El hombre en Busca de Sentido Ensayo Crítico
El tema de holocausto me impactó muchísimo y después de leer a Victor Frankl decidí escribir “El Hombre en Busca de Sentido Ensayo Argumentativo” que tratará sobre las experiencias personales del autor que ha vivido, el mismo nos cuenta la historia de un campo de concentración ya que él ha sido unos de los pocos supervivientes y ha llegado a ver que una vez dentro del campo de concentración se realizaba una selección: Los enfermos, agotados e incapaces de trabajar, los llevaban directamente a la cámara de gas y los capaces de trabajar los dejaban para realizar trabajos muy duros.
Este libro se centra en varios hallazgos cruciales del doctor Frankl que ponen de manifiesto nuestro deseo inconsciente de descubrir un sentido definitivo a la vida, tanto si deriva de una fuente espiritual como si proviene de otro tipo de inspiración o influencia. En el ensayo de el Hombre en busca del sentido quiero mencionar el tema del libro de especial relevancia, sobre todo teniendo en cuenta que la sensación de que nuestra vida carece de un significado auténtico ha penetrado considerablemente en los cimientos de la sociedad contemporánea. Como demuestran tanto el caso del adolescente que sufre ante la inseguridad y la duda como el del anciano que padece aislamiento y rechazo, lo cierto es que la cultura actual parece definitivamente sumida en la vulnerabilidad y la desesperación. A partir de ahí, el doctor Frankl demuestra de una forma brillante que el ser humano aún puede encontrar un cierto sentido a su vida cotidiana. Habla del deseo de significado como fuerza central motivadora y presenta evidencias específicas de que la vida puede hablarnos de su propio sentido en cualquier momento o situación. Incluso aquellas personas que deben soportar sobre sus hombros la carga de la culpabilidad, o tienen que hacer frente a un sufrimiento inevitable, disponen, en principio, de oportunidades para convertir sus súplicas en logros o, dicho de otro modo, su tragedia personal en un triunfo de la humanidad. El hombre en busca del sentido último afirma también, no obstante, que esta búsqueda de significado puede conducir igualmente a resultados indeseados, como los celos enfermizos, la fobia racista o la obsesión por la ética y la moral. Y, en este sentido, el doctor Frankl cree que sólo la tolerancia y la persistencia podrán allanarnos el camino para la consecución de una vida plena.
Todos los prisioneros del campo fueron transportados al primer campo en tren. Cuando los prisioneros se encontraban en el tren sentían una cierta esperanza de que pudieran volver a sus casas. Al llegar al campo dividieron a los hombres y mujeres, y a los que iban a llevar a la cámara de gas y a los que iban dejar con vida, después de esta selección, les lavaron y les quitaron todo lo que tenian.
Tenían que dormir en literas, no se lavaban con mucha frecuencias, ni se cambiaban de ropa en meses.para ellos era una situación muy mala.
Los prisioneros empezaban a sentir una cierta añoranza por su familia y por su hogar. Los castigos se repetían con frecuencia asi que al final los prisioneros no sentían piedad u horror. Los sentimientos y las emociones empiezan a desaparecer. Los prisioneros deseaban que se acabara el dia, ya que por la noche venían los sueños que por malos que fuesen, serían mejores que la realidad que tenían que sufrir. En el campo no les daban casi comida y se notaba claramente la desnutrición que tenían.
Los pensamientos de los prisioneros eran básicamente la esperanza de libertad. Los temas de conversación entre prisioneros se basaban en política y creencias religiosas. En el campo de concentración todos los prisioneros se conformaban con muy poco, ya que tenían que estar satisfechos de estar aún con vida. No podían disfrutar ni de la soledad, ya que siempre estaban vigilados por los guardias. Muchos de los prisioneros pensaban en planear la fuga ya que añoraban la libertad. El hambre y la falta de sueño empezaban a ser un problema.
También es este ensayo del libro El Hombre en Busca de Sentido quiero hablar sobre las principales preocupaciones de los prisioneros. Lo que mas les importaba era que si sobrevivirían al campo de concentración. La influencia más deprimente era el tiempo iba a durar el encarcelamiento. En un campo de concentración, el prisionero que pierda la Fe, está condenado. El sentido de la vida en un campo de concentración era luchar contra la muerte o del sentimiento de querer que llegue la muerte. La psicología de los guardias del campamento era: En Primer lugar: existían guardias sádicos, en Segundo lugar: guardias muy severos y en tercer lugar: los sentimientos de los guardias que habían sido testigos de las brutales palizas del campo.
Los kapos daban latigazos por cualquier cosa, desde hacer cara de asco, apenas poder levantarse por la enfermedad o ir a la enfermería fuera de hora (esto se consideraba como un ardid para zafarse del trabajo). Unos meses después de nuestra entrada al campo, subir 2 escalones de 15 centímetros era mucho por culpa de la malnutrición. La psicología del prisionero cambiaba, se acostumbraba a ver los latigazos sin sentir nada o de ver cosas crueles sin sentir ni apartar la vista. Incluso llego el momento en el q Viktor , cuando estuvo en los cuartos de prisioneros con tifus, que podía ver un cadáver azotando la cabeza contra las escaleras y luego ver su ojos vidriados, que parecían observarlo, sin sentir nada, ni pena, ni misericordia simplemente nada.
Decisiones que debe tomar en el campo y postcampo, le llevan a colocarse de frente con la idea del suicidio, y hallar por él mismo el sentido de la vida, su vida; única e irrepetible. El desplome del ánimo durante el tiempo que permaneció en Auschwitz le hizo ver el suicidio como una opción, pero era algo trivial de llevar a cabo, ya que el prisionero promedio terminaría muerto de todas maneras.
Pasados los primeros días, incluso las cámaras de gas perdían para él todo su horror; al fin y al cabo, le ahorraban el acto de suicidarse. Compañeros a quienes había encontrado más tarde le habían asegurado que no fue uno de los más deprimidos tras el shock del internamiento. El recuerda que el limité a sonreír y, muy sinceramente, cuando ocurrió este episodio la mañana siguiente a la primera noche en Auschwitz. Porque todo esto es lo peor ya que si se tenía una pequeña ampolla en el talón, y un SS lo veía, esto los apartaba a un lado y al día siguiente los mandaba a la cámara de gas.
El pensaba que su falta de emociones no se hubiera sorprendido desde el punto de vista del interés profesional, ahora no recordaría este incidente, tal era el escaso sentimiento que en él despertaba.
Lo que hace daño la apatía, el adormecimiento de las emociones y el sentimiento de que a uno no le importaría ya nunca nada eran los síntomas que se manifestaban en la segunda etapa de las reacciones psicológicas del prisionero y lo que, eventualmente, le hacían insensible a los golpes diarios, casi continuos.
Cuenta como en su mundo el agarraba los restos de las hediondas patatas de la comida del mediodía, cuando veían un cadáver que lo arrastraban, otro decidía que los zapatos de madera del cadáver eran mejores que los suyos y se los cambiaría.
Todo esto él lo veía impertérrito, sin conmoverme lo más mínimo. Cuando retiraban al cadáver, lo cogían por las piernas, dejaba que se deslizara al estrecho pasillo entre las dos hileras de tablas que constituían las camas de los cincuenta enfermos de tifus y al cadáver lo arrastraban por el desigual suelo de tierra hasta la puerta. Tras unos cuantos meses de estancia en el campo, eran incapaces de subir las escaleras sin agarrarse a la puerta para que les den impulso. El hombre que arrastraba el cadáver se acercaba a los escalones. A duras penas podía subir él; a continuación tenía que izar el cadáver, esto era algo increíble.
Me gustaría detallar algunos fragmentos en mi ensayo del libro El Hombre en Busca de Sentido donde el autor describe lo sucedido. Frankl cuenta que sus frías manos agarraban la taza de sopa caliente de la que él sorbía con avidez, él miraba por la ventana. El cadáver que acababan de llevarse y lo estaba mirando con sus ojos vidriosos; sólo dos horas antes había estado hablando con aquel hombre. El seguía sorbiendo su sopa. Estos relatos nos llevan a lo más profundo del ser humano, es impactante.
Como dice el autor muchos cautivos que le compadecieron se quedaron en un campo donde el hambre se iba a ensañar en ellos con mayor fiereza que en este nuevo campo. Habían intentado salvarse pero lo que hicieron fue sellar su propio destino. Meses después, tras la liberación, encontró a un amigo de aquel campo, quien le contó que él, como policía, había tenido que buscar un trozo de carne humana que faltaba de un montón de cadáveres y que la rescató de un puchero donde la encontró cociéndose. El canibalismo había hecho su aparición; el autor nos comenta que se fue justamente a tiempo.
Esto es desagradable, pero muchos nazis en ese tiempo hasta se mofaban de esto. Como decía el Nazi El líder nazi Hermann Goering, bromeaba acerca del canibalismo en los campos, diciéndole a un diplomático que en los campos de los prisioneros de guerra soviéticos, después de haberse comido todo lo que era posible, incluyendo las suelas de sus botas, ellos han empezado a comerse unos a otros y lo que es aún más serio, se han comido también a un guardia alemán. Esto es atroz.
El prisionero de un campo de concentración temía tener que tomar una decisión o cualquier otra iniciativa. Esto era resultado de un sentimiento muy fuerte que consideraba al destino dueño de uno y creía que, bajo ningún concepto, se debía influir en él. Estaba además aquella apatía que, en buena parte, contribuía a los sentimientos del prisionero.
Como nos dice el psicólogo como será posible que hombres de carne y hueso como los demás pudieran tratar a sus semejantes en la forma que los prisioneros aseguran que los trataron. Como nos explica el autor de que si tras haber oído una y otra vez los relatos de las atrocidades cometidas se llega al convencimiento de que, por increíbles que parezcan, sucedieron de verdad, lo inmediato es preguntar cómo pudieron ocurrir desde un punto de vista psicológico. Para contestar a esta pregunta, aunque sin entrar en muchos detalles, es preciso puntualizar algunas cosas. En primer lugar, había entre los guardias algunos sádicos, en el sentido clínico más estricto. En segundo lugar, se elegía especialmente a los sádicos siempre que se necesitaba un destacamento de guardias muy severos. A esa selección negativa de la que ya hemos hablado en otro lugar, como la que se realizaba entre la masa de los propios prisioneros para elegir a aquellos que debían ejercer la función de ‘capos’ y en la que es fácil comprender que, a menudo, fueran los individuos más brutales y egoístas los que tenían más probabilidades de sobrevivir, a esta selección negativa, pues, se añadía en el campo la selección positiva de los sádicos. Se armaba un gran revuelo de alegría cuando, tras dos horas de’ duro bregar bajo la cruda helada, nos permitían calentarnos unos pocos minutos allí mismo, al pie del trabajo, frente a una pequeña estufa que se cargaba con ramitas y virutas de madera.
Esta obra no trata de enfatizar los horrores que se vivieron en los campos de concentración donde él permaneció y vivió en carne propia dichos maltratos. Tampoco pretendo que sea “El Hombre en Busca del Sentido ensayo por capitulos”, ya que en este trabajo quiero expresar mi opinión sobre lo leído y hacer el paralelo con la sociedad actual.
Los insultos eran lo peor de los golpes. Viktor se ganó a un Capo, ya que en las caminatas escuchaba sus historias y lo impresiono con su diagnóstico psicoterapéutico. Esto le conseguía muchos favores. Algunos capataces eran muy malos, hacían lo que estaba en sus manos para hacerles la vida imposible, mientras que había otros que hacían lo que podían para no fastidiar tanto, al menos en el lugar de trabajo. En esta segunda fase la apatía serbia como autodefensa.
También existía la carencia absoluta de la vida sentimental, lo comprobó en el traslado de Auschwitz a Dachau, logro ver un poco de su ciudad natal. Todos sospechaban q se dirigían al campo de Mauthausen y eso significaba pocas semanas de vida. A pesar del primitivismo físico y mental, impuestos a la fuerza, aún era posible desarrollar una profunda vida espiritual.
Un día se puso a pensar en su mujer, lo que le dio un pequeño momento de felicidad, porque lo dejo escaparse de la realidad y platicar con su mujer en su mente.
Ver ahora un gran paisaje o una hermosa puesta de sol era hermoso después de todo el tiempo q se los privaron, incluso mientras comían había presos q les decían q salieran a ver esa puesta de sol.
También el arte, no arte de pintar sino como chistes y poesía, era muy bueno porque siempre es importante estar lo más contento q se pueda. El humor es otra de las armas del alma en su lucha por la supervivencia.
No se imaginan el poco valor q se les concedía a la vida humana. A nosotros lo prisioneros nos trataban como rebaño y los sargentos y kapos eran los perros guía si te separabas del grupo tan solo unos centímetro te tocaba una patada, si te atrasabas te tocaba un golpe, etc. L9s prisioneros se convertían en números, estar vivo o muerto no importaba en un número. El prisionero tenía un miedo brutal a tomar decisiones o a adoptar cualquier iniciativa. Un día tuvo una oportunidad pero algo salió mal y no pudieron, pero esto les día algunas provisiones. Otro día q pretendía escaparse con un amigo mientras estaba en el campo de ‘reposo’ como médico, no lo pudo hacer después de hacer su ronda así que decidió sobre su destino y se sintió aliviado.
Tuvo otro intento de escape, el último día en el lager, pero llego la Cruz Roja y ya no lo hicieron luego trasladaron a la mayoría a otro campo, sin incluirlo a él y a su amigo, lo q al final pareció un gran alivio por el frente de guerra llego al campo de Viktor y los q salieron en los camiones al parecer habían acabado carbonizados.
Al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la última de las libertades humanas-la elección de la actitud personal que debe adoptar frente al destino-para decidir su propio camino. Libertad interior
Quien quiere ser espiritual y mentalmente. Y es precisamente esta libertad anterior la que nadie nos puede arrebatar, la que confiere a la existencia una intención y un sentido.
Al principio del libro, Frankl nos habla de la oportunidad que tuvo de escapar, de irse a otro país y escapar de la brutalidad de la época gracias a su profesión. Igualmente nos explica por qué se quedó, revela el amor a su familia y a sus padres. Además de contarnos algunos de los horrores en un campo de concentración nazi, Viktor nos cuenta lo que su mente creaba en medio de sus noches frías y hediondas, repletas de suciedad y oscuridad. Cuenta como cada una de esas experiencias lo hicieron crecer y analizar, entender muchas cuestiones de la vida y la mente cada una de sus experiencias en el campo lo llevaron a concretar un párrafo de su libro y obtener un análisis propio de un médico, que al final lograrían formar la tan aclamada psicoterapia llamada ‘logoterapia’. Este libro tal vez los haga sentir como hasta cirto punto algo tontos con sus preocupaciones, pero estoy seguro que les abrirá los ojos de una u otra manera. Cuando nos vemos ante una dificultad o un aprieto en nuestra vida que nos lleva a perder la cordura del momento, la esperanza que nos queda se vuelve turbia o simplemente desaparece.
Muchas veces no nos detenemos a pensar que es lo que en realidad nos aqueja y que tan grave es esto como dice el profesor No te vas a morir no pasa nada si repruebas una materia o tuviste otro problema.
Nuestra forma de pensar se hace envidiosa y pedante, nos damos más importancia de la que en verdad necesitamos, sumiendonos en un hueco de autotortura y vacío existencial, tornando a nuestras insignificantes problemas en grandes preocupaciones sin darnos cuenta que catástrofes como esta han o están pasando en el mundo, y nosotros, ajenos a esa realidad, solo pensamos en nuestro diario vivir que, comparado con estos casos, es una completa utopía. ¿Qué si se reflexiona? Claro, mucho, diría yo. El problema está en que esa reflexión perdure y no se vuelva un recuerdo lejano y empolvado. Esta obra me hizo entender cuán insignificantes pueden llegar a ser mis preocupaciones diarias y dolores de cabeza, me hace darme cuenta de cuán desagradecida soy con la vida.
Que una persona en tal grado de desnutrición, enfermedad, dolor, maltrato, etc pudiera encontrar sentido en su vida, amor, felicidad, y tantísimas cosas más que muchos de nosotros aún no podemos, me hace querer reflexionar sobre mi diario vivir, porque definitivamente mis prioridades están mal y estoy enfocando mis esfuerzos de una forma bastante equivocada.
Este libro te puede generar o por lo menos a mi una clase de mini crisis existencia de pues porque hago lo que hago no se muy bien como explicarlo pero es como un porque hago eso si de todas formas no va a pasar nada realmente grave.
Podemos decir que la esencia de la existencia en la capacidad de ser responsable se refleja en el imperativo categórico de la logoterapia; a saber: Vive como si ya estuvieras viviendo por segunda vez y como si la primera vez ya hubieras obrado tan desacertadamente como ahora estás a punto de obrar. Me parece a mí que no hay nada que más pueda estimular el sentido humano de la responsabilidad que esta máxima que invita a imaginar, en primer lugar, que el presente ya es pasado y, en segundo lugar, que se puede modificar y corregir ese pasado: este precepto enfrenta al hombre con la finitud de la vida, así como con la finalidad de lo que cree de sí mismo y de su vida.
Esta historia nos deja una enseñanza inmensa de lo que es el ser humano en su esencia, precisamente de ello reflexiono en este ensayo del libro El Hombre en Busca del Sentido. Como criticamos a otros de lo que toleran la maldad hacia otras personas, que les podemos llamar sádicos para hacer el mal. El autor se sumergió en esta experiencia para darnos cátedra de lo que es una investigación impecable, el mismo nos cuenta la historia de un campo de concentración ya que él, ha sido unos de los pocos supervivientes y ha llegado a ver que una vez dentro del campo de concentración se realizaba una selección.
Puedo decir que se siente en lo más profundo lo que haya pasado con la perdida de tantas vidas en eso momento, tan complicados. La vida en el campo de concentración ingreso hasta lo más hondo del alma humana, sacando lo peor o lo mejor que hay en ella.
Esto nos permite conocer con gran profundidad, que es el hombre. Puedo decir que es el ser que creo las cámaras de gas, pero también el que entró en ella. Esto nos deja que siempre quedaba un reducto de libertad interior en cada ser, y las diferentes personas que vivieron aquél sufrimiento de manera diferente, vieron en ese sufrimiento una oportunidad de desarrollo personal como es el caso del autor.