El Mundo Habla De La Paz, Pero Nadie Educa Para La Paz
Educar para la paz
Esforzarse por alcanzar la paz es algo que nos debe de importar a todos, no solo a los gobiernos, a los líderes mundiales o a las organizaciones internacionales como la ONU. Cada uno de nosotros puede contribuir a que este valor se imponga y mantenga. La manera más fácil de comenzar esforzándonos cada día para que en nuestra casa y en la escuela reine el entendimiento. Todos, sin importar la edad que tengamos, podemos contribuir con nuestro granito de arena para lograr que los conflictos o las diferencias se arreglen dialogando y no mediante la agresividad. Es fundamental aprender y enseñar a los demás que los golpes y los insultos, lejos de solucionar los problemas lo agravan. En una época en la cual la violencia física y verbal parece haber crecido, el reto de la paz es más necesario que nunca.
Se dice que no existen sociedades violentas, sino individuos que actúan con violencia. También se afirma que los sujetos no nacen violentos, si no que se vuelven así como resultado del contexto en el que se desarrollan y de las influencias que reciben. Si aceptamos que ambas afirmaciones son ciertas, resulta que el camino que conduce a la paz comienza en el hogar. Es ahí donde los niños y las niñas reciben las primeras nociones sobre lo que está bien y lo que está mal. También sobre la convivencia de vivir en un ambiente amable y armonioso en el que prevalezca el respeto entre los miembros de la familia. De esta manera al formar mejores hijos, los padres contribuyen a formar un mejor país.
Por otro lado, muchos maestros primerizos sueñan con un grupo que “no de problemas”; un grupo formado exclusivamente por alumnos tranquilos, ordenados y responsables; un grupo homogéneo con el cual sea posible trabajar en paz .los profesores más experimentados, en cambio, saben que el salón de clases es una especies de microcosmos que refleja la diversidad, complejidad y contradicciones de la sociedad entera. En este sentido, es importante estar preparados para enfrentar todo tipo de situaciones, en particular aquellas que amenazan con afectar las relaciones dentro del aula y complicar el logro de los objetivos académicos.
Existen muchas formas de promover la paz, pero principalmente, esta se debe practicar en todos los lugares y personas, que se desenvuelven en los diferentes ámbitos: social, económico, político y cultural; siempre vasados en ese valor que es el respeto el cual se debe imponer cuando queremos que se escuche nuestra voz y nuestras ideas sin consecuencias mayores. De un tiempo para acá, México era muy distinto al que hoy conocemos, era un lugar donde había libertad de expresión, podías caminar libremente hasta altas horas de la noche, sin temor a ser agredido. En este tiempo, los niños no veían asesinatos hechos con bestialidad: una cabeza aquí, un brazo allá, los órganos mas allá. Tampoco palabras qué hoy en día se encuentra en el vocabulario de todos, de manera muy común y cotidiana: narcotráfico, crimen organizado, armas de alto poder, drogas, que los medios de información amarillistas se han encargado de difundir y matar de un solo golpe la inocencia infantil.
Hubo momentos, que en nuestro país eran respetadas las opiniones, siendo el arma mas poderosa para resolver cualquier inconformidad por grande que fuera; es decir, se practicaba y prevalecía la paz. Sin embargo hoy en día desafortunadamente somos testigos de la gran ola de violencia que se vive en nuestro país.
Aún así, nuestro México es uno de los países más bellos del mundo, pero también uno de los más peligrosos e inseguros, donde menos se practica la cultura de la paz actualmente a nivel mundial. De acuerdo a las estadísticas, suena alarmante que nueve ciudades mexicanas hasta ahora, se encuentran entre las más violentas nivel internacional. De estas, Acapulco ocupa el tercer lugar. Hoy en día, la sociedad vive en una ola de violencia, pero no es solo la lucha entre los carteles, sino también entre padres de familia; familias contra sus propias familias, vecinos contra vecinos, hijos contra hijos estudiantes contra estudiantes. Es decir, somos mexicanos contra mexicanos, mostrando una pérdida total de valores que nuestros antepasados nos inculcaron como forma de vida y parte de nuestra educación. Es lamentable ver: a madres desesperadas, porque le secuestraron a un hijo y no lo encuentran; a todos los que luchan contra el crimen organizado por rescatar a sus familias; a hijos que pierden a sus padres y, últimamente ese ataque a la mujer llamado feminicidio que está azotando en nuestro país como una ola más de violencia .al unísono digamos “Basta “no más secuestros; no más desaparecidos no más sangre derramada; no más vidas consumidas; no más lágrimas rodadas. ¡Promovamos LA PAZ! ¡Eduquemos con PAZ!
Es imposible seguir viviendo con miedo a vivir; es imposible seguir viviendo con miedo a caminar en la calle donde un tiroteo se suelte y me toque una bala perdida. Debemos tener la libertad de caminar en las calles sin preocuparnos de que seremos uno de los tantos secuestros que día a día ocurren en nuestro país. Se sabe que la familia es el pilar de la sociedad, donde se deben inculcar los valores, la moral, las virtudes y; por tanto los hijos siguen el ejemplo de los padres. Pero, ¡para nadie es un secreto! Que la mayoría de las familias usen como métodos de corrección: los insultos, golpes, gritos, agresión y otros, que lejos de ayudar a fomentar la paz y educar con paz continúan con lo mismo, generación tras generación.
Hoy en día, los niños con frecuencia, se encuentran solos en las mayorías de las familias; viendo televisión, videojuegos e internet donde aprenden estilos de vida, cuyos comportamientos están basados en la falta de respeto, agresión y violencia, que lejos de educar mal informan y provocan conductas de violencia. Vamos, me pregunto ¿Dónde están los padres? ¿Dónde quedaron las familias que educaban en valores?¿ Donde quedó el México que vivía en paz ¿¡ya basta! La falta de paz no es problema que origina solo los carteles y las mafias, es de todos los ciudadanos y como tal, toca a todos resolverlo. ¡No es posible que no podamos fomentar La Paz y ser libres!
¡Vivimos en un país maravilloso! Pero nosotros mismos lo estamos desprestigiando: debemos rescatarlo, si así lo queremos; también a nuestro estado tan conocido y querido mundialmente; a nuestra gente: niños y adolescentes de manera urgente y especial. Hagamos de este lugar donde se practica la cultura de la paz, regrese y se transmita a la nuevas generaciones. Ciudadanos, padres de familia, maestros y autoridades aquí presentes no queremos toques de queda ni encierros en casa que en nada ayudan para erradicar la violencia y fomentar la paz; necesitamos una educación en valores de manera urgente. Padres, está en sus manos educar con paz para que haya paz, no queremos una educación basadas en insultos, quiten los gritos y mejor denles a sus hijos educación, tiempo, afecto y dedicación o mejor aún fórmenlos con el ejemplo. Hazlos ciudadanos de excelencias y no criminales en potencias; enséñeles con el ejemplo que no se necesita robar para vivir, matar para comer, asesinar para seguir viviendo, agredir para ser escuchados.
Para contribuir con esto, se deben hacer más actividades denominadas “Escuelas para padres” como las que al inicio del ciclo escolar se realizaron en mi institución educativa, que en mucho ayudaran a nuestros padres de familias y mejoraran el trato con sus hijos. En cuando a ti, maestro, no queremos autoritarismo, queremos que sean prácticos y nos enseñen los valores con su ejemplo. Gobierno de todos los niveles, si les van a quitar las armas a esos jóvenes involucrados en el narcotráfico, deben crear empleos para contratarlos. Cambiemos la violencia por La Paz.
La educación para la paz no es una opción más, sino una necesidad que los padres de familia, la institución educativa y sociedad en general deben asumir , basada en valores como: la justicia , democracia, solidaridad tolerancia, convivencia, respeto , cooperación, autonomía, racionalidad, amor a la verdad etc.
“Cuando me preguntaron si existía algún arma capaz de contrarrestar el poder de la bomba atómica, yo sugerí la de todas: la paz”. Albert Einstein.