Analitica del Futuro de La Ruta de La Seda
China fue la gran potencia comercial mundial por siglos gracias a experimentados mercaderes que a lomo de camellos instauraron una ruta, a través de Asia Central y Oriente Próximo, por la que intercambiaban los productos de los dos extremos del continente euroasiático, esta ruta permitió el desarrollo del comercio, la cultura y el descubrimiento de avances como el hierro fundido y el tejido de seda de Oriente o el vidrio de Occidente. China abandono su hegemonía en el siglo XVIII la revolución industrial inclino la balanza hacia el Reino Unido y más tarde a Estados Unidos de Norteamérica. El país termino siendo dominado los siglos XIX y XX.
Ahora china el país más habitado del planeta con una población de aproximadamente mil millones de personas quiere recuperar el rol de hegemonía mundial volver a convertirse en una superpotencia y por esta razón ha creado la iniciativa del cinturón o ruta de la seda que es un ambicioso proyecto, el mayor proyecto económico de la historia, fue lanzado en el año 2013 con el nombre de one bel, one road (Obor) en el cual está previsto una inversión de 140.000 millones de dólares aprosimadamente lo que representa el 5% del producto interno bruto mundial y el 70% de la población mundial además de incluir aproximadamente 4.400 millones de personas y el 75% de las reservas energéticas de las cuales se tenga conocimiento. Este megaproyecto trata de emular la histórica ruta de la seda que 22 siglos atrás unía Asia, áfrica, y Europa por vía marítima y terrestre.
Algunos estudios de planificación indican que el costo estimado en infraestructura es de 26 billones de dólares 12 veces más de lo que los Estados Unidos gasto en el plan Marshall para reconstruir Europa después de la segunda guerra mundial. En definitiva se quieren construir nuevas líneas de ferrocarril, puertos, oleoductos, gasoductos y centrales eléctricas y toda clase de infraestructura. Este megaproyecto busca conectar marítimamente a china con el continente Europeo, africano y latinoamericano cruzando los océanos índicos y pacíficos, por otro lado mediante autopistas unir china con Europa, el golfo pérsico, el mediterráneo y el sudeste asiático incluyendo inversiones en infraestructura para mejorar y construir, autopistas, carreteras, vías ferroviarias etc, para agilizar el transporte de mercancías y materias primas así como procesos de estandarización en aduanas y regularizaciones comerciales para facilitar el comercio y la inversión de capitales. En el año 2015 el presidente Xi Jimping hace un aporte de 40.000 millones de dólares para el fondo de la ruta de la seda por medio del Banco asiático de inversión en infraestructura con el cual se pretende crear un área de integración económica. China presenta este proyecto como una iniciativa para promover la cooperación multilateral entre diferentes países en materia de energía infraestructura y desarrollo sostenible entre otros, pero en realidad es una manera de concretar su hegemonía económica y comercial. Analistas indican que china invierte en países de alto riesgo, y en ocasiones pareciera que utiliza los préstamos para fines no estrictamente comerciales sino geoestratégico como sucede con el caso de Venezuela, o el ejemplo del puerto de Hambantota en Sri Lanka que tuvo que ser entregado a los operadores chinos como política humillante del impago su deuda, que es lo que el analista Joseph S. Nye llamo el soft power, el poder blando que se refiere a la capacidad de un país a persuadir sin hacer uso de la fuerza y china ha utilizado muy bien esta estrategia, para aumentar su influencia alrededor del mundo por medio de la inversión y los pretamos a países en aprietos económicos.
Por otra parte China invito a América Latina en el año 2018 a integrarse en la ruta de la seda aunque el proyecto inicialmente comprendía enfocarse en Asia y Europa en la actualidad países de la región como Panamá, Bolivia, Uruguay, Antigua y Barbuda, Trinidad y Tobago y Guayana ya han firmado acuerdos, durante el Foro Celac-China celebrado en Chile – autoridades chinas han indicado que América Latina y el Caribe “forman parte de la extensión natural de la ruta de la seda marítima y son participantes indispensables de la cooperación internacional del proyecto” se estima que para este año los volúmenes comerciales entre el gigante asiático y América Latina están por el orden de 260.000 millones de dólares, la región representa una zona de gran importancia para china debido a la gran cantidad de recursos naturales y materias primas que se posee.
Este proyecto tiene sus amenazas ya que los Estados Unidos de Norteamérica gracias a acuerdos que datan de la segunda guerra mundial controla las vías marítimas por donde transita gran parte del comercio mundial es decir, Corea del sur, Japón, Taiwán en el mar de china, filipinas, malasia, Singapur y Australia en el sudeste asiático, Egipto y arabia saudita, mientras Europa sigue siendo el destino final de la mayoría del comercio mundial, además de que varios países que forman parte de este megaproyecto están repensando las implicaciones financieras que pudieran tener para ellos ya que su deuda externa con china ya seria de más del 50%, estos países son Kirguistán, Laos, Maldivas, Mongolia, Montenegro, Pakistán y Tayikistán,
Por otra parte esta que la ruta de la seda atravesaría a uno de sus vecinos más conflictivos como lo es Afganistán, esta región vive bajo reiterados episodios de terrorismo y violencia, aunque este proyecto podría ayudar en el desarrollo y progreso de esta región pero la poca seguridad ya ha paralizado algunos proyectos, otro problema lo implicaría el frágil equilibrio geopolítico de la región ya que la india ve con recelo la inclusión de Paquistán a la ruta de la seda eso como también la inclusión de Irán podría desequilibrar la frágil estabilidad en el golfo pérsico.
Lo cierto es que hasta esta fecha la ruta de la seda es una visión estratégica más que un plan minuciosamente estructurado ya que no hay confirmación de todos los países que lo integrarían, no se conoce si los proyectos de infraestructura recaerán solo en las empresas chinas o va a estar abierto a empresas de otros países no se tiene claro si las negociaciones se realizaran a través de organismos suprarregionales o van a realizase acuerdos bilaterales, lo que si es cierto es que ya se están realizando los primeros proyectos en Asia central, y para concluir hay que decir que todavía quedan décadas para que podamos ver este proyecto plasmado en la realidad.