El Beneficio Es Lo Que Cuenta: Neoliberalismo Y Orden Global
Noam Chomsky es un lingüista estadounidense, conocido principalmente por sus fuertes críticas al capitalismo, es además filósofo y politólogo. “El beneficio es lo que cuenta” fue escrito en el año 2000 y es una crítica directa al sistema neoliberal o neoliberalismo, corriente de pensamiento económico surgido luego de la primera guerra mundial, basada principalmente por la privatización y la precarización de la mano de obra.
Chomsky, basa su análisis principalmente en el contexto mundial, lo que permite que su obra sea comprensible ampliamente, ya que además de tomar en cuenta los análisis periodísticos de importantes instituciones como el New York Times, considera los acuerdos o tratados internacionales y las consecuencias, reflejadas en datos estadísticos de estos actos.
El texto cuenta con siete apartados que contextualizan la situación global económica y política principalmente, que permite entender la realidad social de inicios del siglo XXI, destacándose por las críticas a los países imperialistas, ayuda a poder comprender la realidad que parece oculta en el mundo.
En el primer capítulo del texto, Chomsky realiza un esbozo de lo que es el “orden global” caracterizado por los consejos y líneas políticas que brindan los países dominantes, como EE. UU, a fin de garantizar la democracia y aumentar el desarrollo, que casualmente nunca permiten en realidad el beneficio para los países pobres y tercermundistas, y realiza una comparación de como países como China o Japón, quienes hicieron caso omiso a dichos consejos si lograron un mayor desarrollo.
Chomsky habla, además, de cómo el terrorismo y la defensa de este acto puede cambiar de acuerdo al país, EE.UU. constantemente actúa como terrorista con justificaciones como la defensa de la democracia, sin embargo, cuando ellos son atacados por terroristas la historia se torna totalmente diferente. Tal vez sea porque el imperialismo se considera siempre un demócrata, sin embargo, el texto también nos demuestra lo contrario, de cómo países que manejan el sistema mundial tienen políticas antidemocráticas, utilizando organismos mundiales como el FMI para llevarlas a cabo y justificarlas.
Chomsky deslumbra además como incluso lo que se considera pensado para la democracia es en beneficio de las clases dominantes, como la constitución y los medios de comunicación, que son manipulados a fin de poder condicionar a las masas a aceptar sin problemas todos los acontecimientos que en la realidad los perjudican, desvirtuando incluso la verdadera concepción de la democracia, que termina siendo utilizada a los intereses de los capitalistas.
Los acuerdos firmado entre países, por ejemplo, que son beneficiosos desde el punto de vista neoliberal por el desarrollo y la generación de empleos puede que para la clase trabajadora represente lo contrario en el sentido de beneficios laborales, como la disminución de los salarios para el aumento de la inversión capitalista extranjera en los países de tercer mundo, es decir, resulta un atractivo saber que en ciertos países producir le saldría más barato en comparación con el país de origen debido al costo de la mano de obra.
A todos estos acontecimientos que son realizados de forma antidemocrática, el autor cree que la mejor manera de combatirla es a través de la organización popular, que resulta ser una afirmación muy limitada desde mi punto de vista, no es posible garantizar que la organización popular, lo que puede ser discutido y mejor analizado, ya que la simple organización o los levantamientos no siempre significan realmente un cambio si no se tiene un plan o una meta por así decirlo, más amplia.
El texto no solo trata de la profunda critica al neoliberalismo, también el autor explica como el liberalismo clásico es mal interpretado y mal aplicado. Otro aspecto resaltante es el juzgamiento al comunismo burocrático de la URSS: es bastante llamativa la similitud entre la teoría democrática progresista y el marxismo leninismo [CITATION Noa14 p 61 l 15370 ] lo que permite a la vez ayudar al lector a tener una perspectiva mucho más amplia sobre las problemáticas mundiales, ya que no se limita solo a criticar lo que es la norma, sino que también lo que normalmente se quiere ver como su contraparte o la salida (el comunismo), esto no significa del todo una crítica al marxismo, más bien una observación sobre la praxis de la Unión Soviética.
Pese a que no es un libro muy extenso, la elocuencia con la que fue escrita y que tiene puntos muy resaltantes como la economía, la política y la sociedad, hacen que, aunque haya sido redactado hace casi 20 años continúe siendo recomendado, ya que obviando los datos estadísticos o algunas organizaciones mundiales que ya no están vigentes, el modus operandi de los países imperialistas sigue siendo el mismo. La concepción de democracia sigue siendo tergiversada a los intereses de los poderosos, los medios de comunicación oficiales continúan estando al servicio de los capitalistas y los actos terroristas continúan siendo justificados dependiendo de la conveniencia de aquellos que tienen el control.