Importancia Y Evolución Del Uniforme De Enfermera
En el siguiente ensayo se dará a conocer la importancia, resaltando las funciones principales que nos otorga cada una de las prendas que lo componen. Lo cual el uniforme es algo primordial de una figura de enfermería, ya que no solamente representa su emblema característico dentro de un área profesional hacia sus pacientes, sino también el compromiso que se debe que reflejar hacia todos de nuestro alrededor.
El uso del uniforme es fundamental ya que es un compromiso hacia uno mismo y hacia los demás y así mismo para la identificación hacia el cualquier campo laboral que se requiere.
Con el paso de los años y en la actualidad es fundamental tener muy en cuenta la aportación del uniforme ya que es una identificación al profesional dando desempeñarse en su labor de forma práctica, es por eso tenerlo en cuenta la importancia del uniforme, tanto para el oficio, como para los pacientes que son tratados, los enfermeros es un elemento muy fundamental que cumplan con estas características ya que son los principales que se enfrentan a contacto directo con los pacientes, ya que en algunos casos puedan estar en riesgos o expuestos hacia una contaminación cruza de uno o varios pacientes.
Teniendo también en cuenta, que aparte de la importancia hay el simbolismo del uniforme ya que dentro de un área profesional ay diferentes puestos en los cuales cada uno tiene diferentes tipos de color y tela de uniforme, por lo cual el de enfermería es de color blanco, dando también hacia los médicos que también su uniforme es blanco, uno de los factores de diferencia más importantes y significativos es el color blanco, lo cual representa la pureza, la trasparencia, sinceridad y serenidad hacia los pacientes.
Con la cofia de color blanco, símbolo del honor, de la distinción y la responsabilidad, se identifica a la enfermera(o) de otros miembros del equipo de salud, como el profesional dedicado al cuidado de las personas. Desde el punto de vista epidemiológico la cofia debe proteger el pelo de la enfermera(o) para que no caiga sobre al campo de trabajo, por lo que, el pelo debe estar recogido y colocado en el sobre interno de la cofia. Los uniformes en entornos sanitarios además de proporcionar protección y seguridad al personal, contribuyen a proyectar una imagen de profesionalismo y seguridad, es indiscutible que su uso se debe adoptar en hospitales y clínicas, y que las prendas que los conforman deben mantenerse siempre en buen estado. Durante siglos el color blanco ha sido el que simboliza al entorno médico y continúa siendo el más utilizado, tanto por factores de impacto psicológico sobre los pacientes, como por cuestiones prácticas.
El uniforme para enfermería, también llamado ambo, es un elemento fundamental en su profesión lo identifica dentro de un grupo, lo reconoce y lo diferencia de otros. Es una vestimenta que le otorga seguridad, identidad y aceptación en un grupo, dentro del cual se lo clasifica y se lo posiciona. Por lo mismo debe que cumplir con ciertos requisitos y normas impuestas por el hospital para su posible uso en el área de salud: higiene, sanidad, resistencia al lavado y a temperaturas elevadas, durabilidad, protección al usuario y estructura tal que permita evitar cualquier accidente que pueda ocurrir durante operaciones quirúrgicas, transfusiones, etc. También es importante que transmita respeto, confianza y seriedad; que se trate de un uniforme cómodo, útil, práctico, que sea de fácil acceso y que permita movilidad.
La creación del UNIFORME se dio en el SIGLO XIX., siendo un uniforme almidonado, que evolucionó con cómodas batas unisex, pero sus estilos se basan en función del país en el que trabajaban, el período de la funcionalidad y el tiempo. Antes de la década de 1800, el uniforme se basa en el uniforme informal usado por los monjes y monjas que cuidaban de los pacientes en los hospitales militares y las iglesias. En esos momentos, la enfermería no era considerada una profesión respetable hasta que la evolución de la Enfermería Militar durante la guerra de Crimea. Fue también en este período que el uniforme de enfermería fuera principalmente formal y reconocido evolucionado.
Los primeros uniformes de la enfermera se derivaron de hábito de la monja. Antes del siglo 19, las monjas atendían a los enfermos y heridos, así que era obvio que las enfermeras entrenados laicos podían copiar hábitos de la monja, ya que adoptaban filas como “Sister”. Uno de los primeros estudiantes de Florence Nightingale diseñado el uniforme original para los estudiantes de la escuela de enfermería de la señorita Nightingale. Antes de la década de 1940 se produjeron cambios menores en el uniforme. La vestimenta consistía en un traje sobre todo azul. Los hospitales son libres de determinar el estilo del uniforme de la enfermera, incluyendo la tapa de la enfermera que existe en muchas variantes.
El primer uniforme es un vestido gris de cuerpo entero, con delantales blancos y se cubrió el cuerpo con sólo las manos y la cara queda al descubierto. Este tipo de ropa que les permitió tratar a los pacientes con eficacia y mantener la apariencia respetable y. Sus uniformes se desarrollaron a través de los años debido a la practicidad, funcionalidad, seguridad y seguridad de los pacientes. Desde 1800, ha evolucionado desde los vestidos blancos y grises con blancos pueden usar pantimedias a túnicas y matorrales. Sin embargo, hay empleadores que prefieren los uniformes tradicionales batas blancas que porque quieren que sus enfermeras para un aspecto profesional y respetable, mientras que otros prefieren matorrales, ya que queremos que sean cómodos y de moda. Algunos matorrales existen en colores lisos, mientras que otros vienen en estampados de diferentes diseños.
La evolución en el modelo de las cofias de enfermeras desde la primera cofia religiosa hasta el abandono total de las mismas, refleja la historia de los cuidados. Las también denominadas tocas devienen en un elemento del rango y ciertos aditamentos como medallas, escudos y cruces condecoran el servicio prestado en las instituciones militares. Siendo las primeras dispensadoras de cuidados en muchos casos mujeres religiosas para los países colonizados, (quienes se cubrían la cabeza como parte de su hábito) no impidiendo que a nivel social existieran mujeres cuidadoras; parte del pueblo las que ofrecían los cuidados desde la transmisión de los conocimientos populares para realizar curaciones desde las ciencias de la naturaleza.
A través de la historia de la enfermería, a ésta se le ha identificado por cuatro símbolos, que justifican su identidad, estos son: Vestido Blanco, Capa, Lámpara, y Cofia.
Históricamente, un uniforme de enfermera típica consistía en un vestido, delantal y gorro de enfermera. En algunos hospitales, sin embargo, los estudiantes de enfermería también llevabann un pin de enfermería, o el delantal del delantal pueden haber sido sustituidos por un delantal estilo zapatero. Este tipo de vestido de la enfermera continúa siendo usado en muchos países. Las “enfermeras” que tenían que asistir a los enfermos de noche, debían desplazarse por las calles de la ciudad casi sin luz y con mucho peligro, así es que decidieron usar una cofia (así se llamaba entonces a los tocados femeninos) en forma de cono de color blanco y también llevaban una lámpara de aceite en la mano.
En una ceremonia especial se les imponía la CAPA, “ceremonia en la cual quedaban revestidas las enfermeras de su clásico distintivo. El significado de la capa es hacerles sentir el peso en sus hombros de la responsabilidad que han contraído con la sociedad al haber elegido la carrera de enfermera; al brindar cuidado, amor y dedicación, mismas que se han hecho evidentes y característicos de las Escuelas de Enfermería desde su creación. Esta fue de tela de fieltro, se usó de este material debido a las bajas temperaturas, pues generalmente hacían guardias de 24 horas, siendo las noches largas y frías.
Evolución en el uniforme de enfermería Florence Nightingale, que jugó un papel fundamental en la profesionalización de la enfermería, fue una de las pioneras en cambiar el uniforme, aunque siguiese manteniendo parecido con el uniforme religioso. El atuendo consistía en una larga falda gris y chaqueta de terciopelo que permitía ver los puños y el cuello de la blusa, además de una cofia en la cabeza.
La Cruz Roja, por su parte, utilizaba un delantal blanco con su logo, que también se incluía en la cofia, debajo vestían una blusa azul. En los primeros años del siglo XX, el conjunto se blanqueó, se estrechó y se acortó, 1910 Las enfermeras se caracterizaban por llevar un largo vestido blanco hasta los pies con cuellos de pico. Un babero blanco cubría el torso de la enfermera hasta la cintura, donde los pliegues bajaban formando un delantal gigante. La I Guerra Mundial trajo consigo importantes cambios en los uniformes debido a que las enfermeras tenían que ser rápidas y capaces de proporcionar cuidado y atención a los soldados de la manera más eficaz posible, por lo que se añadieron bolsillos y las mangas para facilitar el movimiento.
Después de la Guerra, ninguna enfermera quería ponerse de nuevo los antiguos vestidos voluminosos y los gigantescos delantales de la década anterior. Un simple vestido blanco que caía hasta los tobillos reemplazó el pesado traje del pasado y se convirtió en la nueva base del uniforme de enferma que conocemos hoy. En los años 30 el vestido blanco (o bata) con cuello y la cofia fue lo normal para las enfermeras durante esta década. Se solía acompañar con pantis de color blanco.
Los delantales y uniformes se volvieron mucho más sencillos durante la mitad de los años 40. Se acortó la longitud del delantal, lo justo para proteger el frente del vestido, el dobladillo de la falda iba subiendo cada década un poquito más, siguiendo el estilo de las mujeres de la época. De este modo, lavar un delantal contaminado era una tarea mucho más sencilla que tener que reemplazarlo por un nuevo uniforme limpio. Las enfermeras tenían que tener mucho cuidado de no propagar las enfermedades a través de su ropa.
En la década de los 50 acorde al estilo de la época, las faldas y las mangas de las batas se hicieron más cortas, incluso se desmontaban y se sujetaban con corchetes al hombro. En cuanto a los gorros o cofias, muchas veces eran piezas de papel dobladas que reemplazaron las elaboradas cofias de tela que llevaban las enfermeras durante la I Guerra Mundial. Años 60 Los vestidos se volvieron más simples, facilitando el lavado y planchado, además el auge de las lavadoras y secadoras facilitaron la limpieza y recambio de los uniformes en el trabajo diario.
Fue en la década de los 70 cuando el traje de enfermera pasó a considerarse prácticamente como una herramienta más de trabajo, que respondía a las características de comodidad y funcionalidad propias con las que debe contar la ropa de trabajo profesional. El uniforme de enfermería se desligó entonces por completo de consideraciones de índole religiosa o bélica que, como explicábamos anteriormente, han condicionado su evolución, desarrollo y la imagen que se tiene de la enfermería. En los 70, la cofia de enfermera desapareció durante el uso diario del trabajo.
En los años 80-90 Los uniformes de enfermera empezaron a parecerse a la ropa cotidiana, con algunas enfermeras sustituyendo los trajes habituales por unos juegos de pantalones y chaqueta blanca. Las camisas de cuello abierto y los pantalones se hicieron muy populares en la década de los 80 según se fueron incorporando hombres como enfermeros.
Finalmente, las enfermeras pudieron dejar de llevar tacones, y empezaron a ponerse calzado cómodo. Actualidad Los puedes encontrar en diferentes estilos, nuevos tejidos, colores, estampados, diseños, etc. Hoy en día, la forma de reconocer a una enfermera es mediante la placa identificativa del uniforme o bien por la diferenciación de color de uniforme que haga el Hospital o Centro de Salud.