Diversidad En La Educación Y Barreras En El Aprendizaje

Para conseguir la inclusión de la que se ha hablado con anterioridad se necesitan eliminar diferentes barreras que interceden de manera incorrecta en el aprendizaje. La enseñanza inclusiva implicará ir más allá de la discapacidad o las dificultad que el alumno pueda tener para comprender que pueden surgir ciertos problemas, dependiendo de los requisitos del alumnado y del apoyo o asistencia brindada. La inclusión tiene como objetivo identificar y reducir las barreras del aprendizaje y de la participación, y a aumentar los recursos para apoyar a todos los miembros de la comunidad educativa (Booth et al., 2000).

Giné (2001) señala que es justo reconocer que el apoyo al movimiento inclusivo ha ido más allá del campo de la educación, es decir, el enfoque en la inclusividad apunta claramente a todas las áreas que tienen cierta relación con la calidad de vida de las personas. Esta valora positivamente las diferencias entre las personas para poder promover el aprendizaje y tener la oportunidad para empezar a vivir en la comunidad escolar.

Para poder avanzar en la inclusión se necesita identificar los aspectos que impiden la participación plena y el aprendizaje de estos alumnos con el fin de minimizarlos. Es por ello por lo que hay que visualizar estas barreras en la manera de pensar y más importante, en la manera de actuar, para poder tener en cuenta aquello que dificulta la participación y el aprendizaje de este alumnado.

Con el fin de crear una comunidad inclusiva, hay que crear y promover actuaciones para dar la bienvenida a las personas que se incorporan de nuevo. Para que la escuela interiorice la inclusión y el buen camino hasta ella se necesitará un liderazgo que pueda alentar y acompañar el proceso de cambio necesario. Por lo tanto, el equipo directivo debe mostrar el compromiso e interés que se requiere para lograr los objetivos, que deben reflejarse en el apoyo del todo el centro, y acompañarse de cambios, para conseguir esa participación y aprendizaje de los alumnos y poder facilitar los elementos que lo hagan posible. La práctica de impulsar el proceso de inclusión debe tener una base sólida y ser enriquecida por diferentes profesionales. A través del trabajo cooperativo entre los diferentes alumnos del aula o centro, se facilita el conocimiento de las diferencias, el respeto a otros puntos de vista distintos al propio y se promueve ver la diversidad como valor positivo. Pero para incorporar de manera adecuada esta práctica se necesitará conocer que es realmente el trabajo cooperativo.

El aprendizaje cooperativo es un aprendizaje en grupo donde todo el grupo aula participa activamente de su vida escolar. Solo cuando otros miembros del grupo hayan alcanzado la meta, el estudiante podrá lograr la suya individual. Los grupos formados permitirán que los alumnos establezcan relaciones duraderas y que están los motiven en la realización de sus tareas. Además, desarrollarán sus obligaciones en el aula y lograrán un óptimo desarrollo social (Johnson, Johnson y Holubec,1992; Johnson, Johnson y Smith, 1991).

Según Ausubel, el aprendizaje cooperativo fomenta los aprendizajes significativos, porque trabajar en equipo requiere una remodelación del trabajo para que todo el equipo logre su comprensión.

Los principios básicos del Aprendizaje cooperativo para Johnson y Johnson (1999), son; la agrupación heterogénea, la combinación del trabajo en gran grupo, individual y en equipos cooperativos, la cooperación entre los miembros de cada equipo para superarse, la relación de tutoría entre los componentes de los equipos, la evaluación del profesor (individual y en grupo) y una autoevaluación individual y de grupo.

Otra estrategia de aprendizaje es el trabajo por proyectos, que proporcionará un entorno adecuado en el aula para permitir el trabajo y lograr tolerancia e inclusión. Se basan en la teoría del constructivismo social: esta teoría se apoya en las aportaciones de autores como Piaget, Vigotsky y Brunner, entre otros. Dicho aprendizaje se entiende como un proceso activo, es decir, los alumnos se desarrollan a través de determinadas actividades, como resolver situaciones problemáticas con otros compañeros y construir sus propios significados además de desarrollar la propia autonomía (Coll et al., 2007; Torres, 2012).

Se espera terminar con la clásica relación entre alumno y profesor para poder enfocar que esta relación se base en la comunicación y en la confianza que den pie a interacciones positivas. Además, la relación entre escuela y familia juega un papel decisivo en este método donde los alumnos son los dos entornos más próximos e importantes para trabajar juntos.

El trabajo por proyectos utilizado de una manera correcta, nos llevará hasta las relaciones donde los alumnos con necesidades específicas se sientan cómodos y con la confianza suficiente para poder trabajar con sus iguales sin temores y será la metodología a seguir en esta propuesta.