Sin embargo, el 90% de los soldados adictos de acuerdo con el mismo estudio fue capaz de abandonar las drogas, inmediatamente al volver a Estados Unidos. Un 17% necesitó rehabilitación, pero pasaron de una “terrorífica jaula” la cual era el campo de batalla, a un mejor lugar como lo es el ambiente familiar, ayudando este sentimiento a dejar las drogas. Haciendo lucir que la adicción era realmente una manera de adaptación al encontrarse en un ambiente hostil y restringido.

Las adicciones han envuelto a la sociedad debido a causas dislocadas, ricas y pobres por igual, compensando su insoportable falta de cultura e identidad al aferrarse desesperadamente a los mejores sustitutos que pueden encontrar. Las adicciones al consumo de drogas y miles de otros hábitos y actividades cumplen esta función compensatoria muy bien. La sociedad no puede controlar la adicción hasta que detenga la propagación de la dislocación que finalmente la instiga.

Para finalizar, es indispensable que haya un cambio de estereotipo en el campo de la adicción, porque mientras más instituciones de la salud gastan en los últimos dos siglos para controlar la adicción a las drogas, el alcohol y cientos de otros hábitos y actividades, la inundación de adicción ha seguido profundizándose y extendiéndose. También ha fracasado una ‘guerra contra las drogas’ a gran escala con costos anuales estimados en miles de millones de dólares. Cuando debemos que mejorar el enfoque con el que queremos dar fin a estas adicciones, atacando a la causa y no a sus consecuencias.

Bibliografía

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