Garantizar Una Educación Sin Violencia

Introducción

Se considera a la educación como una de las bases para mejorar la calidad de vida, así como proveer las capacidades necesarias para resolver las problemáticas más importantes de la sociedad. La Organización de las Naciones Unidas presentó 17 objetivos para el desarrollo sostenible de los países. El cuarto objetivo se refiere a la educación de calidad, en el cual se establece el garantizar una educación que sea equitativa, inclusiva y además se impulse el aprendizaje continuo. Actualmente existen más de 265 millones de niños y niñas que no asisten a la escuela, de los cuales un 22% tienen la edad para estar en la educación primaria. 

Desarrollo

En la última década se ha mejorado el acceso a la educación, sin embargo, existen problemas de conocimientos básicos en matemáticas y lectura. Por lo tanto, se debe multiplicar el trabajo para alcanzar una educación de calidad. Entre los motivos por los cuales no se cuenta actualmente con una educación de calidad se encuentra la escasez de profesores capacitados. Por ello se expone la necesidad de la formación adecuada para aumentar la oferta de docentes calificados y con ello asegurar que los estudiantes adquieran educación para el fomento de una cultura de paz y no violencia. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación.

La Ciencia y la Cultura (UNESCO) a través del análisis de datos cuantitativos y cualitativos, así como encuestas nacionales e internacionales expone resultados relevantes relacionados con la violencia en las escuelas. Un tercio de los estudiantes es acosado al menos una vez al mes mundialmente y un 14% de estudiantes entre nueve y diez años son agredidos al menos una vez a la semana. La violencia física es el acoso más común en la mayoría de los países, el 16.1% de los estudiantes que han sido agredidos, reportan haber sido golpeados, pateados o empujados. Además, los datos internacionales muestran que los estudiantes más jóvenes son más propensos a ser víctimas de violencia física. 

Según la UNESCO en el último año, el 36% de los estudiantes alrededor del mundo han estado en peleas físicas con otro estudiante y el 31.4% ha sido atacado físicamente al menos en una ocasión. El sexo es un factor importante que marca diferencias en el problema de la violencia y acoso escolar. Los estudiantes varones son más propensos a experimentar violencia física, mientras que en las mujeres es más común la psicológica. Además, el motivo más común para sufrir violencia es el aspecto físico, y este está aún más correlacionado en el caso de las mujeres. El 15.3% de las víctimas, mencionan haber recibido burlas por como luce su rostro o cuerpo. 

Por otro lado, un 10.9% reporta que el motivo de las agresiones es su raza, nacionalidad o color de piel (UNESCO). El nivel socioeconómico es otro factor que está asociado con ser violentado. El 27.4% de las víctimas de violencia se perciben con un nivel socioeconómico bajo, el 30% son de clase media, mientras que el 40.4% se perciben con un nivel socioeconómico bajo o muy bajo. Un ambiente positivo en las escuelas puede reducir el acoso escolar. La violencia ocurre con mayor frecuencia en las escuelas con poca disciplina y donde los profesores tratan injustamente a los alumnos. En los países de la OECDE, las víctimas de violencia frecuente es un 7% mayor en las escuelas con un clima escolar negativo. 

Además, el acoso escolar es 12% mayor en las escuelas donde se reporta un trato injusto de los profesores. En escuelas públicas de Sonora, Vera, Lagarda, Navarro y Calderón (2016) encontraron que el apoyo de directores, padres de familia y otros profesores mejora la percepción del manejo de violencia escolar. Existe una relación inversa entre el clima escolar y la prevalencia de acoso escolar. Además, las escuelas donde existen lineamientos para manejar la violencia escolar los docentes se perciben con más habilidades para el manejo de situaciones violentas. La violencia y el acoso escolar tienen diferentes consecuencias. 

Los estudiantes víctimas de violencia no sienten apego por sus escuelas, es decir se sienten como personas ajenas, no aceptadas o pertenecientes a ese contexto. Además, los estudiantes que son agredidos con frecuencia, reportan casi el doble de probabilidades de faltar a clases más seguido. Un 45% de los estudiantes que son agredidos frecuentemente reportaron intenciones de dejar de estudiar una vez terminada la educación secundaria, esto representa un 10% más que los estudiantes que no son agredidos frecuentemente. Los estudiantes que son acosados obtienen puntajes más bajos en las pruebas que sus compañeros no acosados. 

Además, entre más frecuentes son los eventos de violencia, menores son sus puntajes en las pruebas de matemáticas, lectura y ciencias. Por otro lado, los estudiantes que sufren de violencia reportan aproximadamente un 10% más de comportamientos o emociones negativas que aquellos que no son agredidos. Entre estos comportamientos y emociones se encuentran el sentirse solo, no poder dormir en la noche debido a la preocupación, considerar el suicidio, consumo de tabaco, alcohol y marihuana, así como un inicio temprano de la vida sexual. Actualmente la violencia escolar es un problema importante en el campo de la investigación de la educación en México. 

En las últimas dos décadas los investigadores se han encargado de estudiar las características, causas, consecuencias y quienes se encuentran involucrados. En resumen, se ha demostrado que la violencia escolar es un problema trascendental que ha cobrado cada vez mayor atención. Las escuelas funcionan como el sitio donde los sujetos se forman entre la familia y la sociedad. La socialización que se da en las escuelas y en las familias suele reproducir patrones de comportamientos negativos, violentos, transgresores y corruptos. Sin embargo, se necesita una transición a una realidad más positiva donde se puedan construir mejores relaciones interpersonales.

Una de las mayores demandas por parte de las comunidades es la de una socialización productiva en las escuelas. En las escuelas comprometidas con la sana convivencia y que cumplen esta demanda, se pueden presenciar diariamente por parte de las autoridades educativas los actos de comprensión y educación ya sean espontáneos o planificados. La violencia escolar es un problema que se suele atribuir a causas personales, sin embargo es un problema social. Por ello es que se ha recomendado que se estudie desde un enfoque sociocultural que analice las influencias contextuales. 

Institucionales e históricas que rodean el comportamiento y con ello explicar más íntegramente la complejidad de dicha problemática en las escuelas. Además, la violencia escolar vista como un problema social, se encuentra íntimamente vinculada con un proceso de legitimación que las personas llevan a cabo de los actos antisociales y delictivos realizados por en la sociedad. Una sociedad permisiva de comportamientos violentos y que transgreden las normas establecidas, es una sociedad en riesgo de descomponerse en su funcionamiento y la violencia escolar sería solo un reflejo de la realidad misma en la que se encuentra.

La tendencia cultural impide que las víctimas de violencia expliquen sus experiencias y dimensiones reales del problema. Cuando la violencia se vuelve un fenómeno común en los diferentes ámbitos, las personas suelen adoptarla y percibirla como algo normal. Cuando esto sucede, el reconocer la violencia se vuelve una tarea difícil. En consecuencia, esta se reproduce y acrecienta paulatinamente en las dinámicas sociales. Estudios como el de Baggini  han mostrado que la violencia escolar puede llegar a ser un fenómeno socialmente aceptado por algunos de los actores involucrados en las escuelas secundarias de México. 

En gran medida, las formas de comportarse de los jóvenes, así como su formación y desarrollo social son parte del sistema social en el que se vive. Contrario a esto, los problemas de conducta de los jóvenes se suelen tolerar, ya que se atribuyen como particularidades inherentes a una etapa de transición en sus vidas. Sin embargo, cuando existen problemas de comportamiento en los jóvenes, no deben ser considerados solo como problemas personales, sino también como problemas de la sociedad. Una modificación en el contenido de la cultura es indispensable para conseguir la cohesión social y reparación del tejido social para la prevención de la violencia. 

Conclusión

Las escuelas deben ser de los lugares primordiales donde se debe enfocar y priorizar las acciones dirigidas a minimizar la violencia, ya que son uno de los principales ámbitos de socialización. El fenómeno de la violencia ha sido estudiado desde muchos enfoques por un largo periodo de tiempo, aun así su prevalencia sigue siendo muy elevada, convirtiéndola en una de las problemáticas sociales más importantes en la actualidad. La violencia escolar es un problema constante internacionalmente. La mayoría de los estudios que la abordan se han enfocado en los alumnos principalmente. No obstante, los docentes son un grupo que debe ser igualmente estudiado.

22 October 2021
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