Comunicación Y Periodismo Ciudadana En La Red
Mucho se ha debatido sobre la diferencia entre el ciberactivismo y el periodismo ciudadano. Se ha expandido la idea que establece al periodismo ciudadano como herramienta para visibilizar lo denunciado por parte del ciberactivismo. Por otra parte, han sido muchos los que afirman que el periodismo ciudadano ha utilizado las protestas exhibidas gracias a las acciones de los ciberactivistas para crear así noticias. Si estudiamos el origen de cada uno de estos movimientos y concretamos de forma exacta lo que significan y las características de ambos, podremos diferenciarlos, pero a la vez afirmar que ambos guardan rasgos comunes que les hace ir de la mano.
El (Ciber)Activismo Y La Búsqueda De Una Campaña Social
Para estudiar a fondo el ciberactivismo voy a realizar una reseña sobre la obra de Leila Nachawati.
Si colocamos a la primavera árabe como referente en lo que a ciberactivismo respecta, debemos extraer los factores que hicieron de esta una de las protestas más relevantes del siglo XXI que contó con internet como arma para favorecer su propagación para así, encontrar un movimiento que guarde ciertas similitudes con este.
La primavera árabe es el nombre con el que se conocen las manifestaciones extendidas rápidamente, al contar con gran apoyo social, por países como Túnez, Egipto, Marruecos, Yemen, Siria… realizadas a partir del año 2011. Conforman la primera oleada de protestas del mundo árabe en el siglo XXI. Estas fueron ocasionadas por las enormes desigualdades vividas en estos países causadas a su vez por gobiernos corruptos y autoritarios, lo que generaba desempleo y falta de libertades. Su origen está en la reivindicativa inmolación de un joven informático que ejercía de vendedor ambulante para ganarse la vida. La razón que le llevó a la inmolación fue el despojo de sus únicos bienes por parte del gobierno. Tal como se afirma en el texto propuesto para leer, “cuando un pueblo es de repente consciente de hasta qué punto ha estado sometido, le resulta impensable soportarlo un día más”. Tras ello, comenzaron una serie de concentraciones en las que se exigía la democracia y el cumplimiento de los derechos fundamentales mediante la voluntad y la determinación.
Las consecuencias de este movimiento en su mayoría son positivas ya que países como Túnez o Egipto lograron derrocar a los gobiernos autoritarios. A diferencia de estos, Libia y Siria, país del que procede la protagonista de la lectura (Leila Nachawati) cayeron en profundas y cruentas guerras civiles, más concretamente Siria que todavía se encuentra inmersa en uno de los conflictos bélicos más crueles de principios de este siglo. Las consecuencias que este movimiento ha tenido son cuanto menos sorprendentes ya que casi 12 millones de personas han tenido que abandonar sus hogares y marchar a campos de refugiados. Un activista político afirma que “el único logro que obtuvo durante la revolución fue la libertad individual y colectiva pero que, hoy en día, está siendo destruida por el terrorismo”. Los activistas que provocaron la aparición de la primavera árabe tenían, a pesar de la dificultad de su reto, una causa. Esta causa que provoca a los activistas un sentimiento de orgullo al tener, tal como ellos afirman, una misión por la que luchar en la vida.
El momento en el que surgió la primavera árabe fue en plena fiebre tecnológica, “nos encontrábamos en plena vorágine de cambios presididos por la irrupción de la tecnología en todos los ámbitos de nuestra vida”, señala Leila Nachawati. El foco de la primavera árabe reside en la efectividad que alcanzó, procedente del acertado uso de las nuevas tecnologías y redes sociales como Twitter o Facebook mediante las cuales denunciaban ante el mundo entero la situación que estaban viviendo. Esto provocaba en el mundo entero la sensación de una condición de testigo que nos responsabiliza. En toda confesión el oyente, en este caso el mundo que recibía la súplica de esta crítica situación se hallaba en una posición violenta que responsabiliza y que nos hace plantearnos y cuestionarnos e incluso formar parte de este problema convertido en conflicto global. La rápida comunicación a través de Internet ha servido para que los manifestantes tengan en su poder factores como la inmediatez, el carácter de denuncia y la ausencia clara de liderazgo. A pesar de quienes crean que el papel de Internet fue simplemente un cambio en los medios de comunicación, este papel en todas estas manifestaciones ayudó de forma notoria en la formación, dinámica y perspectivas de cambio social de estos movimientos. Es tan importante el papel de una plataforma digital en la sociedad que, sin esta, la sociedad sería menos propensa a generar movimientos sociales a favor de la democracia. Por lo tanto, cuanto más accesible sea Internet, mayor democracia existirá en estos países. Gracias a las redes sociales se ha visto facilitada la libertad de información, unida a la libertad de expresión, de opinión y de asociación, a pesar de ser esta última virtual. Los gobiernos autoritarios intentaron frenar la expansión que el conflicto estaba teniendo en medios como las redes sociales. A pesar de los infructuosos intentos llevados a cabo, solo lograron aumentar el descontento, contribuyendo a largo plazo a su caída.
Son numerosas las figuras que discutieron sobre el papel que la tecnología tuvo en el desarrollo de este conflicto. Manuel Castells recuerda el año 2011 como el año de la crisis económica a nivel mundial, pero, además, enfatiza el año en el que comenzó la primavera árabe. Una serie de protestas a las que califica como “uno de los temas políticos más asombrosos y fascinantes de nuestro tiempo.”
Por lo tanto, la primavera árabe como elemento promulgador de una realidad social, se vio favorecido por factores como la inmediatez, proporcionada gracias a la plataforma de Internet y hace que el movimiento pueda ser denominado “movimiento ciberactivista”.
El ciberactivismo es la forma de acción política y participación social, a través de la cual un gran número de personas hace uso de Internet y de las nuevas tecnologías para llegar a grandes masas y organizar actividades, manifestaciones, marchas o protestas para mostrar su descontento sobre temas con los que se identifican. La relación entre las redes sociales y la manifestación del activismo en público se debe al acceso a un gran número de contactos, la construcción de la identidad personal y del grupo y, finalmente, la capacidad de crear y unirse a grupos en torno a intereses comunes. Por lo tanto, para que un movimiento social sea considerado ciberactivismo es necesario el uso de las nuevas tecnologías e Internet. Otros movimientos que emplean Internet como plataforma de propagación son el 15- M, Ocuppy Wall Street…
En este proyecto, pretendo visibilizar elementos a los que se les podría calificar como ciberactivistas como los publicados en páginas como Change.org. El papel de los ciberactivistas también es esencial. Además, son estos los que están construyendo “una globalización alternativa desde abajo, reuniendo a una amplia red de redes contrarias a la creciente influencia de las grandes empresas en nuestras vidas, comunidades y recursos”. Los activistas por la justicia global han hecho un uso innovador de las redes informáticas globales, de la comunicación política y de las formas organizativas basadas en la red. La red es entendida como “sistema de comunicación constituye la infraestructura básica de los movimientos sociales y proporciona el terreno para la producción, la contestación y difusión de prácticas y discursos específicos relacionados con el movimiento ciberactivista”. Las movilizaciones de masas ofrecen objetivos concretos para organizarse, a la vez que espacios físicos donde se encuentran los activistas ayudan a crear y rebatir significados e identidades. Además, las redes informáticas proporcionan la infraestructura tecnológica para el funcionamiento de las formas sociales y organizativas contemporáneas basadas en redes que transforman la naturaleza de las comunidades y las relaciones sociales e interpersonales. Los activistas se consideran a sí mismos como “miembros de movimientos globales, vinculando en su discurso sus protestas y actividades locales con luchas diversas en otras partes”.
El uso de Internet ha complementado y facilitado la coordinación e interacción en persona. Los activistas usan estas líneas de distribución para permanecer informados sobre actividades y para realizar tareas logísticas concretas. Internet es una pieza fundamental y, tal como aseguran expertos en la materia, se convierte por tanto en un atractivo para los medios sociales debido a:
- Permite la coordinación de movimientos a través de las fronteras sin recurrir a una fórmula jerárquica transnacional.
- Permite elevados impactos sin la necesidad de grandes recursos
- Las organizaciones tienen el control editorial sobre los contenidos y las comunicaciones externas.
- Internet permite dejar de lado el control del estado y comunicar a través de un ambiente seguro.
Los movimientos sociales tienen que dirigir estrategias de información para atraer la mediatización que necesitan para movilizar el apoyo y la interacción con los poderes públicos y políticos.
La novedad de los movimientos contemporáneos reside en su carácter red. Estos productos, los sociales y de ciudadanos, son producto de la sociedad en red en la que habitan. El papel que han adoptado los medios dentro de este nuevo activismo ha sido duramente criticado debido a la desconfianza, la aplicación de estereotipos, el ninguneo o, en el otro extremo, las espectacularizaciones. El nuevo activismo ha ocasionado la innovación periodística en muchos terrenos por lo que le ha servido de garante de futuro basado en la adaptación. Elementos novedosos que el ciberactivismo ha proporcionado al periodismo han sido las retransmisiones en directo, la participación de la audiencia y la incorporación de las redes sociales como elemento informativo para tener en cuenta.
Habría que preguntarse si nos estamos inmunizando ante el nivel de violencia grabado y difundido, algo a lo que hace referencia el texto escrito por la abogada Razan Zeitouneh. Afirma que expertos en certificar muertes como ella no lloran y se pregunta en todo momento si algún día volverán a ser normales, seres naturales o si la muerte les ha inmunizado y les ha dejado “en una especie de limbo para siempre”.
En la búsqueda que he emprendido con el fin de encontrar una campaña social vinculada al ciberactivismo he decidido acudir al portal en el que la protagonista del texto, Leila Nachawati, cuelga artículos de denuncia y comparte voz también con otros activistas.
Siria: Tras un año de revolución, la campaña contra los periodistas continúa El post, escrito a modo reivindicativo y con un carácter activista fuertemente marcado, forma parte de la cobertura especial que recibe el nombre de “Protestas en Siria 2011”.
En el escrito, denuncia como el gobierno ha reforzado “una campaña contra los periodistas, blogueros y video-activistas”. Leila muestra el caso real de una joven siria, estudiante de periodismo y miembro del Partido nacional para el Desarrollo, que fue detenida por el régimen.
La función de esta campaña es clara: resaltar la contradicción que existe entre el anuncio de reformas y la detención de los ciudadanos que prometen ser parte de éstas. El empleo de las redes sociales como altavoz para estas protestas es uno de los factores clave y diferenciadores del ciberactivismo. El hashtag empleado para esta causa en concreto por los ciberactivistas es #SalmaYafi.
También denunciado es el caso de la detención de los periodistas turcos Adem Oxkose y Hamit Koskun, convertidos en blanco del régimen por sus campañas activistas. Ante esto, el también periodista Jamal ElShayyal, denunció mediante el siguiente tweet la represión que sufren en el país sirio. Los casos en los que los periodistas son secuestrados por parte del régimen son, tristemente, más comunes de lo que nos podemos imaginar.
A modo de conclusión, deseo destacar el gran poder que posee Internet en nuestras vidas. Internet es una herramienta como el martillo lo es para clavar algo, entre otras funciones. Con esto pretendo mostrar como Internet puede ser utilizado de muchas formas, siendo su buen empleo un argumento más que favorezca la esperanza en situaciones críticas como lo fue durante los conflictos relacionados con la primavera árabe y que, hoy en día persisten. De ahí la base del activismo que conocemos en la actualidad y que recibe por nombre, el ciberactivismo.
Por otra parte, en relación con el periodismo ciudadano, pretendo destacar el papel que tiene en nuestra sociedad y mostrar las reacciones ante la incursión de un movimiento que, de forma paralela a los medios tradicionales, busca hacerse un hueco empleando la voz de la sociedad por medio de las redes sociales en su mayoría.
El periodismo ciudadano puede ser definido como el movimiento periodístico en el que son los ciudadanos y las ciudadanas quienes se convierten en informadores debido a los avances tecnológicos que permiten dotar de inmediatez a la narración de hechos noticiosos. El periodismo ciudadano se puede caracterizar por los siguientes puntos: Favorece el trabajo colaborativo ya que crea una red de contactos en torno a la noticia.
Este tipo de movimiento implica la horizontalidad, es decir, se produce la eliminación de cualquier tipo de jerarquía mediática y se logra así, la ansiada independencia de los poderes mediáticos. Además, el periodismo ciudadano logra explorar nuevas formas periodísticas, reducir los intermediarios y realizar un trabajo con una cantidad menos limitada de fuentes, entre otras. La primera pregunta que se nos viene a la cabeza cuando pensamos sobre el periodismo ciudadano es la que se plantea si este podría sustituir algún día al periodismo tradicional.
La respuesta es contundente. Tras una ardua investigación y comparando la opinión de numerosos expertos en la materia he podido localizar un artículo en el que con rotundidad se niega esa evidencia. Es cierto y necesario remarcar la inmediatez de la que goza el periodismo ciudadano, probablemente su mayor seña identitaria. A pesar de ello, hay diversos puntos que evitan que el periodismo ciudadano pueda alcanzar al tradicional ya que el primero no sabe diferenciar lo que es un hecho noticioso de algo superfluo, no contrasta ni tampoco contextualiza, se basa principalmente en trasladar una realidad que se vive en un momento determinado, lo que le colocaría en la cadena de transmisión de la información como fuente, pero no sustituyendo la labor del periodista. Una de las principales diferencias entre el periodismo ciudadano y el periodismo tradicional es el hecho de narrar los hechos noticiosos, el periodista tradicional narra hechos originales provocando la reflexión y logrando además un espacio para la acción. Mientras tanto, el periodismo ciudadano brilla por su inmediatez y se apoya en el auge y eclosión de las nuevas tecnologías. A pesar de contar con el apoyo de las nuevas tecnologías, la conclusión del texto es clara, nunca podrán sustituir al oficio.
Una vez claro el papel del periodismo ciudadano y solucionada una gran incógnita que surge en torno a este, debemos reflexionar acerca de numerosos planteamientos que surgen alrededor del periodismo ciudadano. También es necesario analizar los argumentos que tanto personas que apoyan al periodismo ciudadano, como aquellas que no, aportan. En este caso podemos ver como defensor del periodismo ciudadano al profesor Oscar Espiritusanto que afirma como “la poca credibilidad de los medios, la democratización de las herramientas de comunicación y la popularización del uso de internet permiten a ciudadanos y profesionales generar contenido en igualdad de condiciones técnicas”. Establece como punto de partida y causa de la aparición del periodismo ciudadano la desconfianza de los ciudadanos en los medios tradicionales. Una de las características del periodismo ciudadano es eso exactamente, luchar contra la manipulación y la jerarquía mediática existente en los medios de comunicación. Oscar afirma que, gracias a la labor de los periodistas ciudadanos, se ofrece al público información que, de otro modo, no vería la luz. Es necesario remarcar como esa información está documentada, aportando veracidad a la misma.
Por otra parte, el periodista Gabriel Sánchez afirma de forma tajante que “el periodismo ciudadano distorsiona por completo el panorama de la comunicación”. Además, añade que “a diferencia del resto de los ciudadanos, el periodista tiene un “compromiso con la verdad, la diferenciación entre información y opinión, la verificación de las noticias y las normas éticas que le incumben”.
Considero de lo más necesaria la acción de escuchar y analizar los diferentes puntos de vista sobre un debate cada vez más en auge que crece de forma paralela al crecimiento del periodismo ciudadano, cada vez más presente en nuestro día a día. Finalmente, he decidido acudir a la lectura de un texto en el que se exponen opiniones de prestigiosos periodistas europeos sobre el auge del periodismo ciudadano y su actividad en el mundo actual. El texto en concreto recibe el nombre de “Periodismo ciudadano. Análisis de opiniones de periodistas profesionales de España, Italia y Bélgica”.
Alguna de las ideas más importantes de este quedan resumidas en el siguiente párrafo: La irrupción de los ciudadanos en el proceso informativo da lugar a lo que hoy en día denominaos periodismo ciudadano. Se basa en la interacción de los profesionales de la información con los medios de comunicación y otras puertas que se abren; las que acerca la nueva cultura periodística en la que la noticia adquiere una dimensión dinámica. Esta dimensión está introducida por medio del público que debido a su papel activo adolece de las garantías necesarias de una información que asegure un debate público ordenado y constructivo.
Con la incorporación de los ciudadanos en el proceso comunicativo e informativo, se favorece la ansiada apertura en la configuración de la agenda pública, eliminando cualquier tipo de jerarquía mediática. Además, este hecho favorece la mayor pluralidad de fuentes frente a los monopolios empresariales y se conseguía dar un nuevo cambio de rumbo al periodismo tradicional debido a la incorporación de las nuevas tecnologías.
Muchos son los que definen al periodismo ciudadano como un necesario soplo de aire fresco dentro del paradigma del periodismo tradicional. El periodismo ciudadano se desarrolla en un marco caracterizado por tres aspectos clave: la publicación abierta a través de herramientas de bajo coste, la edición colaborativa y la distribución desintermediada de contenidos.
Además, el texto establece la diferencia entre el periodismo ciudadano y el participativo ya que en este último la colaboración de los usuarios se desarrolla en el marco profesional del medio y es entre el periodista y los colaboradores.
Una vez introducido el periodismo ciudadano dentro del texto, decidí buscar la opinión de los periodistas acerca del fenómeno denominado como “periodismo ciudadano”. La mayoría de estos advierte del riesgo de calificar a esta actividad como rama del periodismo o como actividad periodística ya que según afirman numerosos expertos “se presta a que sea confundida con la actividad realizada por los profesionales”. Algunos prefieren y consideran más oportuno calificar a esta actividad como “prácticas de comunicación interactiva entre ciudadanos privados, donde prevalece la perspectiva subjetiva y la ausencia de garantías derivadas de un protocolo de diligencia profesional”.
Quise investigar acerca de lo que significa la diligencia profesional dentro del ámbito periodístico y en el mismo texto observé la descripción que se le daba a estas prácticas. Las diligencias profesionales que todo titulado debe tener en el mundo periodístico son consideradas como pistas o indicios informativos verificados por otras fuentes y debidamente contextualizadas que pueden adquirir valor informativo. Por lo tanto, se deduce que la labor de los periodistas ciudadanos no es calificaba como informativa. La postura de los profesionales es clara; es de resignación ya que se reconoce cierta presión para incorporar este tipo de contenidos por la nueva lógica del periodismo digital; pero a la vez también de aceptación, por la que se sugiere la adopción de un espíritu más abierto al contexto actual en el que debemos abrirnos a los nuevos campos, entre ellos el periodismo ciudadano.
En conclusión, el periodismo ciudadano, tal como extraigo de la investigación llevada a cabo y las lecturas realizadas es amado y odiado a partes iguales. En mi opinión, su uso y aplicación dentro del mundo del periodismo tradicional es más que necesario, no viéndolo como un sustituto sino como un paso más a la apertura de este mundo y a la creación de un estilo periodístico basado en la colaboración manteniendo como regla universidad la veracidad.
Como conclusión del trabajo, deseo mostrar como ambos movimientos guardan rasgos similares. Tras la elaboración de este, afirmo el hecho de que no conoceríamos a estos movimientos sin contar el uno con el otro. No por ello son complementarios ya que gozan de gran independencia, ocupando un papel primordial en la sociedad actual; la sociedad de la información.
Bibliografía
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- (2012). Entrevista a Leila Nachawati – Primavera árabe y movimientos ciudadanos, Siria. Villaplana, Virginia. Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=vmGQH3RR2bc
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