Declaración de Derechos y su Importancia para la Educación
En la vida cotidiana empleamos la palabra derecho para referirnos a distintas cosas, sin embargo, podemos describirlos como el sistema de reglas que rigen la convivencia social. Los derechos humanos encuentran uno de sus momentos más importantes en la Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano al permitir esta la definición, establecimiento y divulgación de los mismos, pasando a ser universales. Desde esto, los derechos se han desarrollado y diversificado con el fin de llegar a la mayor cantidad de personas posibles. Uno de estos, el derecho a la educación.
La educación se entiende como el derecho a adquirir conocimientos que nos permitan llevar una vida social plena. La educación es el proceso mediante el cual las nuevas generaciones obtienen los conocimientos, prácticas y valores de sus antepasados, logrando, con esto, las facultades para dar continuación a los mismos. De esta forma, la educación da forma a la identidad sociocultural de cada grupo social y permite que seamos capaces de convivir y desarrollarnos dentro de este. Bien decía el pedagogo John Dewey, “lo que la nutrición y la reproducción son a la vida fisiológica, es la educación a la vida social”. Por tanto, los estados deben procurar el acceso a la educación.
En este orden de ideas, encontramos cómo la educación juega un rol clave no sólo en la conversión social del hombre, sino que antes esta también posibilita la formación de la persona, del ser. Antes de poder convivir en sociedad, la persona debe reconocerse como humano, como sujeto de derechos que derivan del hecho de ser miembro de una sociedad, de ser ciudadanos.
El filósofo J.J Rousseau sigue esta línea y añade, además, que el fin último de la educación debe ser la libertad, crear personas libres. Esto nos permite observar que la educación es, asimismo, la herramienta mediante la cual pueden alcanzarse los demás derechos. A través de la educación, el hombre se libera y reconoce en él un sujeto de no solo deberes, sino también derechos que posibilitan la convivencia, tolerancia y respeto entre nosotros. Por la educación pasa, entonces, el cumplimiento de los derechos humanos.
Para concluir, pienso que la educación encuentra su sentido precisamente en eso, en permitirnos reconocer una valía que deriva de nuestra simple condición de humanos. Al formarnos como personas, nos forma para y como sociedad. Todas las consecuencias posteriores nacen de esto.
