La Dictadura de Alfredo Strossner en Paraguay
La dictadura de Alfredo Stroessner que gobernó el Paraguay entre los años 1954 y 1989 dejó huellas profundas en la sociedad, tanto en lo político como económico y social, y marcó de forma duradera la vida de miles de paraguayos. El régimen stronista, que incorporó el terror como método de represión, desmovilizó a toda la ciudadanía, tuvo como víctimas directas de su crueldad a más de 20.000 personas, (según los Informes de la Comisión de Verdad y Justicia); sostenía bastamente su supuesto compromiso con los Derechos Humanos. Pero la verdad era distinta. Las persecuciones, encarcelamientos, exilios, torturas y desapariciones forzadas afectaron a hombres y mujeres que lucharon contra el régimen, y hasta a quienes quizá expresaban sus ideas de forma errónea o que los partidarios encontraban amenazantes. El sistema educativo también se vio involucrado en estos cambios, con secuelas que perduraron con el tiempo.
Muchos de los problemas que hoy se viven en Paraguay son consecuencia y evidencia de los largos años del régimen de Stroessner. Muchos intelectuales y artistas tuvieron que exiliarse. Pero lo más terrible que ha dejado la dictadura stronista, además de los crímenes, las desapariciones y las torturas, fue la decadencia de la educación en el Paraguay. Cuando Alfredo Stroessner comenzó su gobierno, la situación del Paraguay era deplorable. Antes, la dictadura del general Morínigo, y luego un año de total anarquía con cambios frecuentes de presidentes. Al verse afectado por los frecuentes cambios del gobierno, el paraguayo promedio vio en Stroessner cierto orden, estabilidad. Pero ese orden rápidamente se fue convirtiendo en el desorden de una dictadura, pero de 35 años. Han pasado varios años de la llamada transición y todavía existen secuelas visibles en nuestra sociedad. Entidades extranjeras se volcaron en ayudar a la paupérrima educación que había en el Paraguay, y ciertamente se dieron pasos positivos. Pero pronto la dictadura plasmó su huella.
Durante el gobierno de Stroessner, se realizaron dos reformas educativas: en 1957 y en 1973. Éstas tenían un estricto control del Gobierno, pues la educación podría ser una peligrosa arma ideológica contra su mandato. Todo ello llevó a que la gente se sumiera más en la mediocridad y sumisión. Las reformas educacionales introdujeron cambios de estructura y de organización del sistema educacional del país. Ambas se enmarcaron dentro de las corrientes pedagógicas de la época. “La formación humanista que proponía la primera reforma enseguida entró en conflicto con las libertades que estaban vigentes en ese momento. En el 57 comienza la reforma y en el 59 ya se produce la gran huelga estudiantil. Y el saldo fue una represión brutal”, comenta el historiador David Velázquez Seiferheld.
Así mismo, el investigador en educación Rudi Elías afirma que el stronismo utilizó a la escuela como base de legitimación. “Había un discurso que servía para justificar: cómo se narraba la historia, los focos que se ponían. Todo lo que tenía que ver con las luchas internas que había dentro del país, la guerra civil del 47, eran temas que fueron prácticamente ignorados en los textos escolares”, indica Elías. Por otro lado, explica que durante la dictadura hubo un aumento importante de escolaridad pero que esto responde a un cambio de la estructura productiva en toda la región, que también registró el mismo aumento de matrículas escolares.
La delación y la represión marcaron también a la educación paraguaya. El Gobierno reglamentó sanciones para los docentes que predicas ideas contrarias a lo impulsado desde el Ministerio de Educación y Culto. ‘‘Una maestra estaba en la obligación de denunciar a sus superiores cualquier actividad o acto que saliera de las disposiciones y mandatos de las autoridades educativas, donde un estudiante o un colega docente podía ser sospechoso de actividad “subversiva” y debía ser denunciado a la policía. Para enseñar en las escuelas se miraba si su familia era colorada; luego, si la maestra estaba afiliada a la ANR. Además, se la obligó con sus niños desfilar delante del dictador en su honor. Pronto, las directoras fueron nombradas, no por sus méritos sino por su adhesión al gobierno colorado. En fin, sin este requisito nadie obtenía un trabajo del Estado, y mucho menos los docentes. ’’ Señala Rodolfo Elías.
La visión oficial se centraba en el crecimiento del sistema educativo, de la infraestructura escolar y de la matrícula. Estos datos daban una visión desarrollista del país y de la gestión del gobierno. Para sostener este “auge educativo” se recurrían a datos que indicaban el éxito de la política educativa en términos de crecimiento cuantitativo, pero no así en la calidad educativa ofrecida. Durante el gobierno de Alfredo Stroessner, aunque la educación indagara acerca de su gobierno, la gente no tenía permitido opinar acerca de su gobierno, ni criticar su pensamiento. Hubo una sostenida persecución a las corrientes de ideas y opinión, eran objeto de atención especial por parte del sistema represivo las reuniones y encuentros celebrados en los ámbitos académicos.
