La Democracia: Forma De Organización Del Estado

Introducción

El “concepto de democracia ha ido evolucionando con el tiempo desde la antigua Grecia hasta ahora” (Mossé), nutriéndose de diversos significados y anhelos. Actualmente el “concepto y la valoración de la democracia cobra significados distintos según los contextos socioculturales” en que se desarrolla. Encontramos por ejemplo al profesor Bobbio quien la define como “un conjunto de reglas quién primarias o fundamentales que se necesita está autorizado para tomar las decisiones colectivas y bajo qué procedimientos”.

Desarrollo

Otro autor nos señala que “Es una visión de un sistema político cuyos miembros se consideran unos a otros iguales, son colectivamente soberanos y poseen todas las capacidades, recursos e instituciones necesarios para autogobernarse”, finalmente Kelsen señala que “Democracia significa identidad de dirigentes y dirigidos, del sujeto y objeto del poder, y del gobierno del pueblo por el pueblo”. Sea cual sea la definición a utilizar es transversal el hecho de que democracia es sinónimo de pueblo soberano.

Transmite su poder a un dirigente elegido de entre ellos. La democracia en su dimensión formal o procedimental, es entendida, en el quién y el cómo de las decisiones, este ámbito debe estar complementado por la dimensión material o sustancial de la democracia, conformada por los derechos fundamentales, que está estrechamente relacionada con el estado de derecho. A lo anterior, hay que agregar como requisito fundamental el pluralismo democrático, para el ejercicio de una democracia plena. 

Así las cosas, la democracia sigue siendo entendida como “el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo” (Lincoln); pero dicho poder no solo se traduce en la elección de sus representantes, “sino que también en el sentido ulterior de que al pueblo y a todas las personas que lo componen les corresponde el conjunto de derechos fundamentales civiles, de libertad y sociales, a los cuales todos los poderes, incluidos aquellos de la mayoría están sometidos”.

Tal como se expuso en líneas precedentes. En contraste con lo anterior, los gobiernos autoritarios y totalitarios, no dejan espacios para el ejercicio pleno de los derechos, conculcando incluso los derechos de primera generación, los que han sido mermados por un todo poderoso que no deja espacio a la autonomía personal y social. Lo descrito supra, nos muestra que ya sea que se trate de un gobierno autoritario o totalitario, los derechos fundamentales consagrados en Cartas o Constituciones Políticas.

Según sea el caso son meramente nominativos, careciendo de una ejecutoriedad. Lo mismo sucede con el pluralismo democrático, el que no existe, ya que cualquier manifestación diversa, se ve como ajena al régimen, siendo castigada e incluso reprimida por medio de la fuerza y ​​violencia, como el caso de la Alemania Nazi, la Unión Soviética de Stalin o el Fascismo de Mussolini. Lo descrito, evidencia como el poder se vuelve despótico, y corrompe a sus gobernantes, si es que no existen límites al poder. 

Así las cosas, los gobiernos democráticos, en constante estudio por cientistas políticos, pueden adolecer de problemáticas, pero una de sus virtudes residen en mecanismos de control del poder, evitando la corrupción absoluta y el ejercicio de derechos. Es por esto que la noción de democracia reside precisamente en el conjunto de límites impuestos por las constituciones a todo poder, que postula en consecuencia una concepción de la democracia como un sistema frágil y complejo de separación y equilibrio entre poderes. 

De límites de forma y de sustancia a su ejercicio, de garantías de los derechos fundamentales, de técnicas de control y reparación contra todas sus violaciones. Finalmente, no debemos olvidar que la democracia es un ideal, y por tanto perfectible, siendo siempre un desafío. Así, para continuar avanzando en el desarrollo de nuestros sistemas sociopolíticos y en la conquista de nuevos estadios de progreso para la humanidad, es preciso comprender que la democracia no es un proceso cerrado y concluido.

Conclusión

Tenemos por delante nuevos desafíos, teniendo presente los errores y falencias de gobiernos autoritarios o totalitarios, e incluso horrores que no se deben repetir. De esta forma, la democracia es más que ejercer el derecho de voto simplemente y, para que florezca, debe garantizarse a las personas la totalidad de los derechos y libertades fundamentales (Instituto Nacional de Derechos Humanos), los que no se encuentran garantizados al interior de gobiernos totalitarios o autoritarios.        

17 August 2021
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