Análisis Del Poema 13 De Pablo Neruda

Introducción.

El poema 13 es una composición del chileno Pablo Neruda, uno de los más importantes poetas del siglo XX e integrante de “La generación literaria de 1920”. Cabe mencionar que este mantuvo en sus escritos cierta inclinación a la vanguardia surrealista con la que pretendía manifestar su ideología e inconformidad hacia las situaciones sociales de la época. 

Es así como este escrito configura en su libro “Veinte poemas de amor y una canción desesperada” que fue publicado en 1924, es aquí donde se hace perceptible una temática que profundiza en el amor, la nostalgia y el erotismo. Del mismo modo sucede en el poema 13, en el que se dibuja una temática de amor por parte del hablante lírico en una mezcla de sentimientos cargados de alegría-tristeza hacia la mujer amada.

La mujer amada es quien se configura como el objeto lírico, por tanto, el motivo lírico es transmitir aquello que el hablante experimenta en lo más profundo de su alma, aquella obstinación que le provoca no poder liberarla de la soledad y la tristeza, todo ello es transmitido mediante la actitud carmínica que se hace perceptible mediante la profundidad y sensibilidad con que se expresan las emociones e impresiones determinantes del mundo interior del poeta a lo largo de la composición.

Desarrollo.

En cuanto a la forma estructural, se puede apreciar que el poema está constituido en cuatro apartados, mismas que están alineados en versos libres que riman a gusto del autor y mantienen una métrica variada combinada en versos de arte menor y de arte mayor, con ello el autor logra crear cierto ritmo y musicalidad que se tornan atractivos y embellecen al texto.

Con motivos estéticos y descriptivos el autor hace alusión a la imagen táctil: “Cuando he llegado al vértice más atrevido y frío”, cuya utilidad radica en proporcionarle al lector una sensación de soledad y tristeza; y la imagen cinestésica: “El tiempo de las frutas, el tiempo maduro y frutal”, con la que se logra poner en juego la interpretación y la imaginación, dando como resultado una mezcla de sensaciones que aluden a una estación anhelada.

Por otro lado, las figuras predominantes son la enumeración evidente en: “Un cisne, un árbol, algo lejano y alegre”, con el cual pretende demostrar el intento de su amado por tratar de desperdigar aquella tristeza y dolor que acompañaba a la mujer que en algún instante amó, aun cuando la esperanza de la felicidad esperada sea poco perceptible, con ello logra dar profundidad y recalcar la idea antes mencionada. 

La figura metáfora es aplicada con el fin de otorgarle mayor significado: “He ido marcando con cruces de fuego”, con ello, lo que el poeta quiere dar a recalcar es un recuerdo de la etapa carnal y de mayor pasión que vivió junto a su amada, de este modo, la interpretación juega un papel fundamental para que el lector logre comprender la idea que trata de esconderse y que puede ser descubierta por quien realmente comprenda la situación en la que se encuentra el hablante lírico.

En cuanto al punto de vista sintáctico, se hace visible una reiteración en ciertos sustantivos tales como cuerpo, soledad y tristeza, de esta forma se le otorga al poema un toque de sensualidad femenina, que logra en sí darle cierta apreciación de la textura de aquella mujer amante. Todos ellos descritos con adjetivos como blanco, temerosa, sedienta, callado y delirante; es precisamente con ello que el autor permite evocar un panorama bipolar ligado a la sensualidad y ternura que denota el hablante en relación con el objeto lírico.

En el primer apartado se denota la expresión de una etapa en que se impone el torbellino de los deseos carnales en su más viva expresión liberada. “Mi boca era una araña que cruzaba escondiéndose”, con ello, la sensualidad y desasosiegos también son evidentes recurriendo a símbolos como la araña para aludir a los anhelos que deseaba mantener encerrados en lo más recóndito de su alma.

En el siguiente apartado, es evidente la tenacidad que presenta el autor para manifestar la comprensión con que el hablante lírico aprecia la situación sentimental de la que es testigo su amada, puesto que él ya ha padecido mucho antes esa melancolía que le horroriza con el solo hecho de tener consciencia que su amada también es víctima de ella, y peor aún al saber que ni todo el amor brindado le ha servido para que ella logre olvidar y dejar atrás los problemas con las que es atormentada. 

Es además allí donde se denota una manifestación y revelación que hace el hablante lírico con el cual se decanta por el camino de la solidaridad hacia su amada en una búsqueda de la felicidad que llegará conjuntamente la una del otro. Él desea demostrarle que comprende su situación dado que es él quien también ha pasado por aquella melancólica situación. En este apartado es indudable la simbología del “puerto” que es mencionado en este puesto que representa la estacionalidad y el pasado lúgubre en que él aprendió a vivir y combatir la soledad.

Por otra parte, el apartado tercero dibuja el panorama de la agónica separación sentimental de los amantes, de la transición de amor a desesperanza que provoca el pasar del tiempo, sin embargo, aún es evidente cierta esperanza por parte de su amante: “algo canta entre estas palabras fugaces”. En este se hace uso del símbolo “alas de pájaro”, con él se representa a un “algo” ligero, algo que aunque debido a su docilidad puede verse frágil, es capaz de luchar contra el viento y el tiempo.

En el último apartado en cambio se hace un retorno a la alusión de los anhelos atropellados que antes fueron compartidos, sin embargo, el momento de la despedida esta cerca y se convierte en una convulsión que se vuelve frenesí. Es por ello, que se impone una huida, una huida a los sentimientos, al amor, a su amada. El símbolo destacable es “flor nocturna”, mismo que representa al corazón escaso de emociones, escaso de amor que ha resultado del abandono de su amada, que aunque era su sol, ahora se ha vuelto la noche, por ello nocturna.

Conclusión.

En sí, el poema denota gran profundidad y romanticismo, característico de los poemas de Pablo Neruda donde el autor se anticipa con el título de “Veinte poemas de amor y una canción desesperada”, con él se aprecia una singularidad y sencillez en cuanto a la forma que se tiene de abordar los temas románticos de modo que resultan atractivos al lector, que son los más usuales en la poesía de Pablo Neruda.

Bibliografía:

  • Biblioteca Nacional Chilena. (s.f.). Pablo Neruda (1904-1973). 
  • Millares, S. (s.f.). La vanguardia Nerudiana, una escritura de la negación. 
17 August 2021
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