El Estado Y Las Instituciones Que Laboran En La Administración De Un País

El Estado comprende la totalidad de las instituciones dedicadas a las labores de gobierno y administración de un país, para facilitar su desempeño y evitar la concentración de poderes, estas instituciones se dividen y sub agrupan en los poderes del estado, que, según la división clásica de poderes, corresponden a tres, el poder ejecutivo, el poder legislativo y el judicial.

Lo que diferencia al Estado de otras organizaciones es su capacidad de elaborar y hacer cumplir leyes aplicables a una determinada población, para ello dispone de medios coercitivos: los tribunales, el sistema penal, el Ejército y la policía. Esencialmente el estado es encargado del monopolio de la autoridad legal y el uso de los medios de coerción legalmente permitidos, por ende, quién controla el estado accede al núcleo de poder político. 

El término Estado suele ser empleado para referirse a las instituciones que hacen parte de un gobierno, sin dejar de lado a los funcionarios encargados de adelantar las labores de las que se ocupan, cada una de estas instituciones tiene a su cargo innumerables funciones interconectadas con leyes, reglas y directrices que son específicas como lo es el caso de la prestación de servicios a los ciudadanos. En un sentido amplio se podría decir que hacen parte del Estado: las asambleas legislativas, los tribunales, el ejército, las instituciones educativas públicas, los hospitales públicos, etc.

Para Weber, el Estado Moderno es una asociación de dominación de tipo institucional, que en el interior de un territorio ha tratado con éxito de monopolizar la coacción física legítima como instrumento de dominio, y reúne a dicho objeto los medios materiales de explotación en manos de sus dirigentes, pero habiendo expropiado para ello a todos los funcionarios estamentales que anteriormente disponían de aquellos por derecho propio y sustituyéndolos con sus propias jerarquías supremas.

Norberto Bobbio en el Diccionario de Política define el Estado moderno como el paso a la soberanía territorial que surge de la transformación social inducida y gestionada por la incipiente burguesía, en vías de encontrar el propio espacio exclusivo de acción en las cosas del mundo necesitados regímenes de seguridad.

Para Capetellitti, el Estado nace de las clases sociales y la propiedad privada, es la garantía de todo poder y privilegio, es la expresión máxima de los intereses de ciertos individuos y de ciertas clases, nace de la cobardía y se nutre de mezquinos intereses.

Respecto de la finalidad u objetivos del estado, estos varían de acuerdo al interés de las elites gobernantes y la manera en que ellas se imponen respecto de la población, por ejemplo, si dichas elites están sometidas a controles democráticos, si imponen de manera violenta su voluntad o combinan rasgos democráticos y dictatoriales, el resultado de esta forma de operar establece los límites y criterios sobre los que se construyen los objetivos del Estado.

La ciencia política moderna concibe el Estado como una forma y expresión del poder bajo la concepción de Estado- aparato y lo considera un elemento más del sistema político global, al igual que otras fuerzas políticas o subsistemas como los partidos políticos o grupos de presión, que son estructuras donde se ejerce, distribuye y organiza el poder político.

Es de resaltar que en Ciencia Política existen al menos tres usos frecuentes de la acepción Estado. El primer uso hace referencia al concepto mencionado anteriormente, se refiere al conjunto de entidades político-administrativas y los empleados públicos; el segundo uso del término es donde se asume como sinónimo del todo de un país. En síntesis, un estado en las esferas de relaciones internacionales es un régimen político poseedor de autoridad sobre la población de un país. Por ejemplo, Estados Unidos, Japón, Colombia y Argentina son “estados”; las relaciones entre sus gobiernos se denominan relaciones interestatales. Por último, la palabra estado se utiliza a veces para designar una unidad específica derivada de la subdivisión político-administrativa en ciertos países. Así, Venezuela se divide en veintitrés Estados; Alemania, en dieciséis Estados federados; Estados Unidos en cincuenta Estados.

El punto donde confluye o debe hacerlo la acción estatal es el bienestar general, y es por ello que el estado moderno tal como lo conocemos, se forma del acuerdo de voluntades en pro del bienestar social, el estado existe por los ciudadanos y para los ciudadanos, no debería erigirse como una herramienta al servicio de un sector determinado que aproveche su carácter dominante.

El Estado ostenta la concentración del poder político creando una relación de mando y obediencia respecto de sus ciudadanos a través de cada uno de sus órganos e instituciones, por ejemplo, el poder legislativo crea las leyes el ciudadano está obligado a obedecer, el poder judicial sanciona al ciudadano y el poder ejecutivo asigna los recursos públicos que le deben beneficiar a través de bienes públicos como carreteras u hospitales; por ello, los ciudadanos desde su lado de la balanza, pueden reaccionar frente al poder del Estado si lo consideran una amenaza para su bienestar, así entran en juego dos conceptos que definen la actitud del ciudadano a la autoridad estatal, la legitimidad y la legalidad.

La legalidad se refiere a que el poder que ostenta y usa el estado, sus instituciones y el gobierno, se ajusta a la ley, por ejemplo, las instituciones jurídicas adelantan sus actuaciones de acuerdo a lo estipulado en el ordenamiento normativo del Estado y esto lleva a que su actuar sea incuestionable para el ciudadano; la legitimidad independiente de la legalidad, aprueba el actuar del Estado por su efectividad; dependiendo del grado de aceptación bajo estas dos razones del poder político del Estado respecto de los ciudadanos, estos cooperaran o entorpecerán su funcionamiento, lo que se reflejará en acciones como el respeto de la ley y el pago de impuestos.

Dentro del aparato estatal, en sus inicios la idea de la separación de poderes iba encaminada a lograr la eficiencia de las instituciones y evitar que se avasalle a los ciudadanos, pero a medida que el Estado evoluciona, surgen más instituciones y se vuelve más complejo su funcionamiento, y articulación, la división de poderes tiene que ir de la mano de la especialización, además de la independencia.

La especialización del Estado por eficacia se refiere a la organización del poder de manera tal que las funciones que el estado debe cumplir respecto de su propio funcionamiento y los servicios al ciudadano sean repartidas entre diferentes organismos, bajo este contexto la independencia y el control recíproco de las instituciones deben dirigirse a evitar los efectos adversos que pueden surgir producto de la centralización del poder político, que puede convertirse en una amenaza para los derechos y libertades individuales, lo que iría en contra de la razón de ser del Estado que según John Locke, es el poder político encaminado a la protección de los derechos individuales

Montesquieu por su parte identifica la división de poderes con la necesidad de control del mismo, dado que el poder corrompe, sin embargo, considera que el poder legislativo debe ser supremo, que el ejecutivo debe ocuparse de las relaciones internacionales y el judicial solo de la aplicación de las leyes y debe ser independiente de los demás, para garantizar la supremacía del poder legislativo propone que este ejerza su función de control desde el presupuesto, amenazando de privar de fondos al ejecutivo si este piensa imponérsele, pero le otorga al ejecutivo el poder de veto sobre la legislación dictada por el parlamento, que a su vez debe ser bicameral para que entre sí puedan hacerse contrapeso al momento de aprobar iniciativas legislativas.

Kant refiere que las ramas del poder del Estado deben estar separadas para evitar la tiranía, pero deben operar de manera coordinada y complementarse entre sí en aras de que se resguarde la integridad de la constitución del Estado.

Frente a la articulación de las ramas de poder que componen el Estado y las instituciones que hacen parte de ellas, se evidencia que funcionan con cierto nivel de autonomía, pero a su vez operan bajo un modelo de colaboración armónica que las interrelaciona, dentro de la cual deben ejercer entre sí labores de control del poder para garantizar un funcionamiento equilibrado del Estado encaminado al interés común.  

27 Jun 2021
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