El Paisaje Y La Poesía Contemporánea Española
La arquitectura es el arte de proyectar, diseñar y construir edificios. Para desarrollar este arte es necesario adquirir una cultura de proyecto, de ciudad y de lugar; y por tanto, un acercamiento a otras formas artísticas es primordial para la consolidación del proyecto arquitectónico.
A lo largo de los siglos, el arte y la arquitectura han homenajeado la belleza, por la necesidad de expresar los sentimientos y las emociones de sus obras. La única diferencia que existe es la búsqueda de versatilidad y funcionalidad que emprende la arquitectura, mientras que el arte exclusivamente se centra en la adecuada comunicación de los sentimientos del artista.
Una de las formas artísticas a la que la arquitectura se aproxima y se contagia es la literatura, no únicamente como arte de la expresión hablada o escrita ni como arte que estudia las obras literarias, sino que también encontramos en sus obras una visión, reinterpretación y recreación de la realidad mediante el uso del lenguaje en forma estética.
La literatura permite al lector adquirir una cultura de lugar, un entendimiento y reinterpretación del mismo, como por ejemplo, mediante la presencia del paisaje en obras literarias. En este ámbito, podemos distinguir diversos géneros literarios clasificados en función del contenido encontrado en sus obras.
El género lírico es aquel que se refiere al mundo de las emociones y los sentimientos. Es por ello que en él encontramos la poesía, género lírico que es entendido como la expresión artística que transmite las emociones, los sentimientos y las reflexiones que nacen en el hombre tras la influencia de la realidad, con ayuda de la palabra.
En la poesía, el paisaje es un aspecto de gran relevancia puesto que en las obras poéticas se aprecian diversas formas de entendimiento y reinterpretación del mismo, según el sentido y significado que le sea otorgado por el escritor o por la creación mental que realice lector.
El paisaje engloba a un observador y algo que puede ser observado, ningún observador tendrá la misma experiencia frente a un paisaje puesto que interviene sobre la realidad convirtiéndola en un experiencia subjetiva. El término paisaje tiene diversas acepciones en cuanto a su significado se refiere.
El paisaje en geografía se entiende como las superficies en las cuales diversos elementos intervendrán entre sí, en un espacio geográfico definido.
El paisaje cultural es un espacio definido con un gran antecedente histórico o significativo para una región.
El paisaje en el arte se refiere a la percepción sensorial de una porción de terreno que se obtiene mediante una mirada atenta de un individuo, con la complejidad psicológica y social que esto implica. El paisaje posee una base natural en la que ocasiones repercuten acciones del ser humado como pueden ser la construcción, la contaminación, etc. La base natural de éste es percibida, interpretada y transformada por la sociedad. También alberga las experiencias y aspiraciones de la sociedad, poseen símbolos que expresan pensamientos, ideas, emociones, etc.
En la relación escritor-lector, el paisaje se reconoce en infinidad de formas posibles, según la medida en que es percibido a lo largo de la historia.
Por tanto, el paisaje presenta la realidad del mundo y una manera de observarlo e interpretarlo, incluso surge un deseo por modificarlo y mejorarlo debido a que las personas se sienten parte de un paisaje porque establecen complicidades con el mismo. Estas complicidades son las que provocan que el paisaje natural, se convierta en paisaje cultural ya que transmiten al paisaje sus emociones y valores.
La mirada de los poetas españoles hacia el paisaje es una mirada metafórica e imaginativa. En la antología poética del paisaje de España, se recogen multitud de poemas referidos a los elementos que componen la naturaleza del paisaje, más concretamente, a los ríos, al mar y a las estaciones climáticas.
Es por ello, que el paisaje no es únicamente algo nostálgico, bello y sensual, sino que también es vida, movimiento e incluso en algunas ocasiones es protagonista, ya que se presenta con un carácter impositivo sobre otros aspectos que componen la temática de la obra poética. Es capaz de adoptar una gran diversidad de formas, de lo real y descriptivo a lo sensible y alegórico.
La poesía es un paisaje sensible y el paisaje es una creación poética. El poema es el conciliador entre el sentimiento y el paisaje que permite manifestarlo, a pesar de ello, estos se conservan diferenciados.
La poesía contemporánea española
El contexto histórico en el que nos ubicamos es uno de los más importantes en España gracias a la cultura, el crecimiento económico, la maduración política y la evolución de la democracia. España se encuentra entre los países europeos y del mundo, donde priman los derechos a las libertades, como la libertad de la producción artística, literaria y cultural, expresados claramente en el panorama cultural y en la literatura.
Al entusiasmo por las nuevas libertades se enfrenta el desencanto, consecuencia de una sociedad en constante cambio y movimiento. El rechazo a las utopías y las ideologías de la modernidad, lleva al individualismo y a lo parcializado en busca del propio conocimiento del autor y, también engloba el rechazo a la religión: surge una sensación de desconfianza de lo racional y ético, de lo que se supone que conocemos y de los principios de lo considerado como buenas actuaciones. La desconfianza en la racionalidad humana se debe a su vez, a una serie de nuevos acontecimientos. El hambre, las catástrofes naturales, el terrorismo y las guerras son los principales problemas que existen en este nuevo mundo.
Otro de los factores protagonistas de este nuevo mundo es la tecnología, que muestra una nueva sociedad debido a la información multimedia, el asentamiento de soportes renovados, la navegación virtual y los nuevos procesos comunicativos a través de la denominada mensajería de urgencia. Por ello, nace una nueva realidad innovadora y altamente tecnificada.
Con la aparición de la era digital y su eminente crecimiento, se aprecia una clara conexión entre el momento poético y la tecnología. La tecnología, a pesar de ser una herramienta con escasa sensibilidad, ofrece refugio a la poesía lo que está provocando un movimiento ascendente en la producción poética y en el número de seguidores de este género literario que siempre ha sido de corrientes mínimas.
Cabe destacar como un género como a poesía, siempre relacionada con minorías, ha encontrado una nueva fuerza en la llamada poesía contemporánea que es más asequible y sencilla que los clásicos anteriores de este género literario. Por ello, la poesía contemporánea es una poesía que se consume con mayor facilidad.
Internet permite al escritor tener a su disposición una gran biblioteca de acceso inmediato y por ello, disminuye la dependencia de las búsquedas tradicionales, sin embargo, no se puede garantizar la verificabilidad de dicha información. Además, los autores utilizan las redes sociales, canal de distribución y educación, para difundir el contenido de sus obras, a través de diversas propuestas de un mundo globalizado que erigen Internet: revistas digitales, diarios de lecturas, lugares de experimentación visual o blogs.
Por su naturaleza fragmentada y diversa, la poesía es el género literario más encontrado en redes sociales, ha ganado visibilidad y seguidores gracias a la red. Son conscientes de la herramienta y la utilizan para expandirse y dar a conocer las obras poéticas, sin renunciar a la búsqueda formal. Por ello, la manera de presentación de este género literario es totalmente novedoso.
La rápida difusión de la poesía en las redes, ha generado un gran debate porque debido al aumento de poesía que encontramos en las redes, se propaga más buena poesía pero a la vez, más mala poesía. Se escribe más, pero eso no significa que se escriba mejor.
La tecnología, afecta a la poesía como género en cuanto a la temática, los contenidos desarrollos, los recursos estilísticos empleados y las sensibilidades estéticas. Esto conduce a los nuevos poetas a una profunda reflexión a través de la creación de una poética singular. Cada situación conduce a su propia poesía porque cada una de ellas produce una forma de imaginar el entorno y reflexionar sobre él. Además, la tecnología también permite una sintonía entre el emisor y el receptor de los poemas puesto que existe a diferencia de épocas anteriores, un espacio de intercambio de pensamientos entre el que escribe y el que lee la obra. También destacan los diversos canales existentes en los que podemos escuchar a los propios autores recitando sus propios textos para acercarse cada vez a un mayor número de seguidores.
En este marco contextual, cabe destacar que las principales tendencias poéticas a comienzos del siglo XXI son la mezcla de contemplación y reflexión, el compromiso social, el nuevo simbolismo y el equilibrio entre la vida y la cultura. El lector ha asistido a la renovación de los modelos literarios hasta la constatación de una autentica disgregación estética.
A comienzos del siglo XXI, varios síntomas permiten explicar la disgregación de las poéticas que convivían bajo la poesía figurativa, tendencia cultivada en los años ochenta y noventa. En primer lugar, la consolidación del canon experiencial. En segundo lugar, la lírica figurativa como objeto de crítica. Y en tercer lugar, la ampliación del campo de batalla teórico. Incluso cuando surgen proyectos programáticos, su finalidad no es manifestarse en contra de una escritura identificada con los mecanismos del poder tanto como si lo es pronunciarse a favor de una poesía comprometida con los desafíos sociales de nuestro tiempo.
La postpoesía reclama la sustitución de la modernidad lírica por un modelo posmoderno que no puede renunciar a la dimensión mercantil de productos ni a la revolución tecnológica, ni a la expresión metafórica de los significados. Dicho modelo poético posmoderno se caracteriza por la ruptura con la tradición del pasado inmediato, la incesante búsqueda de originalidad en la creación literaria, la acogida de principios estéticos radicales con un posicionamiento contrario a las normas artísticas tradicionales, la experimentación técnica en el uso del lenguaje sin restricciones en la libertad verbal, el hermetismo en el contenido del mensaje, la continua invención en el fondo y la forma y, la ruptura gramatical como efecto de la tensión emocional.
Además, la poesía española del tercer milenio ha llegado a un punto en que debe elegir bifurcaciones. Por un lado, continuar tercamente los caminos trazados a principios de los ochenta. Por otro, acechar los espejismos de una novedad que sólo es tal en la medida en que supone volver la mirada hacia los antepasados literarios.
Con todo, el lector actual presencia una de las eventuales transformaciones de energía que pautan la historia de la literatura. La poesía de la experiencia sobrevive ahora bajo una apariencia más heterogénea de la que pudo parecer en un primer instante. Todo ello favorece a la contigüidad estética entre la poesía de la experiencia y algunos rasgos propios de la poesía metafísica, aunque todavía perdure la escisión entre dos planteamientos contrarios, que conciben la labor creativa como fuerza moral.
En el tercer milenio, los nuevos poetas españoles son atentos, comunicativos y conciliadores entre la literatura y el mundo actual. Estos nuevos autores tienen mucho que transmitir acerca de los nuevos acontecimientos que derivan en una sociedad en crisis. Nacidos en democracia, son poetas viajeros, globales, urbanos, directos y en permanente conexión con la actualidad. Lo más llamativo de los nuevos poetas es la ruptura con las antiguas tradiciones españolas y la mirada atenta a otros referentes mundiales, la exaltación del amor y la pérdida, la crítica y el posicionamiento cómico sobre todo lo que les rodea.
En definitiva, destaca su incansable búsqueda de una voz personal que les satisfaga, sin desprenderse de ninguna tendencia literaria. De tal modo, el pensamiento reflexivo proviene de la experiencia propia y de la aventura.
A principios del siglo XXI, varias alternativas aspiran desvincularse de la realidad material para buscar nuevas relaciones entre el hombre y el universo. Los poetas, rompen con la poesía de la experiencia mediante el realismo meditativo. Es evidente el rechazo de los cánones del realismo y la invención de una nueva simbología a través de materiales anteriores como el surrealismo. En ese sentido, la mezcla de vitalidad y nostalgia pervive ahora bajo un envoltorio retórico distinto. Se desarrolla una poética de la intensidad en la que el sustrato pesimista se va matizando a través de la celebración de la existencia o de la búsqueda de la trascendencia en el recinto de la intimidad. De este modo, lo sustantivo no es la experiencia individual que da piel al poema, sino “el corolario meditativo que en ella desemboca”, y que no siempre requiere el apoyo de la biografía.
En los autores del tercer milenio aumenta la sensación de asistir a un constante proceso de reescritura poética, en un momento en que el afán de trascender las formas conocidas se desarrollan sobre un entorno ideológico apenas propenso a las rupturas. Los nuevos poetas han aprendido a caminar por el filo de las palabras evitando dos riesgos complementarios: el excesivo hermetismo de una poesía en construcción, que no duda en exhibir sus cicatrices expresivas, y la fascinación por un universo referencial que podría derivar en una archiestética deudora del culturalismo novísimo.
Por ello, el lector puede comprobar el auge de una retórica minimalista, acorde con un mundo que ha perdido la confianza en los grandes relatos y que aspira a construir narraciones portátiles.
Además, otro medio de ampliar la tendencia figurativa consiste en vincular la experiencia personal con la experiencia cultural, desde la premisa de que la identidad no está constituida únicamente por las circunstancias biográficas, sino también por las películas que el sujeto ha visto, la música que ha escuchado o los cuadros que ha tenido ocasión de contemplar y, por tanto, las sensaciones y emociones que surgen en el sujeto debido a la contemplación dichas obras artísticas. La interiorización de la cultura como componente indisoluble de la subjetividad impugna la asociación simplista entre la poesía actual y el anecdotario íntimo.
Una de las vías recurrentes en el siglo XXI es la renovación del compromiso cívico. Las sucesivas derivaciones del realismo meditativo, nueva expresión de la poesía crítica o social especialmente apropiada para momentos de crisis, favorecieron asimismo la evolución desde un compromiso en el que la aparente insolidaridad era la punta de un iceberg bajo el que existía un profundo desencanto, hasta la aceptación de una postura cívica sin ambigüedades.
Por consiguiente, la poesía actual supera los monopolios estéticos y las restricciones programáticas, repercute de forma inmediata a través de la red y refuerza la sensibilidad de manera eficiente y diversa. Con una posición cercada a la estela figurativa destacan diferentes rasgos como el referencialismo, la reflexión meditativa y la aportación de imágenes que permite realizar una interpretación simbólica de la realidad. Además, destaca la implicación y el papel activo con el entorno que les rodea, con el paisaje tanto urbano como rural, por el que sienten una curiosidad hambrienta.
Nos hallamos en un momento en el que se ha retomado el amor por la naturaleza, en ella los artistas encuentran una gran fuente de inspiración. Se retoma el deseo de interrelacionar al ser humando con la naturaleza y el paisaje, la reflexión acerca del sentido de existencial del hombre y del mundo.
El retorno de la naturaleza, coincide con el auge de los movimientos ecológicos, posiblemente como crítica hacia la invasión de las nuevas tecnologías. Los escritores contemporáneos buscan transmitir al lector la preocupación por el impacto del hombre sobre el planeta a través del compromiso, para ello buscan acercar al lector a la reflexión y la postura responsable, gracias a la utilización de numerosos recursos como la pregunta retórica, con el objetivo de obtener respuestas ante el mayor reto al que se ha enfrentado la humanidad.
La representación de la ecología en los poemas enmarca también, una nueva perspectiva que supone una apuesta metodológica por la renovación educativa ligada a la didáctica del patrimonio y de la construcción de lo individual y lo colectivo.
Esta nueva temática poética trata un nuevo realismo, humanista y social, donde la subjetividad del autor se presenta como medio y modo de transmitir las formas y contenidos de la obra. También, el concepto de sostenibilidad está presente en estas obras mediante la valoración de la naturaleza y la denuncia de la actual alteración global y, pretende promover el compromiso ético desde una perspectiva simbólica y emocional.
La ciudad se presenta como punto de unión de la sociedad, compartida por todos. Se pasa de la individualidad hacia la colectividad más absoluta. Es en este contexto cuando el marco urbano se considera centro indiscutible de creación, donde se desarrolla el arte público y, centro de relaciones sociales, económicas, demográficas, artísticas, culturales y políticas. La ciudad es comprendida como entidad que alberga distintos grupos sociales.
Los poetas contemporáneos pondrán en manifiesto en sus obras, una nueva visión acerca del paisaje urbano, ya sea real o imaginado, que contrastará con la ciudad moderna. Este manifiesto permitirá al lector construir su propia imagen urbana actual.
En las obras poéticas, la ciudad ha sido creada y recreada como obra de arte y, además, se ha considerado como el predominio del hombre sobre la naturaleza. La ciudad es representada, percibida y recreada subjetivamente a través de la mirada del poeta, estableciendo nuevos mensajes y significados, ya sean críticos o creativos. Para ello, destaca el empleo del lenguaje abstracto, el apego y rechazo por lo urbano y, el caos final.
La incorporación de temáticas relevantes en la actualidad española, ha permitido situar a la poesía como asunto público, artículo de consumo social y cotidiano. Estas temáticas importan a la sociedad y compromete al autor a que a través de sus obras se entiendan diversas perspectivas sobre el impacto del ser humano en la naturaleza.
Además, la divulgación en los nuevos medios comunicativos permite su pronta difusión y mayor visualización. Es por ello, que debe considerarse a la poesía y a la literatura en general, junto a otras artes, como herramientas influyentes en la sociedad española actual. El tratamiento de temas relevantes y que provocan cierta sensibilidad a la sociedad, contribuye a la concienciación de los mismos.
De tal modo, actualmente, el arte y la literatura pueden suscitar una educación, una transmisión de conceptos para promover el pensamiento ético, partiendo de la imaginación a la práctica. A pesar de esto, se debe tener en cuenta que el concepto de habitar en un mundo en equilibrio, se está manipulando con fines políticos, se engaña a la sociedad utilizando las obras artísticas. Por consiguiente, se espera que la concienciación y la promoción del cambio de las acciones sociales, tanto creativa como cotidiana, supere a la propaganda engañosa.
La propuesta de una educación mediante la poética consiste, en modo alguno, en construir una nueva sensibilidad, una nueva ética que se desvincule de la destrucción y de la explotación con la intención final de establecer un nuevo orden ecosocial. Esto no es más que una utopía que debemos hacer realidad, y con esto, debemos recordar que la poesía es el motor esencial de toda utopía.
La poesía nos recuerda que lo esencial de la vida es algo que va más allá del capitalismo, el cual convierte en difícil el trabajo de sensibilización sobre la destrucción del ecosistema terrestre, además de la constante preocupación por el progreso que este nos ha infundado. La poesía es capaz de alterar el orden establecido, de representar nuevo mundos y distintas realidades, de perfeccionar el arte de vivir.
Conclusión
El paisaje además de ser una porción de espacio también es símbolo que transmite mensajes que permiten la creación de una imagen totalmente propia, personal e intransferible. Está vinculado a la historia de las culturas, colabora hacia el conocimiento del ser humano, de sus momentos y sus cambios.
A lo largo de toda la historia de la literatura, el paisaje constituye –y ha constituido- el foco más potente en el que se encuentra la realidad reflejada del ser humano. El espacio observado desde la literatura es un reflejo y una proyección de todo lo que encontramos en el mundo, de lo descriptivo y realista hasta los sentimientos y las emociones, en definitiva mezcla de descripción y sentimiento.
Tal es la importancia del paisaje que incluso ha sido motivo de grandes conflictos territoriales en los que la dimensión paisajística es cada vez más determinante debido a que el hombre se identifica con el paisaje puesto que éste representa tanto el origen como el destino, el hogar.
En consecuencia, la característica principal de la poesía contemporánea española la constituye la defensa de una naturaleza innovadora y libre. Esto conduce hacia una poética de gran diversidad, fruto de un proceso que replantea los valores culturales y del desarrollo de las nuevas tecnologías que influyen directamente en la economía, la comunicación y la sociedad. La diversidad se plantea como la necesidad de asimilar las nuevas estructuras sociales y comunicativas, que han propiciado la fácil divulgación e intercambio cultural, o como consecuencia al caos de la posmodernidad.
La pluralidad de voces que convergen la poesía contemporánea española proviene de la dispersión de planteamientos ya existentes en décadas anteriores. En este sentido, la atomización de la corriente de la experiencia favorece una manera de mirar la realidad posmoderna con los reciclajes de la ideología, las injusticias sociales o los desequilibrios del poder.
La obra poética es cada vez más hábil, directa e independiente y además, trata de englobar la búsqueda de un lenguaje revelador y una mirada crítica de la realidad del mundo actual.
Finalmente, destaca la posición de los nuevos poetas en la poesía española actual. Sus obras no sólo se crean, sino que se recrean en su día a día y pretenden provocar un pensamiento, una conversación, un desafío y una forma de descubrir nuevos ideales y comprender desde una nueva visión la realidad que nos rodea. Se ven obligados a huir de estéticas preestablecidas, a perseguir nuevas formas, desarrollarse en otros caminos alternativos, a independizarse, a improvisar, a romper con su generación anterior, a escapar, a renovarse, a construir nuevos discursos con estilos novedosos que tratan de explorar nuevos espacios. Para estos nuevos poetas, el paisaje se transforma en un pensamiento sobre la realidad y la belleza. Todo ello desde una creatividad absoluta, donde la tecnología ha influido a través de las redes sociales, nuevas herramientas totalmente poderosas que suponen una manera creativa de difundir la poesía.
Bibliografía
- Bagué Quílez, Luis. (2008), La poesía después de la poesía. Cartografías estéticas para el tercer milenio, núm. 13, págs. 49-72.
- Chaves Martín, M.A. (2014), Artistas y espacio urbano: la representación de la ciudad en el arte contemporáneo, Historia y Comunicación Social, vol. 19, núm. especial marzo, págs. 227-288.
- Morante, J.L. (2017), Re-generación. Poesía española para el siglo XXI, Revista Cuadrivio.
- Nogué, Joan (2010), El retorno al paisaje, págs. 123-136.
- Nogué, Joan (2007), Paisaje, identidad y globalización, núm. 7, págs. 136-145.
- Nogué, Joan (2014), Sentido del lugar, paisaje y conflicto, vol. 5, núm. 2, págs. 155-163.
- Ruiz Gómez, E. M. (2009), Paisaje y jardín en el siglo XXI. El retorno al placer de los sentidos. Arte, Individuo y Sociedad, 21. págs. 143-150.
- Ruiz Mantilla, J. (2010), Poetas de aquí y ahora, EL PAÍS.
- VV.AA. (2001), Poesía española actual. Balance y prospectiva, Revista de poesía, núm. 2859.