Golpe De Estado 1973 En Chile
Para contar hechos históricos, es difícil mantener una postura apolítica, sobre todo respecto a lo ocurrido el día 11 de septiembre de 1973; ya que, encontramos distintas posturas en las fuentes al momento de relatar las causas, el desarrollo y las mismas consecuencias del Golpe Militar. Pero sabemos que como docentes no debemos influir sino propiciar el pensamiento crítico de los estudiantes.
El Golpe de Estado no fue una sorpresa, ya que, meses anteriores habían intentado realizar uno, pero falló, y según los militares fue un tipo de estudio para ver el comportamiento social. Sin embargo, esta tensión surge desde que Allende asume el cargo de Presidente de la República y se mantiene por los tres años que duró en su cargo.
Salvador Allende mantuvo sus ideales socialistas y la voluntad de disminuir la pobreza y las desigualdades que estaban viviendo los chilenos de la época. Para ello, promulga la Ley de Nacionalización del Cobre y de compañías extranjeras (específicamente estadounidenses), es decir, nacionalizó las riquezas básicas de Chile, pero lo que más impactó a la sociedad opositora al Gobierno, fue que llevó a cabo, de manera acelerada, la expropiación de haciendas y tomó medidas en la redistribución de las utilidades del país aumentando el control estatal de las empresas y bancos. Estos intentos llevan, a la economía chilena, a vivir un aumento de inflación y escasez de alimentos, huelgas prolongadas de camioneros y comerciantes que se adhieren a estos.
De acuerdo con lo anterior, creemos que durante el Gobierno de Allende hubo un boicot económico, manipulado por la insistente persecución en su contra, por parte de las Fuerzas Armadas y partidos políticos de oposición, quienes justificaban las acciones militares para liberar a la patria del yugo marxista, es decir, éstos tenían un miedo latente de que Chile fuera otra Cuba en Sudamérica; y, cuyas ideas e influencias golpistas, denominaron que Allende era un traidor a la Patria, exponiendo que no había cumplido con el Estatuto de Garantías Constitucionales, lo que culminó en un Golpe de Estado.
El día del 11 de septiembre de 1973, Chile inicia un proceso de Dictadura que se prolonga durante 17 años, a cargo del nuevo Presidente Augusto Pinochet. Este período tuvo un desarrollando de carácter brutal y que abolió toda clase de libertad existente. Pero lo que marca, este día en particular, fue la muerte de Salvador Allende, el proceder bélico de los militares y el bombardeo de la casa de Gobierno, La Moneda, si éste no se rendía; pero también, las detenciones y/o fusilamiento, de todos quienes fueran leal a él.
Este día se perdió la democracia y se quebrantaron las institucionalidades, es decir, las políticas del Estado, la Constitución de 1925, se mató al Presidente, se terminó el Congreso; los militares que estaban para resguardar al país de cualquier afrenta externa pasaron a ser represores de los que pensaban distinto a ellos. Se privatizaron las empresas estatales que Allende nacionalizó, como: CODELCO (Corporación Nacional del Cobre), CTC (Compañía de Teléfonos de Chile), CHILECTRA (Compañía Chilena de Electricidad), entre otras. Asumida la Dictadura Militar, se inicia un proceso de devolución de empresas confiscadas al sector privado y nuevas reformas que, de alguna manera, restauraron la economía chilena para un grupo, pero para otros significó perder seguridad laboral, ingresos e inclusive la libertad y la vida. Hasta se creó la actual Constitución de 1980, pensada y escrita por adherentes a Pinochet, uno de ellos Jaime Guzmán.
Como consecuencias de este día, cabe destacar, las grandes faltas a los Derechos Humanos. Esto no se puede negar. Las persecuciones, la represión violenta, detenciones ilegales, centros de torturas con técnicas impensadas, fusilamientos, exilios, miles de desaparecidos; y todo por pertenecer a partidos políticos o tener ideales contrarios a la Dictadura Militar. Por esta misma razón, surge, en 1973, la Vicaría de la Solidaridad, creada por el Cardenal Silva Henríquez y autorizada por el Papa Pablo VI; cuya función es asistir y ayudar a todas las víctimas de esta tiranía y abuso de poder.
Actualmente vivimos las consecuencias del 11 de septiembre de 1973, entre ellas se evidencian:
- La gran división político-social en Chile; por un lado, están quienes justifican el proceder militar para el bien de la economía; en otro, familias que aún lloran la pérdida de algún familiar detenido, fusilado, torturado y/o desaparecido; y, en general, personas que aún recuerdan estos episodios, dañados psicológicamente, heridas que permanecen abiertas por las injusticias que se cometieron y que aún se cometen, sobre todo, imágenes que brotan cuando la represión policial y militar salen a las calles (para el estallido social de octubre 2019).
- La manera en que cada gobierno, imita el actuar del Golpe de Estado, en cuanto a la utilización de la violencia, por parte de fuerzas de carabineros y militares, frente a una manifestación de descontento social; creando leyes que castigan y no motivando a los ciudadanos de nuestro país a ser mejores personas.
- La herencia del sistema neoliberal impuesta por Pinochet y su Constitución de 1980, donde sólo se beneficia al sector privado y a políticos, específicamente a todos los integrantes de las Fuerzas Armadas y sus familias. Tratando la educación, el trabajo, la salud y la vivienda, como un sistema mercantil, y no como un derecho que el Estado debe brindar.