Fcatores Educativos Importantes en Logro de la Justicia Social
Dentro de los tiempos neoliberales y de la globalización donde los retos, cambios, pensamiento y los nuevos paradigmas se asoman, pero que nadie se atreve a cuestionar, surge la figura de los lideres educativos y a quienes el mundo comercial llama administradores. Estos tienen una complejidad de tareas que les requiere de un expertis para manejar áreas tan tecnicas y legales como la educación especial y el conocimiento de los procesos administrativos que les permita planificar, organizar, dirigir y controlar una estructurar compuesta por un capital humano llamado estudiantes, maestros, padres, madres, compañeros y jefes entre muchos otros. El extenso grupo tiene una variedad de características entre las que destacamos la diversidad, complejidad y el dinamismo. Estos transitan a través un mundo tan dinámico e influyente que sin lugar son constantemente deslumbrados por la vanidad, la dulzura y el coqueteo de la globalización y que para ellos tiene el efecto de una supuesta libertad personal, donde se antepone el individualismo, la competencia entre sí. El efecto hipnotizador que ha tenido sobre los seres humanos el junte del neoliberalismo y la globalización ha sido desconcertante, teniendo la falsa ilusión de una libertad y progreso que solo sirve para manipular a los países democráticos.
Mientras leía el artículo escrito por Ledwith, me preguntaba como entrelazar su escrito con el tema de la conducta organizacional en la educación y aunque aún no lo tengo del todo claro me percaté que para el mundo globalizado y la ideología neoliberal la escuela es una empresa que sirve como agente reproductor de información donde el desarrollo del pensamiento con propósito y critico no son necesarios, el maestro es el transmisor de verdades absolutas y el estudiante es el receptor de información. Peor aún, dentro de la globalización la escuela y la educación es señalada como una gran industria capitalista del mercado global, los directores son solo administradores, los maestros son creadores de capital humano, los estudiantes son los usuarios y los padres son clientes. Ante este desastroso panorama, propuesto por los neoliberales, es fundamental que surjan líderes que puedan crear conciencia sobre la necesidad existente crear pensadores que tengan la capacidad de reflexionar activamente, que promueva la crítica social, cultural, política y económica, que nos acerque más a la justicia social, que fomente la diversidad, el empoderamiento y exija una verdadera democracia en donde la supremacía económica no sea la que nos domine. Es importante aclarar que esto significa la erradicación de la jerarquía, solo nos referimos a la existencia de una equidad social donde la opresión, no sea la métrica para el dominio o gobernanza.
Ledwith (2007), en su artículo “On being critical: uniting theory and practice through emancipatory action research” ‘establece que ser crítico’ no es un estado mental intelectual, sino que se encuentra en la praxis. Es decir, en la práctica, en aplicar lo aprendido, en llevar a cabo acciones y que la teoría aprendida (intelectual) forme parte de las experiencias vividas. La praxis es la aplicación de la teoría en el mundo real. Es a través de la praxis donde podemos concretizar la pertinencia y el hilo conductor entre la conducta organizacional en la educación y la importancia que tienen las llamadas teorías, modelos o perspectivas en la administración educativa. El artículo intenta poner en perspectiva la importancia de la teoría, pero más importante aún nos invita a que la apliquemos al mundo real. La autora establece que para que exista una praxis autentica tiene que existir una relación simbiótica entre lo intelectual, la acción y la reflexión. El líder educativo debe poseer las habilidades necesarias para crear esa simbiosis y obtener los resultados esperados. La diversidad de conductas que posee su capital humano se convierte en una parte importante para lograr las metas y Objetivos de su organización.
Desde esta perspectiva, es necesario plantearse que el líder educativo forma parte de una comunidad social donde el proceso de enseñanza-aprendizaje es uno circundante. Por tanto, dicho líder es parte integral de ese contexto social, donde es necesario que este posea la capacidad de influir en los demás para que trabajen con entusiasmo en la consecución de los Objetivos. Este deberá ser ágil, proactivo, inspirador y promotor, pero sobre todo que pueda promover la acción. Su capacidad para visionar a corto, mediano y largo plazo es otra de las grandes habilidades que el líder debe poseer. Esta visión lo pondrá en posición para anticipar conflictos, manejarlos adecuadamente con acciones concretas y una clara comunicación de sus ideas.
La autora establece que en el nuevo paradigma es necesaria la participación investigativa para obtener la verdadera democracia y apunta a darle voz a los grupos subordinados, aceptando que hay muchas verdades en lugar de una verdad universal y enaltece la diversidad de la experiencia humana sobre el imperativo del ‘progreso’ económico y ubica la justicia social y ambiental como parte del proceso emancipatorio. Ledwith, además explica que la investigación de acción emancipatoria y el positivismo han dado lugar a investigaciones que separan la ciencia de la realidad vivida. Establece que en el nuevo paradigma existen tres aspectos importantes e interrelacionados y los define en términos del movimiento hacia el conocimiento participativo y holístico; la subjetividad critica; y el conocimiento en acción. El conocimiento participativo y holístico se logra a través de un compromiso crítico en y con el mundo. Mientras que la subjetividad crítica es la investigación ingenua, es un proceso de búsqueda interna a través del cual uno descubre la naturaleza y el significado de la experiencia y desarrolla métodos y procedimientos para una investigación y análisis adicionales que se basa en diferentes tipos de conocimiento que incluye la experiencia, la práctica y la acción. Finalmente, el conocimiento en acción el cual divide la teoría de la práctica, es el conocimiento en acción. La investigación de acción emancipadora descrita en el artículo establece que la práctica es parte esencial de la justicia social y requiere de la reflexión participativa y colectiva que promueva cambios sociales. Este último este punto ha sido fuertemente criticado debido a que la práctica de la pedagogía critica no ha demostrado los cambios sociales propuestos, entre el que destacamos al autor Pablo Freire.
Por otra parte, la autora reseña que ‘ser crítico’ implica ser autocrítico en relación con nuestro propio poder, donde sea que se encuentre (clase, ‘raza’, sexualidad, género, edad, fe, capacidad) y empáticos con la diversidad que nos rodea. Los investigadores concluyeron que, sin un sentido de nuestra autonomía personal, la acción colectiva se debilita. En otras palabras, sin un sentido de sí mismo, un orgullo por la propia identidad en relación con el mundo, las alianzas a través de la diferencia no se mantendrán. La identidad personal da lugar a la confianza necesaria para alcanzar la justicia social; de lo contrario, las alianzas se rompen ante la ira, la inseguridad y una serie de otras conductas como la baja autoestima (Ledwith & Asgill, 2000; Ledwith & Asgill, 2007).
Mientras que, Doyal y Gough (1991) llevan la idea de la autonomía personal mas allá sugiriendo que la autonomía es una necesidad humana básica y todo individuo debe ser dirigido hacia una autonomía crítica, y es visto como un requisito previo para la participación crítica de la sociedad como un colectivo. Es decir, las instituciones son responsable y promotores de la reflexión crítica individual con la finalidad de lograr la autonomía personal como un paso previo a la participación social. Según los autores la autonomía debe estar enmarcada por la libertad y fuera de toda lucha contradictoria y en conflicto, donde el cambio transformador y libertador debe insertarse en la sociedad como una praxis colectiva. Sin embargo, y muy a pesar nuestro el individualismo consumista que caracteriza al neoliberalismo nos ha alejado del sentido de lo colectivo (Weiler, 2001)
Las corrientes o enfoques que nos presenta el desarrollo del pensamiento organizacional y administrativo, el cual surge a partir del siglo XX nos presenta tres enfoques principales: el clásico, humanístico y funcionalista. El enfoque clásico de la administración propuesto por Frederick Taylor y Henry Fayol. Este enfoque propone aumentar la productividad de la empresa mediante el aumento de la eficacia del obrero. Frederick Taylor formuló en el 1911 una guía básica para llevar a cabo la organización del trabajo, selección de adiestramiento y el establecimiento de procedimientos dirigidos a la cooperación y remuneración por rendimiento individual y crea la responsabilidad y especialización de los administradores. Por otra parte, en 1916, Henry Fayol propuso las cinco funciones administrativas básicas: planificar, organizar, dirigir, coordinar y controlar.
El enfoque humanístico surge con las teorías de las relaciones humanas en Estados Unidos durante la década del 30. La misma atiende las personas que trabajan o forman parte de las organizaciones y orienta en dos aspectos: análisis del trabajo y la adaptación del obrero al trabajo; y la adaptación del trabajo al obrero. Para una de las mayores exponentes de este enfoque, Mary Parker Follett, la administración es un proceso social y holístico, donde los trabajadores deben estar involucrados en la toma de decisiones y toma en cuenta factores externos, pero que influyen en la administración de la organización. Parker afirmo que la administración es “el arte de hacer las cosas mediante las personas”.
Por último, el enfoque estructuralista surgió en 1950. Se destaca por su énfasis en la estructura, las personas y el ambiente. Convierte los problemas en oportunidades y ventajas. El enfoque estructuralista propone conceptos tales como la especialización de tareas; división de tareas; jerarquía de mando; autoridad y responsabilidad en toma de decisiones; centralizar y descentralizar la organización. Dentro del enfoque estructuralista está la teoría de la burocracia y su principal exponente es Max Weber que distinguió tres formas de sociedad y autoridad y las clasificó en: legal, tradicional y carismática. También, dentro de este enfoque está la teoría del comportamiento que surgió en 1940. Se fundamenta en la conducta individual de las personas y descarta las posiciones normativas y prescriptivas de las teorías anteriores. Adopta posiciones explicativas y descriptivas.
En la actualidad, el líder educativo, cuenta con una gran cantidad de herramientas para llevar a cabo las tareas que le son asignadas. Posee un cuerpo de literatura extensa para obtener los conocimientos necesarios de como dirigir el recurso humano que tiene a su disposición, pero esta dirección requiere de elementos muy intrínsecos que todo ser humano va adquiriendo durante su trayectoria profesional. El uso de los enfoques presentados son piezas claves en la administración y su uso tiene gran pertinencia en la educacion.
Los líderes educativos pueden ser Objetivos o subjetivos. Estos deben poseer sabiduría, cordura y discreción. Además, deben tener la capacidad para desarrollar su propio criterio y un juicio apropiado, libre de prejuicios, debe tener las habilidades para llevar a cabo una autocrítica a través de la introspección y la reflexión personal. Su éxito o fracaso dependerá del estilo de liderazgo y el tipo de comunicación que posea. Lo anterior son solo algunas de las variables que estan presentes en el proceso de liderar una organización. Las responsabilidades que conlleva supervisar un equipo de trabajo, tomar decisiones y planificar representa un gran desafío para el líder educativo del presente, su éxito profesional dependerá del éxito que logre su equipo de trabajo, pero sobre todo por resultado obtenido y el aprovechamiento académico que logren los estudiantes.
Todo lo anterior nos lleva a concluir que nuestro juicio estará presente todos los días, la forma en que lo utilicemos será el responsable de la consecución de los Objetivos y las metas propuestas. Estará presente en la toma de decisiones que realicemos en beneficio de la organización. La objetividad con la que ejerzamos nuestro juicio nos permitirá conducir de manera exitosa nuestra vida, la institución, la dirección del cuerpo humano, pero sobre todo llevaremos a la sociedad a hombres y mujeres capaces de liderar y de construir una sociedad mucho más equitativa, tolerante y con sentido de justicia social.