Discurso Del Método Y Los Prejuicios Que Existen En Torno A Descartes

Mucha gente habla mal del ‘racionalismo cartesiano’ o del ‘cartesianismo’. No abordaré estas cosas. Lo que haré aquí es una lectura del Discurso del método. Me propongo deshacerme de los prejuicios que existen en torno a Descartes, y también conocer su valor a partir del propio texto. Descartes habla de sí mismo, pero no como lo haría otra persona, presentando hechos y datos biográficos. Busca exponer y justificar sus propias razones. Según él, logró buenos resultados en la búsqueda de la verdad. Sí, Descartes dice que el sentido común o la razón es lo mejor distribuido del mundo. Esta es una frase popular. Pero también dice que no basta con tener una mente sana, es decir, estar dotado de razón: hay que aplicarlo bien. Y lo dice entre risas. Mostrar tal calidad es lo mínimo para ser un hombre y no un animal. Reconoce en sí mismo la misma razón que hay en cualquiera. Pero este aparato, sin saber cómo utilizarlo, no conduce a conocimientos superiores a la media. Descartes anuncia el desarrollo de un método que le permite aumentar gradualmente sus conocimientos, para elevarse incluso desde sus factores de formación particulares. A los lectores que espera tener, les dice que no deben seguir su método. Lo que ofrece es la fábula de un hombre que decidió adoptar cierto procedimiento para orientar su propia razón. Espera ser útil. Después de años de estudio, Descartes no vio cumplida su promesa de que tendría un conocimiento claro y seguro de lo que es útil para la vida. Sí, descubrió la ignorancia en sí misma y la sintió como una vergüenza, un embarazo abundante. Los idiomas, las fábulas, el conocimiento de los grandes hombres de la historia y las costumbres, los buenos escritores, la elocuencia, la poesía, las matemáticas, la teología y la filosofía le reportaron ganancias, pero quizás ganancias demasiado limitadas. La lectura de libros antiguos y los contactos con habitantes de tierras extranjeras son viajes que se realizan a otros tiempos y espacios. Demuestran que no solo los hábitos en sí mismos son correctos. Pero la desventaja de escuchar a estos otros es creer que las cosas de la vida siempre deben ser extravagantes, ya que son ellos quienes escuchan las historias. Como tales, hacen que el individuo ignore lo que se hace en el presente. Descartes buscó ser contemporáneo, mirar el suelo sobre el que pisó. Los diferentes saberes parecían querer sacarlo de ahí: la poesía parecía ser un don de la mente y no de estudio, como si hubiera otro lugar de donde vinieran las aptitudes; las matemáticas, aunque apreciadas por su precisión, no revelaron su verdadera utilidad; los escritos de los antiguos paganos, que elevaban las virtudes, eran hermosos castillos, pero no daban a conocer esas virtudes que debilitaban los edificios; la teología es igualmente generosa con los ignorantes y los doctos, y aprenderla es algo para alguien que es más que un hombre; la disputa sobre la filosofía desacreditó que uno de ellos fuera verdadero, mientras que los otros eran meras opiniones. Cada una de estas críticas muestra una actitud de acercamiento al hombre que vive en algún lugar y que necesita razones de su vida. Después de estudiar y viajar, Descartes dijo que encontró en sí mismo, en su razonamiento, las verdades sobre los temas que le interesaban. La importancia de haber conocido la diversidad de costumbres y opiniones fue que después de haberlas liberado, para poder volver a escuchar su razón, nuestra lucidez natural no la eclipsaba.