La Violencia: Un Escenario Constante en la Sociedad

La violencia es un rasgo inherente a la especie humana, es algo natural que nos rodea diariamente, afirma el filósofo y escritor español Fernando Savater en su artículo crítico titulado como ‘’La violencia y las patrañas’’. Estamos frente a un hecho: la violencia ha existido desde siempre. Pero no toda la humanidad es violenta. Casi siempre se trata de jóvenes que poseen ciertas cualidades físicas que en cambio los veteranos ya los han perdido. Para bien y para mal la doctora Ostrosky, experta en las bases biológicas de la violencia humana, señala que ‘’nacemos con una predisposición a la agresión, para posteriormente aprender cuándo podemos y debemos expresar o inhibir estas tendencias’’.

El problema fundamental está en los sistemas educativos donde no se habla lo suficiente sobre el papel que cumple la violencia en las sociedades. No se promueven los modos de comportamiento satisfactorio con respecto a la violencia. El impulso violento forma parte de cada ser humano, por consiguiente, es necesario educar a los jóvenes cómo canalizar este impulso. Si esto no mejora seguiremos viviendo en las mismas condiciones, en un escenario repetitivo. Cuanto más formada está la gente, menos tiende a recurrir a la violencia. La educación es fundamental, lo que impartimos a los hijos o sobrinos será el reflejo de la mañana. Según el autor es inútil entonces la búsqueda de los responsables. Debemos aceptar que la violencia todavía está presente y como tal es difícil arrancarla de la sociedad. En otras palabras, la violencia presenta nuestro común denominador y deberíamos buscar el cambio a través de la educación para así conseguir una sociedad más segura, sin violencia de ningún tipo.

Sobre esta seguridad escribió Steven Pinker en su obra Los ángeles que llevamos dentro, donde tal como Savater defiende la idea opuesta respecto a la comprensión que de la condición humana tiene la sociedad. Se aleja de la creencia que dice: ‘’vivimos en una sociedad cada vez más agresiva’’ y también como Savater niega los efectos de los medios de comunicación que parecen atemorizar la gente por el alto grado de violencia que aparece en los programas. Con la modernización, los cambios en la sociedad la violencia disminuyó. Los conflictos bélicos van a menos y vivimos en una época cada vez más segura. En su análisis Pinker expone evidencias que sugieren que estamos menos expuestos a la violencia de lo que estuvieron nuestros ancestros. En su libro evoca a Hobbes y a su Leviatán para recordar que ‘’el hombre es el lobo del hombre’’ para mostrar que la humanidad ha estado acompañada por la violencia desde inicio en todos sus ámbitos privados y públicos. En su punto de vista sobre el porqué de declive de la violencia hoy en día para Pinker fueron las circunstancias que han ido cambiando con el tiempo y, por lo tanto, las que han fomentado la balanza a favor de nuestros ángeles. Estas circunstancias también llamadas fuerzas históricas, donde entre otras es el intercambio comercial que provocó la ganancia de ambas partes, acompañadas por nuevas tecnologías han facilitado también el intercambio de experiencias de una manera más global y eficaz.

La conclusión de los dos autores sería que la violencia, aunque disminuyó gracias a los cambios como el inicio del proceso de feminización en el cual se respetan cada vez más los intereses del género femenino, a la tolerancia hacia una perspectiva global y diferente de la nuestra, todavía no hemos erradicado la violencia por completo. La lucha contra violencia sigue siendo uno de los grandes desafíos de la sociedad. Por eso en la tesis de Pinker se detecta inconsistencia. No es que la violencia haya disminuido sino hoy se ejerce de manera más silenciosa y sofisticada. Al menos las cifras de análisis, que llevó al cabo Manuela Aguilera, muestran que la violencia se extendió por todo el mundo. Como si fuéramos en una serie interminable de seres violentos que llevaban en la sangre el gusto de menospreciar y dañar a los demás. Según Manuela Aguilera los datos son escalofriantes. La violencia reaparece como una categoría siempre presente aquí, entre nosotros, que da lugar en diversas formas. Las estadísticas dicen que aumenta la violencia de género, sobre todo el maltrato hacia las mujeres. 

Por comunidades autónomas, con una tasa de 14,8 homicidios por millón de mujeres de 15 años y más, La Rioja es la comunidad a la cabeza en violencia machista. Le siguen Murcia (6,8) Canarias (5,7) y Castilla y León (5,3). Y para completar esta radiografía del horror del año 2008 fue en el 53% de las muertes por la utilización de arma blanca, un 15,9% de los crímenes fue por golpes. El porcentaje de la violencia sería más elevado si contáramos las denuncias que no salieron en las estadísticas porque las victimas mintieron sobre el origen de sus heridas. Un indicador muy utilizado para describir el «grado de violencia» es el número de muertes violentas u homicidio

Pinker parece que no tiene en cuenta que la violencia es multiforme. No se trata solamente sobre el ejército de fuerza física con el propósito de ocasionar daño. El autor de su definición excluye la violencia psicológica, las amenazas, el racismo, la ignorancia entre otros. Por otro lado, su visión presta poca atención a ciertos países latinoamericanos o africanos donde la violencia se ejerce de manera salvaje. En la revista de divulgación científica, Scientific American, psicólogo Robert Epstein critica la manera como Pinker describió el grado de la violencia en el pasado. En vez de usar el número absoluto de muertes violentas en un tiempo determinado, el autor usó ese número per cápita. 

También el texto Los ángeles que llevamos dentro puede generar la duda sobre el planteamiento de las ideas donde el autor olvidó articular un discurso sobre la fuente y las causas de los actos violentos. En cualquier caso, el libro de Pinker seguirá siendo importante referente en el debate de la violencia. Logra su objetivo de reflexionar: ¿qué hacían los ancestros mal en el pasado para que hoy vivamos tranquilamente? Es un hecho que la modernidad nos trajo vida más segura y longeva pero aun así no falta la nostalgia del pasado, en la cual, algunos piensan que todos los beneficios logrados tienen una carga emocional: nos queda vivir con las huellas, fantasmas de la guerra. Esto alude que amenaza todavía existe. Asimismo, Pinker en su artículo justamente invita a la reflexión sobre la forma de la vida en que vivimos y a sentir la gratitud por la Civilización que posibilitó menos conflictos en la nueva etapa del siglo XXI.

BIBLIOGRAFIA:

  • Aguilera, M. (2009): «Violencia de género, problema social». Revista Crítica, N.960, 12-17 http://www.revista-critica.com/administrator/components/com_avzrevistas/pdfs/a22e10b8e4a3fa5204a729f94ceaaad5-960-Violencia-de-g–nero-problema-social-mar-abr.2009.pdf [Consulta: 1 de diciembre de 2018]
  • Savater, F. (1996): «La violencia y las patrañas». El país, https://elpais.com/diario/1996/10/13/opinion/845157610_850215.html [Consulta: 2 de diciembre de 2018]
  • Pinker, S. (2012): Los ángeles que llevamos dentro. El declive de la violencia y sus implicaciones, Barcelona: Paidós.
  • Epstein R. (2011): ): «Book review: The better angels of our nature: Why violence has declined». Scientific American, https://www.scientificamerican.com/article/bookreview-steven-pinker-the-better-angels-of-our-nature-why-violence-has-declined/ [Consulta: 2 de diciembre de 2018]
27 April 2022
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