Análisis De Una Crónica De Una Muerte Anunciada
La obra Crónica de una muerte anunciada, por Gabriel García Márquez, utiliza una comunidad en Colombia para demostrar cómo un pueblo construye múltiples ejemplos de un otro que es separado de la sociedad en muchas maneras. La dicotomía de la raza entre los personajes en el libro, como árabe o hispánico, crea una separación que eventualmente causa la muerte racista de Santiago Nasar, un hombre descendiente de los árabes en un lugar que no reciben los inmigrantes Árabes bien. Adicionalmente, las diferencias económicas de algunos individuales en la obra forman algunas divisiones importantes entre los personajes pobres y ricos, y por su cantidad de dinero, ellos se convierten una parte del otro, y viven como forasteros. El género contribuye a la construcción del otro porque las expectativas de las mujeres, en contraste con las obligaciones de los hombres en la sociedad patriarcal, conducen la resistencia y agencia que desafían las normas de la cultura. En Crónica de una muerte anunciada, Gabriel García Márquez se construye al otro con relación a la comunidad a través del criticismo de las identidades raciales del pueblo, la clase socioeconómica de los personajes, y el tema de género entre las personas en la novela.
La raza binara en la obra es el resultado de la diáspora de los Árabes de los países del Oriente Medio a Latinoamérica durante el siglo veinte por los problemas en sus países nativos. En el caso de Ibrahim Nasar, el padre de Santiago, “Vino [Ibrahim Nasar] con los últimos Árabes, al termino de las guerras civiles” (García Márquez 17). Muchos otros Árabes vinieron en la misma manera como Ibrahim Nasar, y según las estadísticas, hoy, “Latinoamérica tiene la mayor población árabe fuera del Oriente Medio y alberga de diecisiete a treinta millones de personas ascendencia árabe. Eso es más que cualquier otra región de la diáspora en el mundo” (Delgado 4). Sin embargo, la diáspora de los árabes no fue un tiempo fácil y ellos enfrentaron muchos desafíos de asimilación como el racismo y el prejuicio por las manos de los colombianos en la novela. A pesar de los Árabes llegaron a Colombia para obtener la seguridad, cuando Ibrahim Nasar llegó y compró un desuso para convertirse en casa, “La comunidad vio el trato como un maniobra destructiva para la ciudad” (Ciamparella 32). Los nativos de Colombia inmediatamente creían que él fue un extranjero y no cabe en su sociedad, entonces por su raza, es una pieza del otro. Así es como los colombianos sentían de la mayoría de los inmigrantes, y estos sentimientos racistas crearon un tema que persiste con el hijo de Ibrahim Nasar y eventualmente provoca la pérdida de su vida.
Hay una separación entre los árabes y otras personas en el pueblo por la construcción social del racismo en la novela. Santiago Nasar es un árabe que habla arábica con su padre antes de la muerte de él, pero no con su madre porque ella no es una parte del mundo de los árabes. Como García Márquez escribe, “Él tenía los párpados Árabes y los cabellos rizados de su padre (García Márquez 13). Entonces, Santiago se parece a su padre y muestra su ascendencia árabe, con claridad. Aún en la familia de Santiago existe una división racial, y afuera de su casa, Santiago no pertenece en el pueblo, según algunas personas. Esto es porque él tiene una relación fuerte con la comunidad de los árabes, quiénes tienen su propia comunidad y viven y trabajan juntos con sus propios recursos. Después de la diáspora, “La comunidad Oriente Medio decidió actuar colectivamente como un sistema de apoyo y ayudarse mutuamente en los diversos cambios y transiciones que enfrentarían como inmigrantes” (Delgado 5). Ellos se casan con su gente, comen la comida de su tierra, y se quedan en su propio mundo sin la ayuda de los colombianos que no los acepten como parte de la comunidad. Esto sigue la idea del otro porque la comunidad árabe, por su color de su piel y otras razones, son fundamentalmente diferentes del pueblo “normal”.
La raza de Santiago Nasar es uno de los motivos más importante con respecto a su muerte. Ángela, sabiendo que él es un árabe y entonces menor valioso en la comunidad, lo culpa sin tener que pensar. “La facilidad con que el nombre se le escapa de la lengua parece sugerir que la vida de un árabe, una persona afuera de su propia comunidad no vale ms que la de una mariposa para ella” (Bilal). Esencialmente, él es inútil a ella. Como Ángela, otros nativos que experimentaron la inmigración de los árabes los percibimos de una manera mala, y “Como está claro Nasar, el árabe proporcionó una clara amenaza sexual y económica para la comunidad patriarcal latinoamericana” (Balil). No confiaban en ellos y creían que serían amenazas para la comunidad. Cuando los hermanos buscan a Santiago, y el pueblo sabe de las intenciones de Pedro y Pablo Vicario, “Nadie se preguntó siquiera si Santiago Nasar estaba prevenido, porque a todo les pareció imposible que no lo estuviera” (García Márquez 27). Esto es el resultado del racismo y la idea de los árabes como el otro, porque el pueblo supone que alguien lo advirtió y no le importa intervenir porque tienen prejuicios y actitudes racistas contra Santiago Nasar. Aún cuando él está tratando ir a su casa, un ciudadano dice, “Por ahí no, turco, por el puerto viejo” (García Márquez). Esto representa y “Presenta la postura despectiva hacia la comunidad por parte de los blancos; de negarles incluso su verdadera identidad” (Balil). Puesto que Santiago es un árabe, él recibe una muerte violenta, y ellos lo asesinaron a él solamente teniendo la palabra de ella sin evidencia. Su raza es la única razón ellos necesitan para matarlo.
La clase económica resulta en la producción del otro porque los personajes tienen distintas cantidades de dinero que guían desigualdad y niveles diferentes de aceptación. Esto se muestra mejor con Bayardo San Román. Él es tan rico que muchas personas en la comunidad y los miembros creen que él es raro y un forastero en el país. Él trae nuevas ideas, como la construcción de un ferrocarril, y la destrucción de Xius, entonces él no encaja en el pueblo. “[Su] plan es alarmante porque construir un ferrocarril es aún mas perturbado que comprar un almacén transformarlo en un nido mimado para los recién casados…la comunidad no siente cómoda teniendo Bayardo cerca” (Ciamparella 32). Él es visto como el otro porque es misterioso y el pueblo no sabe mucho del hombre rico, pero cada persona tiene su propio opinión de él. Cómo García Márquez explica, “Era tan reservado sobre su origen que hasta el engendro más demente podía ser cierto” (García Márquez 41). Un personaje en la obra dice que Bayardo San Román, con su ropa magnífica de oro y riqueza, “Parecía marica”, pero en los ojos de la madre del narrador, “Me pareció al diablo” (García Márquez 36). Entonces, el hombre que vive con recursos interminables y que tiene la capacidad para hacer cualquier cosa él quiere, es un ajeno en el pueblo, y no es aceptado por la población. Él parece tener secretos y no se adapta con el resto de las personas en la comunidad. Bayardo San Román es solamente un visitante.
Santiago Nasar es una parte del otro a través de su estado económico porque él es un árabe rico, y heredó una hacienda de ganado de su padre. Todo el pueblo sabe que él tiene dinero, y un hombre en la obra “le preguntó en broma por qué tenían que matar a Santiago Nasar habiendo tantos ricos que merecían morir primero” (García Márquez 64). La comunidad no cree que los hermanos mataren una persona rica, y una persona en la obra asegura, “No seas pendeja…ésos no matan a nadie, y menos a un rico” (García Márquez 66). Sin embargo, siguiente la diáspora de los árabes a los países latinoamericanos, había un cambio en la economía, y algunos árabes tuvieron más éxito que los colombianos. En las palabras de Ciamparella, “La relación entre los Árabes y los nativos muchas veces implica una lucha de las clases” (Ciamparella 39). Existía prejuicio en contra de los árabes porque del éxito de los turcos y árabes en la comercialización en Latinoamérica, y muchas veces los colombianos estaban celosos de la fortuna que hicieron los árabes en solo un corto período de tiempo. Mientras que Santiago, un árabe, vive sin los problemas de dinero, Pedro y Pablo Vicario sobreviven con recursos escasos. Ellos son “devastados por tantas horas de mala vida” (García Márquez 22). Por lo tanto, Santiago Nasar es como el otro porque del hecho que en su sociedad él es uno de los miembros más ricos, pero además él es un árabe, una parte del grupo más exitoso económicamente que los colombianos y como resultado, odiado.
El género en la obra es involucrado en el tema del otro por la resistencia que Ángela muestra en contra de la sociedad patriarcal en cual ella vive. La comunidad tiene una jerarquía de poder que favorece a los hombres. Las mujeres, entonces, son subyugadas. Las acciones de otras mujeres en contra de los miembros de la comunidad crearon el teme de género también. García Márquez se aclara en la novela que “Los hombres fueron criados para ser hombres. Ellas habían sido educadas para casarse” (García Márquez 39). Eso cabe con el binario de la teoría feminista en literatura que revela que una mujer tiene una vida privada y pública, y la mujer debe estar en la casa porque su trabajo es reproductivo, y el trabajo de su esposo es ser productivo afuera de la casa. Las diferencias en género siguen el tema de honor en la obra, específicamente en la comunidad porque es por la idea del honor que los hermanos lo mataron a Santiago Nasar. Ellos dicen que fue un acto de honor porque las mujeres en la sociedad pertenecen a los hombres, entonces un ataque al honor de la mujer es un ataque del honor de su hombre o los hombres en su familia. El honor es representado por la expectativa que las mujeres son vírgenes antes de ellas se casan con un hombre. De todos modos, en el libro, Ángela no obedece estas reglas, y es un personaje que pinta el otro a través de su rebelión.
Ángela, como otras mujeres en su comunidad, es forzada casarse con Bayardo, y tiene miedo de mantener su honor en la comunidad y ser respetado. Porque ella tuvo sexo antes de ella se casó con Bayardo San Román, “La hermosa muchacha que se había casado el día anterior, había sido devuelta a la casa de sus padres, porque el esposo encontró que no era virgen” (García Márquez 29). La desgracia ella mostró en su noche de bodas es mostrada rápidamente cuando Bayardo la rechazó y su madre la golpeó. Ángela no quería perder su respeto en la comunidad, entonces ella pone la culpa en Santiago Nasar. La idea que la mujer tiene el sexo antes de su matrimonio es terrible, y “El sexo prematrimonial del hombre es aceptable en la cultura caribeña y si se descubre que una mujer ha hecho lo mismo, su pecado se considera imperdonable” (Ahmad et al., 10). Entonces, ella es el otro porque a diferencia de otras mujeres que siguen las tradiciones de sus familias y culturas, Ángela tiene sexo antes de su matrimonio y no quería casarse con Bayardo San Román en primer lugar. Ella dijo que, “[Ella] detestaba a los hombres altaneros, y nunca había visto uno con tantas ínfulas…además, pensé que era un polaco” (García Márquez 38). Ella no tiene deseo para obedecer el patriarcado ni aprende el amor que su madre sugiere. Ángela es, por eso, un trozo del otro.
Ángela lucha contra las obligaciones que la sociedad le impone en ella. Cuando tiene el sexo, “Se rebela en contra de la autoridad masculina de su padre, por la implicación, contra la religión organizada, el honor de los militares, y la autoridad de los textos médicos académicos abogados y jueces” (Christie 27). En una forma de resistencia, las acciones de Ángela proveen una barrera entre ella y las otras mujeres. En un análisis, unos autores explican que “Cuando Ángela Vicario acusa a Santiago Nasar de desvirgarla y se niega a dar una razón detrás de un acto tan atroz que se construye en muro que separa su personalidad de otras mujeres en la mujer que fácilmente solían engañar a la fuerza de la voluntad de otro hombre (Rahmat y Karim 444).
Otras mujeres en la obra son ejemplos de resistencia y agencia, y forman el otro con Ángela en relación con el género. Victoria Guzmán, la madre de Divina Flor, se alza contra el ciclo de su relación con el padre de Santiago y no permite que el ciclo continúa con su hija. Cuando Santiago toca a Divina Flor, ella ordena, “Suéltala, blanco, de esa agua no beberás mientras yo esté viva” (García Márquez 16). Victoria Guzmán es la única persona que luchar en contra de su rico jefe, y de esta manera es el otro porque ella se distingue del resto de las mujeres. Ella es una parte de la clase baja, y “la mayoría de las mujeres pertenecientes a la clase baja, sufren más y no obtienen nada de la sociedad, y que se les recuerda reiteradamente su posición frágil en la sociedad” (Rahmat y Karim 442). Entonces, fue increíble que ella rompió con lo que se suponía que debía hacer según los estándares de la sociedad. A pesar de que Divina Flor cree que ella es destinada por la cama de Santiago Nasar, su madre tiene ideas diferentes, y luego en la obra la audiencia aprende que ella quiere que Santiago Nasar muere para proteger a Divina Flor. El narrador aclara, “Divina Flor me confesó en una visita posterior, cuando ya su madre había muerto, que ésta no le había dicho nada a Santiago Nasar porque en el fondo de su alma quería que lo mataran” (García Márquez 19). Victoria Guzmán no quería obedecer el patriarcado de la misma manera que Ángela, y ella detiene a su hija de su supuesto destino.
Gabriel García Márquez crea el otro en Crónica de una muerte anunciada porque él reconoce las diferencias que existe en la comunidad en términos de los árabes y los colombianos, los pobres y los ricos, y las mujeres y los hombres. Por la piel de Santiago Nasar, él es considerado una parte del otro porque la sociedad tiene sentimientos racistas contra él. Esto se debe al estigma que rodea a los inmigrantes árabes después de que emigraron por protección y seguridad a Latinoamérica. Él es una víctima de discriminación y, por lo tanto, su muerte es un ejemplo de opresión racial. Como vemos las diferencias económicas entre los personajes en la obra, nosotros entendemos cómo los árabes fueron resentidos por su éxito financiero y su capacidad de comercialización. Además, el otro es representado por la rara riqueza de Bayardo San Román y sus recursos y sus habilidades como resultados de su dinero. Finalmente, el otro es construido por la resistencia y la agencia que algunas mujeres demuestran en contra de su sociedad sexista a pesar de ser diferente que la mayoría de las mujeres. El otro en Crónica de una muerte anunciada permite al lector ver cómo las diferencias en una sociedad crean extraños.