Democracia Excluyente como una Cuestión de Perspectiva

Estudiante de Derecho que soy, hace cinco años estoy condicionada a analizar perspectivas, en todo momento. La gran cuestión que se impone al Estudio del Derecho es: un hecho nunca se exaurirá en una sola observación.

Un solo análisis no será eficiente en la comprensión de un concepto, un efecto, una consecuencia, o una dimensión jurídica. Aún más ineficiente sería aceptar una sola conclusión. Con cierto temor, tal vez podamos decir que absolutamente todas las cuestiones son pasibles de ser abordadas por diferentes perspectivas. Pero la gran duda que nos sobresalta es: en un escenario en que se equilibran perspectivas, ¿qué criterio utilizar para la adopción de una sobreponiéndose a la otra?

En ese sentido, el arte del Derecho nos impone una bonita tarea: equilibrio de principios. ¿Los principios podrían ser superpuestos? En medio de tantas perspectivas que se muestran posibles, alguna de esas tendría el condón de promover incómodas? ¿O el propio impasse que representa ya configura, en sí, una incomodidad?

A lo largo de mi trayectoria, me encontré con innumerables perspectivas que incomodan. La primera fue cuando dirigí un proyecto para llevar nociones de ciudadanía, democracia y derechos civiles a las escuelas públicas de mi ciudad, estas tradicionalmente marcadas por tener alumnos de bajos ingresos y vulnerabilidad social. Mi país está asolado por desigualdad social, realidad que se asemeja a los demás países de América Latina. Nosotros, los brasileños y los latinoamericanos, crecemos con esta amplia certeza: el barrio en que usted vive es diferente que el resto de la población. Y la diferencia no se detiene sólo en el barrio. Las oportunidades a que estará expuesto, los lugares que frecuentará y los productos que consumirá. Pero lo más relevante: la educación de la que disfrutará.

En una concepción de justicia, no nos parece justo que las personas estén condicionadas a diferentes oportunidades de aprendizaje por las que única y tan sólo nacen con una marca: la marca de la desigualdad social. Ocupamos bancos en la Universidad para discutir justicia y derecho. ¿Cuántos brasileños quisieran estar sentados dentro de una Universidad y simplemente nunca lo harán?

De una sola reflexión, el origen a varias perspectivas que incomoden rondando en torno a un mismo núcleo: la democracia excluyente.

Cuando enseñé clases en la escuela pública, lo que más me llamó la atención no eran las pobres vestiduras de los alumnos o la precaria infraestructura de la institución, sino la falta de acceso a la información. En un escenario en el que el mundo globalizado desconoce las barreras geográficas para la información y lo condiciona a un ritmo de renovación diaria, como analizar, desde el punto de vista de la democracia, las limitaciones sociales que condicionan el acceso?

En la realidad de países subdesarrollados, la misma tecnología que incluye, excluye. Si la información es accedida por medios de telecomunicación, sobre todo Internet en todo su protagonismo en el s. XXI, ¿cómo se puede afirmar que los diferentes grupos sociales dentro de una misma sociedad poseen una misma capacidad al acceso?

Si los derechos básicos como alimentación, vivienda y saneamiento básico son escasos, no se puede presumir la presencia de Internet en determinados lugares.

La falta de acceso conduce a la laguna de información, esencial en la promoción de ciudadanos conscientes y críticos. Resoltamos, por lo tanto, en una democracia que no incluye a todos, puesto que hay exclusión de aquellos que no tienen acceso a la información en la mayor era de compartir datos.

¿A quién molesta esa perspectiva? Se engaña quien piensa tratarse de información. Es sobre autonomía humana. Como una cadena de factores que son correlatos, la información conduce a la educación. La educación es una herramienta apta para el desarrollo de sentido crítico y conciencia política. La ciudadanía, proveniente de la conciencia del ser humano como ser pensante y político que es el trae la mayor de las virtudes: autonomía. Un individuo que piensa por sí mismo se confiere a sí mismo libertad. Libertad que le confiere dignidad humana. Bajo la perspectiva democrática: igualdad de derechos, dignidad humana y libertad individual.

¿A quién molesta esa perspectiva? La construcción del mundo pasa por el establecimiento de diálogos. La concientización por justicia social se hace necesaria para que no haya grupos que ejerzan opresión sobre otros. La promoción de la información permite que estos grupos se reconozcan como parte del proceso histórico de la construcción de una sociedad. Pero a quién interesa ese reconocimiento?

A las oligarquías construidas en estos territorios brasileños desde los períodos coloniales: ¿la perspectiva de igualdad educativa incomoda? Paulo Freire, en sus reflexiones en Educación como práctica de libertad, me provocó profundas reflexiones sobre la relación que se establece entre regímenes democráticos y educación.

“La propia esencia de la democracia implica una nota fundamental, que le es intrínseca, el cambio. Los regímenes democráticos se nutren en la verdad de que cambien constantemente. Son flexibles, inquietos, debido a ello, debe corresponder al hombre de esos regímenes, mayor flexibilidad de conciencia.”

El analfabetismo es, por ejemplo, un problema aún no solucionado por completo en Brasil. Además, dada la vastedad territorial, las diferentes regiones brasileñas cuentan con niveles de educación y acceso tecnológico absolutamente deshechos entre sí. ¿A quién molesta el déficit educativo? La relación lógica y directa que se deriva entre el poder político y la educación es un análisis puntual sobre las dificultades que el país enfrenta en la resolución de estos problemas.

El ganado electoral no se mantendría, por evidente, si la población poseía suficientes herramientas que las permitieran dotar de sentido crítico y discernimiento político. Una vez más, en las palabras de Freire:

“Y es precisamente la criticidad la nota fundamental de la mentalidad democrática.”

La gran perspectiva que molesta, por lo tanto, nos es presentada mientras la falla educativa que obstaculiza la igualdad social, en un régimen marcado por valores democráticos.

Aún bajo el sesgo de la democracia, otro cuestionamiento que me ronda hace algunos años, a través de los estudios para una investigación académica, trata de los flujos de refugiados.

Fortalece la democracia de un Estado la recepción de los grupos de refugiados en la medida en que practica una política de cooperación entre los pueblos y el ejercicio en su ápice de los derechos humanos jus cogen que atraviesan barreras geográficas con el pretexto de defensa de la dignidad humana.

Pero cuando se analiza desde una óptica interna, se enfrenta al repentino aumento demográfico, con las cuestiones financieras que un grupo en carácter de vulnerabilidad demanda, la necesidad de mejora del aparato institucional de políticas públicas, entre las demás complicaciones sociales que pueden venir a surgir. Se repite: ¿favorece la democracia de un Estado la recepción de refugiados?

Ante las dos perspectivas, aparentemente dispares, se pregunta: ¿cuál de ellas incomoda? Por un lado, rechazar la recepción de refugiados representa una violación a la dignidad humana ya la cooperación internacional. Por otro lado, las complicaciones de orden interno incalculables que las políticas de este cuño pueden representar.

Una vez más, sobre perspectivas. Una vez más, la democracia como núcleo.

Al partir del punto que los regímenes democráticos se asegura por medio de un instrumento positivado a través de la soberanía popular y volcado única y tan sólo al interés popular, se cuestiona: las Constituciones, si se analizan bajo la vertiente de grupos que alcanzan al poder con un solo, el sentido ideológico distinto del ya promulgado, ¿incomodan? Y, aunque vigente, la perspectiva de una Constitución que consolida los principales valores democráticos, en medio de una ascensión totalitaria y / o fascista … incomoda.

Por lo tanto, ante un mundo globalizado en el que se puede vislumbrar, por un lado, la consolidación de los instrumentos e instituciones en defensa de los derechos humanos y de otro el ascenso de regímenes de carácter ultraconservadores, ¿como equilibrar las perspectivas a fin de que no se sobrepongan y los derechos fundamentales puedan ser preservados?

01 August 2022
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