Importancia de la Filosofía en el Siglo 21

La filosofía es algo que la mayoría de las personas no le toman importancia, debido a que en su vida diaria parece no afectar en lo absoluto. La gente como tú o como yo, no percibimos a simple vista la filosofía, por lo que podríamos creer que en realidad no está presente, y si no me falta nada y soy feliz, entonces cabe preguntarnos. La filosofía, ¿en realidad es algo importante?

Esa ausencia de la filosofía que sentimos en nuestro día es algo aparente, el llegar a preguntarnos si la filosofía tiene alguna utilidad o no, es un ejercicio filosófico muy común el cual realizamos todos los días cuando tenemos un problema. El filosofar es parte de nuestra vida. Pero no nos adelantemos. Para lograr comprender la filosofía y su utilidad. Es necesario analizar las raíces de la filosofía occidental. Para saber que ha hecho por nosotros y de que manera nos ha ayudado a formar la sociedad en la que vivimos. Solo así podremos conocer la verdadera utilidad de esta, por lo que pasemos a analizar la raíz de la filosofía occidental.

La cultura griega es la que marcó el principio de la filosofía occidental. A pesar de que en todo el mundo existía filosofía. Mientras que en el mundo los humanos estaban más interesados en conquistar nuevas tierras y esclavizar a otros humanos, los griegos tuvieron el tiempo de analizar y hacer preguntas sobre la vida y la realidad en la que vivimos.

De estas preguntas, cinco filósofos dieron su opinión de que es la realidad. En general, la mayoría creía que existían arché los cuales eran el origen de todo. El único que se separaron de esa idea fueron Demócrito y Pitágoras, los cuales le daban una interpretación más científica del asunto, dando como resultado más notable, la explicación de la realidad a través del átomo y del vacío.

De los griegos, nació en Atenas el filósofo conocido como Sócrates, el cual le dio una cachetada de humildad a todos los filósofos de la época, pues el identificó que el primer paso para adquirir conocimiento es aceptar que uno no lo sabe todo.

Gracias a Sócrates comenzó la búsqueda del conocimiento, más específicamente la manera en la que lo adquirimos. Sócrates creía que a través del diálogo se generaban ideas nuevas para las personas. Platón por su parte creía que los seres humanos tenemos capacidad de comprender mediante el proceso de recordar lo que ya sabemos. De esta manera, llegamos a uno de los mayores sabios que han existido. Aristóteles logró comprender que el mundo está compuesto de materia y forma, y a partir de esta debemos comprender que se encuentran en movimiento. Pues todo es parte de una cadena continua de movimientos.

Podemos observar que los clásicos tenían muy claro lo que para ellos era la realidad. Pero con el transcurso del tiempo, llegó la edad media. Y con la llegada de una nueva etapa de la humanidad llegó una nueva forma de ver la vida, y esta fue a través de la religión.

En los principios de la humanidad, el hombre tenía un sentido de existencia. Pero, hace poco, un hippie llamado Jesus lo arruinó. En los principios de la humanidad, cuando las bestias cazaban a los humanos y estos no podían hacer nada por evitarlo. Ellos contaban con una conexión a lo sagrado. Ellos se encargaban de enterrar a los muertos “malos” y a los “buenos” los honraba quitándoles su cráneo y lo pintaban de rojo para mantener y honrar su espíritu en la tribu. Cada uno sus hobbies. Aquí podemos apreciar que mientras el hombre se preocupa de buscar alimento y no ser comido, también buscaba el tiempo para pintar los cráneos de sus fallecidos. Y no por emos, sino que su conexión con lo divino era igual de importante que dormir o comer. Hasta que llegó el cristianismo. Que se encargó de darle nombre a esta conexión y la llamó la santísima trinidad y le otorgó un poder, a este poder se le conoce como la verdad. “Yo soy el camino, la VERDAD y la vida” dice la biblia. Lamentablemente para el cristianismo, sus devotos más curiosos fueron los inventores del método científico, que nos guste o no, es un método más efectivo que la fe para lograr encontrar “la verdad” (Verdad objetiva y capaz de reproducirse en el mundo físico, no las verdades metafísicas de la experiencia subjetiva).

La época medieval estuvo muy fea. La gente no se preocupaba por su salud, y en el momento en el que nacías, tu destino ya estaba escrito hasta el final de tus días. Si naces como un obrero, ibas a morir como un obrero. Y si tenías una idea que revolucionaría a la humanidad, no importaba. Pues tu destino sería ser un obrero toda tu vida. Shakespeare le llama la farsa cósmica. Él decía que “el mundo es un escenario y todos nosotros somos actores”. La gente de esa época creía que así era el mundo y que nada podía cambiar. Hasta que todo cambió. Para comenzar, la peste negra erradicó a la mayoría de los pobladores de Europa. La mano de obra fue más valiosa, y los obreros con más dinero, tuvieron tiempo de preguntarse, ¿por qué dios permitiría que esto pase?

A su vez, los turcos se interesaron por Constantinopla y la conquistaron. Todos los sabios que aún habitaban la última ciudad de los romanos, se fueron a Italia. Gracias a esto, la mayoría de los europeos decidieron abandonar el pensamiento que se tenía en el oscurantismo y descubrieron las ideas de la época moderna. Cabe preguntarse, ¿Qué cambio en esta época?

Primero, perdimos nuestro importante lugar en el cosmos, ya que la tierra no era el centro de una cúpula de cristal en la que todo se movía alrededor de ella, descubrimos la realidad. Realidad la cual nos dice que Gaia es un cuerpo diminuto en el cosmos que gira alrededor del sol que a su vez gira en la bastedad del universo.

También perdimos el orden social. Los nobles y los plebeyos comprendieron que cada uno decide la vida que quiere tener y no un dios. Una persona más aventurada comentó que los únicos que siguen las leyes naturales son los animales. Pues el hombre a través su razón y la técnica, logra transformar el mundo a su antojo.

El alma pasó de ser una sustancia a ser un sujeto. Pues en la antigüedad  

14 July 2021
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