El Pueblo Y La Gran Ciudad
Introducción
Mi tierra hermosa y gran ciudad. Las punas están muy cerca al Taita Inti el cielo azul que hace brillar más mi corazón y el viento frío que da vida a mis pulmones mi tierra linda la sonrisa más natural, de mi Perú profundo. Los techos de teja, las paredes de adobe o ladrillo y las calles más anchas otros angostos, las casas se construyen de manera desordenada. Y yo, con el corazón en la mano, y sin poder hacer nada, para que mi pueblo querido no tenga algún parecido a la gran ciudad. No es que la gran ciudad no me guste; sus plazas, las piscinas, las calles coloniales, ¡son bellísimas! Como ciudad; sin embargo, el bullicio, los carros, las construcciones no me agradan.
Desarrollo
El Taita Inti mantiene conversaciones con los Apus. Un día el Apu Hatun Marca le pidió al Taita Inti conocer la ciudad, aprender nuevos idiomas. -yo estoy cansado de estar siempre en el mismo sitio, quiero saber que hay más allá de estos cerros, ya me cansé de estar siempre en lo mismo; entonces, el Taita Inti le contestó, pero no puedes dejar desamparados a tus hijos, ellos te necesitan, entonces al Apu Hatun Marka se le ocurrió mandar a uno de sus hijos y acordaron que fuera de ese modo. El Apu Hatun Marka cogió una parte de sus entrañas y formó a un hijo suyo en forma de humano.
El nombre de este fue Uchuy Marka y llevó a su hijo a vivir con una familia del pueblo para que este creciera con ellos, Hatun Marka podría observar y sentir todo lo que su hijo experimentara. Celia fue elegida para ser la nueva mamá de Uchuy Marka, por el Apu Hatun Marka. Por la mañana Celia presentó a Huchuy Marka con sus dos medios hermanos Juan de 13 años y Julia de 12 años al igual que Uchuy. A Celia se le ocurrió poner en la escuela a su nuevo hijo, para que aprendiera nuevas cosas, el día lunes por la mañana Huchuy Marka fue a la escuela acompañada por su madre, quien la dejó a cargo su maestra (Yachay).
Niños, escuches todos, hoy tenemos a un nuevo compañero, Huchuy Marka y quiero que se le escuche, hasta el momento Huchuy solo podía decir algunas palabras en castellano, con voz temblorosa, se presentó a sus compañeros. Imainallan kashankichis, sutiymi huchuy Anchata munakuiquichis, todos en el salón soltaron una carcajada burlándose de Huchuy, pero este no comprendió el porqué de la risa. ¡Niños!- no deberían burlarse así de una persona, dijo la maestra, entonces todos se callaron. Que sonso es este, dijo Manuel a Carlos mientras que este último movía la cabeza. Durante el recreo todos rodearon a Uchuy Marka para realizarle algunas preguntas de rigor que todo estudiante nuevo debía contestar.
Antes que pudiera responder, pregunta tras pregunta hicieron sus compañeros para aturdirlo, ¿De dónde vienes?, dijo Carlos, ¿Cuántos años tienes?, ¿Tienes papás?, ¿Tienes mucho dinero?, a lo que Uchuy no respondía, debido a los empujones que recibía de cada uno de sus compañeros. Poco tiempo después, a pesar de estar aprendiendo comprendió casi a la perfección cualquier cosa; sin embargo, la pureza de su corazón no le permitió entender algunas que eran muy extrañas. José, el esposo de Celia, trabajaba en una carpintería y los compañeros de Huchuy Marka no dejaban pasar la oportunidad para hacerle preguntas, Sr. José y ese hijo suyo.
¿De dónde lo sacaste, acaso es hijo de tu cuñada emperatriz?, Emperatriz tiene 50 años y es soltera no sean malcriados, dijo José. Todos soltaron una carcajada, no les dijo mi hijo Juan, que Huchuy Marka es hijo mío y de Celia, vino con mi hermano Abel por un par de días para conocer la comunidad e ir a la gran ciudad, ¡mentiroso!, ¡ja, ja, ja! Debe ser tu hijo con la hija de Silvana, ¿Pero no dicen que ella había abortado a su hijo?, no Raulito, escuche que había regalado a su hijo a un gringo, Silvana tiene los ojos tan hermosos chaskañawicha, todos estaban enamorados de ella y al final creo que se quedó con el Opa sondor, ¡Mamá, mamá! La felicidad dibujada en el rostro de Huchuy Marka al llegar a casa fue inmensa.
Mamá, aprendí muchas cosas en la escuela tengo muchos amiguitos ellos juegan conmigo en el recreo, ellos juegan conmigo, no me llaman de mi nombre, ellos me dicen opa, que significa eso, las miradas de Juan y Julia lo decían todo, salió unas cuantas lágrimas de los ojos de Celia, hijo mío tu corazón es tan puro y noble. Entonces Celia suspiró desde lo más profundo de su ser, abrazando a su hijo le dijo: lo que te dijeron significa que tú eres inteligente, fuerte, y muy valiente como tu padre el Apu Hatun Marka, con pena en el alma Celia le mintió a su hijo, de la maldad de sus compañeros. Uchuy irguió el cuerpo y levantó la cabeza y grito, ¡soy valiente!, ¡soy valiente!.
Mientras Juan y Julia miraban a su medio hermano, con mucha nostalgia lo inocente que era. Hatun Marka observaba contento y orgulloso a su hijo quien la veía todos los días, cada minuto cada, segundo de su vida. Así pasó el tiempo hasta que llegó el día de ir a la gran ciudad a visitar ese maravilloso lugar del cual todos hablaban. Ese lugar maravilloso donde las casas parecían árboles de cemento gigante, donde había más automóviles que animales, para entonces Huchuy Marka hablaba y entendía perfectamente el quechua y el castellano, pero decía que no entendía mucho castellano.
Llegó el gran día, de partir a la ciudad, la familia de José empezaron a empacar sus maletas para el gran viaje, todos alborotados hacían sus maletas, mamá donde está mi sombrero, mamá donde está mi pantalón, Celia querida, donde pusiste mi camisa, todo yo, solo yo, decía Celia, cada uno de ustedes debería tener todo listo, de ahora en adelante ustedes lavarán, cocinarán harán las tareas de la casa, pero querida como es que yo voy a ser si vengo cansado de trabajar al llegar a casa tengo que descansar. Tu Juan vas a descansar un rato, pero después me ayudas con los deberes de la casa dijo: Celia. Toc toc, mamá, ya estoy listo a qué hora vamos a salir. Deberían aprender de Huchuy que todo lo hace solo.
Conclusión
No necesita de mí para hacer sus deberes. Entonces todos salieron para la gran ciudad, todos estaban tranquilos excepto Huchuy Marka. Al llegar a la gran ciudad, lo primero que observamos fueron los automóviles que pasaban de un lado a otro y que las personas circulen libremente, también estos hacían demasiado ruido, creo que por eso no había muchos animalitos, y lo peor es que estos votaban humo oscuro que cuando la olí fue como si mis entrañas se quemaran por dentro y mi pulmón dejara de tomar oxígeno, este fue su deseo conocer el mundo en vez de mi padre sería sus ojos y oídos, pero sobre todo sería su corazón. Un corazón lleno de amor e inocencia, que junto a su familia vivió momentos únicos y aprendió el valor del amor.