El Camino De Santiago Durante La Historia
En siglo IX, el rey Alfonso II de Asturias manda edificar un sepulcro en el lugar en el que se habían descubierto los restos de Santiago, uno de los apóstoles, ayudando con esto al comienzo de las peregrinaciones.
Un siglo más tarde, la noticia del hallazgo de la tumba del apóstol Santiago en Galicia, se expandió por parte de Europa, empujando a venir desde todas las partes del continente a miles de peregrinos.
Una personalidad con poder que invirtió de una manera notable a la prosperidad de esta nueva tradición fue Carlomagno. Este se encargó en asegurar todos los caminos e invirtió su vida a luchar contra el ejército musulmán.
Reusando ya viejas carreteras de origen romano y rutas comerciales, aumentando en número desde este siglo de las peregrinaciones, ayudando de manera importante tanto la nobleza como el clero, hospitales, construyendo puentes y hospicios.
El primer peregrino en realizar esta travesía se puede decir que fue el rey Asturiano Alfonso II, empezando la salida por Oviedo, para ver si el hallazgo era real y si era eso así rendirle culto. Con esto se forma el primer trazado jacobeo oficial, conocido como Primitivo.
LA EDAD MODERNA
En el siglo XVI el Camino de Santiago sufrirá una grave crisis. Con la Reforma protestante y las guerras de religión en los territorios alemanes y en Francia, disminuyó el número de peregrinos.
Con la guerra entre la España imperial de Carlos V y Francia, esta situación se mantiene, y aún empeora durante el reinado de Felipe II, con el cierre de fronteras para evitar la entrada del pensamiento luterano en sus reinos.
En mayo de 1589, ante el miedo a que los ingleses de Francis Drake atacaran Compostela, el arzobispo Juan de Sanclemente ordenó la ocultación del cuerpo del Apóstol en el presbiterio de la catedral. El lugar exacto de dónde fue escondido no se conocería durante siglos, hasta 1879, año del Segundo Descubrimiento de los restos apostólicos.
La Inquisición también constituye un problema en el XVI, porque acusaban a los extranjeros e incluso a los peregrinos jacobeos, de espionaje. Tras la celebración del Concilio de Trento (1545-1563) la Iglesia católica se hace más fuerte ideológicamente, con la exaltación del culto a la Virgen y a los Santos.
La religiosidad barroca con su espíritu contrarreformista, permitirá que las peregrinaciones por el Camino de Santiago crezcan nuevamente, en el siglo XVII, en especial durante los años santos; aunque en la ruta además de los auténticos peregrinos habría también otros que no lo eran realmente sino simples interesados en aprovecharse de las limosnas que la gente les daba.
La Revolución Francesa de 1789 y la guerra de varias potencias europeas contra Francia provocaron que otra vez disminuyera el número de peregrinos a final del siglo XVIII.
El Camino de Santiago en la ERA CONTEMPORÁNEA (siglos XIX y XX)
Españoles y portugueses mantendrían vivo el Camino, en unas décadas de muy pocas visitas, que afectó incluso a los años santos. Pero esto comenzó a cambiar a partir del Segundo Descubrimiento del Cuerpo de Santiago, en 1879, con la declaración papal del hallazgo de los restos apostólicos, afirmada en la bula Deus Omnipotens (1884), y con la celebración de un año santo extraordinario en 1885.
El Camino de Santiago experimentará una reactivación a finales del siglo XIX y principios del XX, sobre todo gracias a la acción pastoral de los arzobispos Payá y Martín de Herrera. Pero la Guerra Civil Española (1936-1939) que supuso la división en dos de la sociedad hizo que ésta perdiera por entonces el interés por las peregrinaciones, además en una Europa inmersa en dos guerras mundiales y la posterior “guerra fría”
En los años 50 y 60 del siglo XX comenzó poco a poco a recuperarse recuperación, al fundarse las asociaciones jacobeas de París (1950) y Estella (1963), y con la celebración de los años santos de 1965 y 1971.
El impulso definitivo llegará a partir de 1982 con la peregrinación del Papa Juan Pablo II y su discurso europeísta en el altar mayor de la Catedral de Santiago.
EN LA ACTUALIDAD
Frente a un mundo globalizado, la experiencia de la peregrinación a Santiago es única.
Los inicios del siglo XXI están marcadas por una concepción global del pensamiento y la economía, el desarrollo de la tecnología digital, la amenaza del terrorismo yihadista, una cada vez mayor preocupación por el medio ambiente y la aparición en 2008 de una crisis económica mundial que ha endurecido la situación social.
Ante esta situación y la búsqueda de nuevas experiencias enriquecedoras, la peregrinación tradicional a Santiago supone un cambio radical de comportamiento, una alternativa de valores humanos y universales frente a un mundo cada vez más globalizado, y también alienante y competitivo.
La peregrinación jacobea es, una experiencia por una parte, espiritual y ecuménica, pero también abierta al conocimiento, a la amistad y la comprensión mutua.